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Guiando a sus hijos hacia cristo-2

Contenido

CAPÍTULO UNO

Introduciendo su Hijo a Dios

CAPÍTULO DOS

Enseñando a los Niños la Gran Historia sobre Dios

CAPÍTULO TRES

¿Cómo Compartir el Evangelio con sus Hijos?

CAPÍTULO TRES

Tome Tiempo para Hablar Acerca de la Fe

CAPÍTULO CUATRO

4 Retos para la Fe de sus Hijos

CAPÍTULO CINCO

7 Formas en las que sus Hijos Pueden Conectarse con Dios

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Marcador espiritual para la niñez temprana: Respeto

Para los padres de niños pequeños, el viaje de criar seguidores de Cristo comienza con la tarea de inculcar respeto por Dios y Su autoridad. El salmista nos dice “El principio de la sabiduría es el temor del Señor” (Salmos 111:10, NVI).

Aunque la mayoría de nosotros disfruta enseñar a los niños divertidas historias de la Biblia, no podemos quedarnos ahí. Los materiales de la infancia tienden a enfatizar cómo “Jesús es su amigo”. Estos sentimientos cálidos y suaves construyen afecto por Jesús, pero no construyen los cimientos para la sabiduría espiritual. El asombro, la admiración y el temor respetuoso de Dios, sientan esas bases.

¿Entonces cómo inculcar este respeto? Enseñe a sus niños pequeños estas verdades:

• Dios es fuerte. Él puede hacer cualquier cosa.
• Dios siempre cumple Sus promesas.
• Dios nos da reglas que debemos obedecer.
• Inclusive si mamá o papá no pueden ver lo que estás haciendo, Dios sí lo ve.
• Dios nos disciplina porque Él nos ama.

Marcador espiritual para principios de primaria: Sabiduría

La sabiduría es la habilidad de aplicar la Palabra de Dios a las situaciones de la vida. Entonces, para crecer en sabiduría, sus niños deben aprender primero la Palabra de Dios. De los 5 a los 8 años, incluya enseñanzas bíblicas a su rutina diaria; en esta edad, a sus niños probablemente les encante aprender. Asegúrese de enfatizar las siguientes cuatro áreas 

¿Quién es Dios? ¿Él es un ogro enojado listo para golpearnos cuando desobedecemos? ¿Él es un observador pasivo que tolera todo? ¿Dios es lo que nosotros queremos que sea? o ¿Él es el Creador justo, poderoso y amoroso que se encuentra en la Biblia? 

Use historias de la Biblia para enseñar acerca de Dios. Por ejemplo, utilice la historia de David y Goliat, y pregúnteles: “¿Qué podemos aprender de Dios en ella?” Muchos materiales de niños concluyen: “Puedes hacer cualquier cosa si Dios está de tu lado.” Pero es al revés; la aplicación de la historia debería ser: “Asegúrate de estar del lado de Dios”.  

¿Qué es la Verdad? Sus niños van a ser bombardeados a lo largo de la vida con afirmaciones acerca de la verdad por los medios, sus maestros y sus amigos. Si usted no tiene éxito en enseñarles que la verdad y la sabiduría provienen de la Biblia, ellos enfrentarán muchos desafíos con su fe más adelante. 

Esto significa que usted debe incluir regularmente declaraciones como la siguientes en sus conversaciones: “Siempre podemos confiar en lo que Dios dice”; “La Palabra de Dios siempre es correcta”; “Obedece la Biblia, y nunca te arrepentirás.” 

¿Quién es el Hombre? Nuestra cultura humanista considera que el hombre es básicamente bueno. Por eso, a los niños a menudo se les hace difícil aceptar que la Biblia afirme que el hombre es pecador. Si ellos no han experimentado abuso, abandono, adicciones u otras heridas profundas (como espero que no lo hayan hecho), ellos probablemente vean a las personas a su alrededor como buenas. Sus niños no apreciarán la necesidad de un salvador, hasta que se vean a sí mismos y a otros como pecadores.  

¿Quién es Jesús?  Crecer en una sociedad que profesa valorar la tolerancia, desafiará la fe de sus niños; los van a llamar “intolerantes” y “odiosos” por afirmar que Jesús es el único camino hacia Dios. Cuando sus niños se sienten en el salón de clase con hindúes, budistas, musulmanes y ateos, ¿mantendrán su fe en Jesús? Para resistir esta presión, sus niños necesitan un conocimiento seguro de quién es Jesús y por qué Él es el único Camino.  

Marcador espiritual para finales de la primaria: Gracia

El objetivo principal para los niños entre 9 y 11 años es que reciban la gracia de Dios. La mayoría de las personas que aceptan a Cristo como Salvador, lo hacen antes de la adolescencia. Dicho de otra forma, si sus niños no llegan a la fe en Cristo para el tiempo de la adolescencia, la probabilidad de que un día lo hagan comenzará a disminuir. 

Eso significa que usted debe hacer dos cosas: Primero, asegúrese de que sus hijos entiendan completamente el Evangelio. Segundo, pídale a Dios que le ayude a discernir si su decisión es auténtica. Innumerables niños “responden” externamente al Evangelio por la presión de un maestro de escuela dominical o de un padre, pero realmente sus corazones permanecen renuentes a someter su corazón a Cristo. 

Para comprender la fe de sus niños, haga preguntas como: “¿Puedes explicar por qué Jesús murió en la Cruz?” “¿Qué tiene que hacer alguien para ir al cielo?” “¿Por qué crees que eres un cristiano?” Respuestas como, “yo hice una oración” o “el maestro me dijo que yo era un cristiano”, pueden indicar que ellos están confiando en algo incorrecto.  

Más allá de aceptar la gracia de Dios, sus niños también necesitan aprender a dar gracia a los demás. “Eso no es justo”, puede ser el reclamo más común de los niños de primaria. Los hermanos pelean por un trozo de pastel, por quién se sienta en qué parte del auto y por quién tiene más tareas domésticas. El grupo de esta edad está preocupado especialmente por obtener la parte justa. Pero la gracia (olvidar lo que es justo y dar a los demás más de lo que merecen) es la mejor manera de ser como Jesús. 

Enseñar a sus hijos la gracia es una tarea difícil, y su naturaleza egoísta se resistirá. Los amigos sacarán ventaja de ello. Entonces, para aprender a dar gracia, ellos necesitarán ver cómo usted modela gracia de forma consistente.   

Marcador espiritual para comienzos de la secundaria: Confianza

Los jóvenes adolescentes comenzarán a reflexionar sobre sus propios propósitos y metas de vida. Estos años son el mejor momento para discutir la importancia de confiar a Dios su futuro. 

Aquí hay una forma de comenzar esa conversación: Discuta Proverbios 3:5-6 con sus hijos, y profundice detenidamente: “¿Qué significa ‘confiar en el Señor’ y hacerlo ‘con todo tu corazón’?” “¿Por qué el entendimiento de Dios es mucho mejor que el tuyo?” “¿Qué significa que “Él allanará tus sendas”?  

Compre un cuadro con este pasaje y cuélguelo en su habitación, ayúdeles a memorizarlo, subráyelo en sus Biblias, y haga que sea un tema importante en sus conversaciones.  

Cuando tenía 13 años, le dije a Dios que quería que Él tuviera el control absoluto de mi vida. Creo firmemente que esa decisión me mantuvo lejos de todo tipo de problemas durante mi adolescencia. De la misma manera, Dios puede usar el compromiso que sus hijos de secundaria hagan con Él, para guiarlos a través de los próximos años.  

Hombre en un bahía leyendo la bilbia

Marcador espiritual para finales de la secundaria: Perspectiva

“¿Por qué Dios permitió que mi mejor amigo muriera en un accidente automovilístico?” La falta de respuestas adecuadas a preguntas tan válidas como estas puede hacer que la fe de su hijo se tambalee.   

Los adolescentes más grandes pueden comenzar a enfrentarse con esas primeras preguntas difíciles: “¿Por qué hay maldad en el mundo?” “¿Por qué mi maestro es tan injusto?” “¿Por qué Dios permitió que mi mejor amigo muriera en un accidente automovilístico?” La falta de respuestas adecuadas puede hacer que su fe se tambalee.   

Primero, brinde la perspectiva de que Dios es soberano en todas las cosas. Sus adolescentes necesitan escuchar esas historias personales en las que Dios hizo que las cosas difíciles trabajaran para su bien. Ellos necesitan verlo confiar en Dios. Esté siempre abierto a las preguntas de sus hijos adolescentes, incluso cuando sean difíciles de escuchar. Si no tiene una respuesta, admítalo y, luego, busquen juntos la respuesta.  

A medida que sus hijos crecen, identifique la etapa de vida en la que se encuentran y ajuste su entrenamiento espiritual de acuerdo con lo que viven. Mi oración es que cada uno de sus hijos llegue a ser como dice el autor George Barna “un seguidor imparable de Jesucristo que acepta la Biblia como verdad, vive de acuerdo con sus principios, busca formas de impactar al mundo y profundiza continuamente en su relación con Dios.” 

Guiando a sus Hijos hacia el Salvador

Por Kelly J. Stigliano

Mis hijos tenían 4 y 5 años de edad cuando aceptaron a Jesús como su Salvador. A esa edad ellos eran como esponjas, absorbiendo el amor de Jesús y las verdades espirituales. Juntos procuramos conocer a Dios a través de la forma en la que las hormigas llevan cargas pesadas o cómo las semillas maduran y se transforman en flores hermosas. Observar el mundo a nuestro alrededor nos provee de muchas oportunidades para enseñar a nuestros hijos de una manera simple. 

Para poder llevar a nuestros hijos a poner su fe en Jesús, ellos necesitan comprender una serie de verdades básicas: 

  • Que son pecadores y necesitan un Salvador
  • El significado de la muerte y resurrección de Jesús
  • La presencia fiel de Dios en la vida de un creyente

Una manera poderosa de transmitir estas verdades en el hogar es que los padres hablen y vivan conforme a ellas cada día, de manera que los niños aprendan, tanto de lo que escuchan como de lo que ven. 

Reconociendo su Pecado 

Mis amigos Tomás y Ana criaron a sus hijos dialogando abiertamente sobre el pecado y la importancia de buscar el perdón de Dios. Oraban juntos antes y después de disciplinarlos y les mostraron a sus hijos la seriedad de sus transgresiones y el valor de tener un corazón limpio delante de Dios. Además, demostraron el amor de Dios perdonando libremente y mostrando el amor y la misericordia incondicionalmente.  

Para que el concepto de luchar contra el pecado se haga real en la vida de sus hijos, ellos necesitan: 

  • Comprender que se equivocan (Romanos 3:23)
  • Admitir y aceptar las consecuencias de sus malas acciones (1 Juan 1:9)
  • Darse cuenta de que Dios los ama en sus éxitos y en sus fracasos (Romanos 5:8)
  • Aceptar que sólo Dios tiene el poder para cambiar sus corazones (Ezequiel 36:26)

El Significado de la Muerte y la Resurrección de Jesús 

Aunque estos principios parecen obvios, muchos padres fallan en contarles a sus hijos la historia básica del Evangelio y asumen que ellos ya conocen que Jesús vino a la tierra como un bebé, voluntariamente derramó su sangre en la Cruz, y murió y resucitó para pagar el precio por nuestros pecados. 

Mi amiga Blanca cuenta que cada uno de sus hijos aceptó a Jesús sentado en su regazo. En cada caso, una simple conversación sobre el pecado, el Evangelio o continuar alguna conversación acerca de la salvación, abrió las puertas para que ella pudiera preguntarles si deseaban creer en Jesús. 

Para que las verdades del Evangelio se hagan reales en los niños, ellos deben comprender primero que: 

  • Jesús nos ama tanto que vino a la Tierra por nosotros (Juan 3:16)
  • Nos enseñó cómo vivir y nos enseñó a conocer a Su Padre
  • Tomó nuestro lugar al morir en la Cruz
  • Jesús venció el pecado y la muerte a través de Su Resurrección- ¡Nuestro Salvador vive!

Dios Está Cerca 

Cuando los hijos de mi amiga Cristina eran pequeños, ella les recordaba lo importantes que eran los niños para Jesús. Ella les leía Génesis 5:1. “El día en que los seres humanos fueron creados, Dios los creó a su propia imagen” (NBV). Luego les recordaba que Dios también los había creado, y que ellos eran valiosos para Dios. Esto los impulsó a comprender que Jesús quiere estar cerca de ellos. 

Yo acostumbraba a decirles a mis hijos que ellos podían hablar con Jesús en cualquier momento; que Jesús estaba siempre con ellos. Para que la cercanía de Dios se vuelva real en los niños, ayúdeles a comprender que: 

  • Las promesas de Dios siempre están para ellos (Hebreos13:5)
  • Jesús vino a la tierra, murió y resucitó para acercarnos a Dios (1 Pedro 3:18)
  • Dios les da a los creyentes un ayudador llamado Espíritu Santo (Juan 14:16, 26) 

Lidere con el Ejemplo 

Aunque sea difícil de comprender, Dios ama a nuestros hijos mucho más de lo que nosotros lo hacemos, y desea que los niños tengan una relación personal con Él a través de Su Hijo Jesús. La presentación más importante que he hecho en mi vida ha sido guiar a mis hijos a Dios a través de mi relación con Jesús. Mostrarles a Cristo en mi vida diaria ha sido fundamental para que ellos tomen la decisión de tener una relación personal con Dios. 

Angélica dice que ella hace su mejor esfuerzo para vivir de acuerdo con Deuteronomio 11:19, que instruye a los padres a hablar sobre los mandamientos de Dios con sus hijos en cada momento del día, tanto en la casa como cuando salen. Cada día, mientras ella y sus hijas van de camino a la escuela, aprovecha la oportunidad para contarles historias de los héroes de la Biblia como Abraham, José y Ester. 

 

Llevar a sus hijos a Cristo puede convertirse en algo natural y hermoso en la medida en que usted muestre su fe en el diario vivir. Podemos ayudarles a comprender su pecado y la necesidad que tienen de un Salvadory enseñarles que Dios los ama y siempre está disponible para ellos. Mientras hacemos esto, preparamos el camino para que nuestros hijos lleguen a entender que Jesús es nuestro Salvador y decidan depositar su fe en Él. 

Cuando era niña me encantaba que mi padre, antes de ir a dormir, me contara historias en las que yo era el personaje principal. Era común que incluyera a algunos de mis amigos (o rivales) e incluso alguna mascota. Me dormía sabiendo que todo estaba bien en mi pequeño mundo, mientras pensaba que yo era la heroína de la historia 

Todos los padres entendemos cuán pequeño es el mundo para un niño. Los niños perciben todas las cosas desde su propio punto de vista, y solo logran enfocarse en cómo las situaciones les afectan. A medida que van madurando, comienzan a ver que el mundo es mucho más grande. Uno de nuestros roles como padres es entrenar a nuestros niños para que se alejen del egocentrismo.  

Aunque la cultura actual les dice a nuestros hijos que la vida “gira en torno a ellos”, les podemos enseñar a reconocer que la vida realmente “gira en torno a Dios”. Existe una historia más grande; un gran relato que se ha ido tejiendo a lo largo de la historia, y todos somos parte de él. Podemos ayudar a nuestros hijos a contemplar esta gran y maravillosa historia que se ha ido revelando poco a poco a través de miles de años. Podemos ayudarles a reconocer que Dios nos ha escogido a cada uno de nosotros para ser parte de esa historia. 

Aquí hay algunas formas en las que podemos ayudar a nuestros hijos a abrir sus ojos a un panorama más amplio: 

Enséñeles los Eventos de Forma Cronológica

Por costumbre, enseñamos las Escrituras como historias fragmentadas, como si no tuvieran relación o continuidad entre ellas. Bebé Moisés es la figura principal un día, Noé otro día y Jesús es la figura clave en otra ocasión. Muchos niños saben las historias, pero no tienen claro si Abraham nació primero que David o si el niño Jesús estaba vivo en la misma época que Moisés. 

Leer las historias bíblicas en segmentos, a veces nos hace perder de vista que hay un hilo conductor que revela que la Palabra de Dios es una historia de amor gigantesca: la historia del Creador que persigue a Su creación y que desea una relación personal con cada uno de ellos. Cuando leamos o enseñemos una historia bíblica, podemos ayudar a nuestros hijos a ubicarla en el contexto de cuándo y dónde sucedió esa historia. Podemos crear esquemas visuales que los ayuden a comprender la secuencia de los eventos, y cómo lo que están leyendo forma parte del plan de Dios para salvar a la humanidad. Así pueden ver lo que ya ha ocurrido y lo que está por venir.  

Poner cada historia en el contexto de la “gran historia” ayudará a nuestros hijos a reconocer que Jesús, nuestro Redentor, y Dios, nuestro Padre, son los personajes principales, aunque parezca que otra persona lo sea.  

Reconozca al Héroe Supremo

Los niños aman a los héroes. Cuando todo esté dicho y hecho, Dios (a través de Su Hijo Jesús) será el héroe supremo. En la gran historia, el bien y el mal se enfrentan entre sí y el mal parece apoderarse del mundo, pero luego aparece Jesús y conquista el pecado y la muerte. Todos los que reconocen a Jesús como Señor y Salvador son salvos. Finalmente, Él arreglará todas las cosas. 

A menudo, los niños ven sólo piezas de este relato heroico. Todos amamos al Jesús retratado en los Evangelios, en donde se relata que Jesús nos ama y nos mostró cómo amar a otros. Realmente Jesús nos ayuda a entender quién es el Padre y cómo debe ser nuestra relación con Él. Sin embargo, tenemos que asegurarnos de mostrar la figura completa de quién es Jesús. Él es ambos, Pastor y Rey, amable y poderoso, humilde y victorioso. ¡Sí! Jesús con humildad se entregó a sí mismo como sacrificio por nuestros pecados, pero también conquistó la muerte, y esto es lo que hace que Jesús sea el tipo de héroe por el que vale la pena vivir. Conocer que Él es la victoria definitiva nos da la valentía para vivir con Él, aunque la vida sea difícil. 

Cuente su Propia Historia

Tome un momento para pensar en su propia historia. Piense en su trasfondo familiar. ¿Cómo Dios ha usado las circunstancias en su vida para atraerle hacia Él? ¿Cuándo se dio cuenta que había algo más en la vida que vivir solo para sí mismo? ¿Cómo eso ha influenciado sus decisiones? Esto en esencia es quien usted es; es una historia que sus hijos necesitan conocer. 

A temprana edad, nuestros hijos pueden comenzar a escuchar parte de nuestra historia y pueden ser testigos de cómo Dios continúa dándole forma. Disfruto contarles a mis hijos algunos aspectos de mi propia historia de fe de acuerdo con la edad en la que están y las experiencias a las que se enfrentan; y les cuento de cómo sentía la dirección de Dios cuando pasaba por situaciones similares a las que ellos enfrentan. 

Incluso, padres que no tenían una relación personal con Dios en su niñez o adolescencia pueden compartir cómo los eventos en sus vidas los guiaron hacia la fe o cómo se hubiesen beneficiado de conocer a un Dios que los amaba y que tenía un lugar para ellos en Su “gran historia”. Cualquiera que haya sido su experiencia, les puede dar a sus hijos una visión de la vida y de la fe en sus circunstancias actuales. Y, aún más importante, les ofrece la esperanza de que existe algo mayor que esas abrumadoras situaciones del día a día.  

Enséñeles que son Parte de la Historia de Dios

Por supuesto, el propósito principal de enseñarles a nuestros hijos todo esto, es ayudarles a que reconozcan que ellos forman parte especial de esta historia épica. 

¡Será una bendición cuando ellos puedan ver esta gran historia como algo que va más allá de las palabras! Una tarde fui a buscar a mi hija al preescolar y le pregunté si quería helado. Ella se emocionó con la pregunta. Luego, vimos a un hombre deambulante cerca de un semáforo. “¿Qué dice su cartel?”, preguntó mi hija. Le expliqué que no tiene una casa, ni un empleo, y que probablemente tenía hambre. Esto perturbó grandemente a mi hija. Traté de explicarle cómo en ocasiones pueden suceder estas cosas, pero ella me interrumpió para decirme que debíamos darle de comer, y no iba a dar marcha atrás. Dijo que deberíamos utilizar el dinero que íbamos a gastar en el helado para comprarle a ese extraño algo de comer. 

Más adelante me enteré de que mi esposo tuvo una conversación con nuestra hija en el desayuno. Él leyó la parábola del Buen Samaritano, y antes de ir al trabajo le dijo: “Hoy quiero que identifiques a alguien que necesite tu ayuda. ¡Debes estar atenta! Dios te ha escogido para que ayudes a alguien hoy”. Nuestra hija estuvo todo el día buscando a quién ayudar, de tal forma que, cuando vio a ese hombre que necesitaba algo para comer, se convenció de inmediato de que él era la persona que debía ayudar. 

Desde ese entonces, nuestra familia se ha dado cuenta de que cada día tenemos oportunidades para unirnos a la historia de Dios; aunque a veces no las veamos. Cuando somos sensibles a lo que Dios está haciendo a nuestro alrededor, aceptamos el regalo y la responsabilidad de ser parte de la historia más grande que se ha podido contar. 

Un día, mi hija Amelia de 5 años, me preguntó: “¿Si acepto a Jesús, voy a morir?”  

“No vas a morir al instante”, le aseguré. 

En la medida en que conversaba con ella, me di cuenta de que recientemente ella había escuchado sobre el Evangelio en la iglesia. En su mente, lo que escuchó se reducía a un simple mensaje: “Cuando le pides a Jesús que entre a tu corazón, vas al cielo”. Aparentemente mi hija no había hecho la oración de fe porque aún no quería morir. 

Después de esto, Ella y yo hablamos más sobre el verdadero significado del Evangelio. Amelia estaba visiblemente aliviada luego de nuestra conversación y dijo que quería orar para aceptar a Jesús como su Salvador. Así que bajamos las escaleras para orar junto a su papá. 

Sin importar la edad de sus hijos, los padres cristianos tenemos la maravillosa responsabilidad de ayudarles a comprender y responder al Evangelio. Entender el Evangelio y la necesidad de un Salvador es fundamental para el camino de la fe de nuestros hijos. 

El Mensaje del Evangelio

Probablemente sus hijos conozcan muchas historias bíblicas de memoria o quizás apenas estén comenzando a aprender verdades básicas de las Escrituras. Cualquiera que sea el nivel de conocimiento bíblico, el primer paso es ayudarles a establecer un entendimiento básico del plan completo de Dios para la humanidad, y de cómo estas historias y verdades están entrelazadas.  

Esa gran historia comienza en el Jardín del Edén. Para que nuestros hijos puedan comprender verdaderamente el significado del sacrificio de Jesús, ellos deben entender que la relación amorosa de Dios con la humanidad fue drásticamente afectada por la presencia del pecado. 

Enseñe a sus hijos que Dios creó un mundo hermoso y luego creó a los seres humanos a Su imagen. De acuerdo con Génesis, Adán y Eva tenían una relación íntima con Dios, pero escogieron desobedecer la voluntad de Dios para sus vidas. Se escondieron porque estaban avergonzados, reconociendo que su desobediencia los separó de Dios. 

Dios es perfecto y santo, y nuestra desobediencia (nuestro pecado) no se puede soportar en Su presencia. Sin embargo, Dios buscó a Adán y a Eva porque aún los amaba. Los vistió con pieles de animal como símbolo de cómo la muerte es necesaria para pagar por los pecados de la humanidad. 

Por generaciones, luego de ese primer acto de desobediencia, los seres humanos hicieron sacrificios de animales para pagar la deuda de sus pecados. Pero Dios siempre tuvo un mejor plan para el perdón. Él envió a Su Hijo Jesús para morir y pagar la pena por nuestros pecados, para derrotar la muerte de una vez y para siempre, levantándose de la tumba. 

Dado que todos los seres humanos fuimos separados de Dios, todos necesitamos aceptar el regalo de la gracia. Juan 3:16 dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (RVR1960). Lea ese verso con sus hijos, explíqueles que el perdón es un regalo inmerecido porque Cristo se sacrificó por nosotros. 

Una forma de explicar la necesidad de un Salvador es pedirles que se imaginen a una niña que va a conocer alguien importante, como al presidente de algún país. Esa niña solamente tiene un cambio de ropa y, como la utiliza todo el tiempo, está desgastada, manchada y tiene un olor horrible. Ella quiere oler mejor, así que se rocía con perfume. Pero ahora huele peor; un mal olor cubierto con perfume. Ella no está en condición de ir delante de un rey. 

Cuando intentamos arreglar nuestros pecados por medio de nuestro propio esfuerzo, no eliminamos la inmundicia o la suciedad, solamente maquillamos el problema. Confesar nuestro pecado y pedirle a Jesús que nos salve, es la única manera de hacer que nuestras manchas y nuestro olor se vayan. Solo así, la separación habrá terminado y seremos aptos para estar delante de la presencia del Rey. 

Ayude a su hijo a comprender que él o ella, como todos los seres humanos, no puede hacer nada lo suficientemente bueno para cubrir sus pecados. Ayúdelo también a reconocer que una simple disculpa no es suficiente. Busque señales de verdadero arrepentimiento; una respuesta personal al regalo del perdón que Dios ofrece de manera gratuita. A medida que su hijo crece, sus conversaciones sobre este tema serán más profundas.  

¿Cómo Responder Algunas Preguntas?

“¿Dónde está el cielo?” 

“¿Realmente Jesús vive en mi corazón?” 

En ocasiones, podemos perder de vista el valor de las preguntas de nuestros hijos. Estas preguntas son una gran oportunidad para explorar la Biblia juntos y, a la vez, construir un conocimiento que fortalezca su fe. 

Para los niños más pequeños, es importante que mantenga los términos y los conceptos lo más simple que pueda. Por ejemplo, el infierno. Aunque no necesita dar una complicada explicación doctrinal sobre el infierno, puede guiarlos a entender la realidad de una eternidad sin Dios. Ayude a su hijo a comprender que todo lo bueno viene de Dios; dele ejemplos de algunas de las cosas buenas que llenan su vida en el hogar o en la escuela. Luego, considere el mismo escenario, pero quite todo lo bueno; toda la presencia de Dios se ha ido de una situación o lugar. ¿Cómo sería la escuela si sólo quedaran las cosas malas? Finalmente, multiplique toda la maldad junta en un sólo lugar, por siempre. 

Prepárese 

A medida que su hijo comienza a comprender cómo el Evangelio tiene efecto en su vida, su interés irá en aumento. Su hijo podrá mostrar un arrepentimiento genuino por sus pecados, que no es lo mismo que lamentarse por ser atrapado y castigado, sino que anhelará el perdón. Preste atención a preguntas relacionadas al cielo y al infierno, el perdón de pecados, la naturaleza de Dios y otros conceptos; esto puede indicarnos que algo está sucediendo en su interior. Puede que su hijo esté listo para tomar la decisión de confiar en Jesús como el Dios de su vida. 

Cuando esa fe sea obvia en su hijo, pregúntele si desea orar. Romanos 10:9 nos asegura que “si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo” (RVR 1960). Si su hijo está listo, dele su apoyo, ya sea para que repita la oración después de usted o enseñándole a orar. 

Luego de todo, apunte la fecha y celebre la decisión de su hijo. Continúe siendo intencional en su apoyo. Incluso cuando las dudas y la confusión lleguen, confíe en que el Espíritu Santo continuará la buena obra que comenzó en su hijo. 

Tiempo en el Auto 

¿No le parece que la mayor parte del tiempo que pasan juntos en familia es cuando están en el auto, de camino hacia lo siguiente que tienen que hacer? Intente apagar la radio y pregúnteles a sus hijos qué fue lo mejor y lo peor que les pasó durante el día. Luego, tómese un momento para orar por el evento al que se dirige a continuación. 

Épocas de Enfermedad 

Otro periodo significativo de tiempo que usted tiene con sus hijos ocurre cuando se enferman y tienen que quedarse en casa en vez de ir a la escuela. Aunque nadie desea que su hijo esté enfermo, estas temporadas nos dan oportunidades para tener conversaciones sustanciosas. El tiempo de enfermedad nos da la oportunidad de ver videos o escuchar música juntos. Entonces, ¿por qué no elegir videos que conduzcan de manera natural a hablar de temas de vida y fe? 

 Hora de la Cama 

Tal vez no haya mejor momento para hablar de la fe que a la hora de acostarse. Comparta los altibajos del día y luego tómense el tiempo para orar el uno por el otro. Con los adolescentes, usted puede preguntar: “¿Hay algo en tu agenda mañana por lo que pueda orar?” “¿Alguno de tus amigos necesita oración por algo?”.  

Hora de la Comida 

Tomar un momento para dar gracias y alabar a Dios antes de comer, establece un ritual que permanece con los niños hasta la edad adulta.  

Época de Vacaciones 

Viajar juntos una larga distancia o simplemente escaparse a un viaje de fin de semana, puede ser un gran momento para retomar una charla de fe con su familia. Diezme el 10 por ciento de su tiempo de vacaciones a Dios. Haga un proyecto de servicio familiar, tómense un tiempo tranquilo para leer juntos la Biblia o tenga un devocional familiar cada día. En la última tarde de sus vacaciones, pase tiempo en oración y adoración. Todo esto no tiene porqué ser complicado, simplemente escuche algunos cantos cristianos contemporáneos y tómese un rato para dar gracias a Dios por el tiempo que han pasado juntos. Tomen turnos para compartir una cosa por la cual están agradecidos en el viaje y una cosa que esperan con ansias cuando lleguen a casa. 

Tiempo Uno a Uno 

Una de las mejores cosas que, como padres, podemos hacer, es hacer el hábito de tener un tiempo uno a uno con cada uno de nuestros hijos. Puede ser semanal o mensual, pero necesita incorporarlo a su ritmo de vida. Si no establece este tiempo, más adelante en la vida dirá: “Debí haberlo hecho”. Pase un fin de semana a solas con cada uno de sus hijos, o establezca una noche de citas mensuales para ver una película o cenar juntos. La actividad que hagan no es tan importante como su compromiso de pasar tiempo juntos.  

En realidad, usted tiene el tiempo para hablar de fe con sus hijos. Sólo tiene que aprovechar algunos de estos lapsos. Sí, usted está ocupado, pero recuerde que el tiempo que tenga está basado en sus propias decisiones.  

“No hay ni una pizca de evidencia de que Jesús haya existido.” 

Este fue uno de los muchos comentarios que recibí de alguien que cuestionaba el cristianismo. A lo largo de los años, mi sitio web ha atraído a cientos de escépticos que quieren desafiar mis publicaciones. Aunque he sido cristiana desde la infancia y quería responder, no me sentí preparada para argumentar afirmaciones tales como: 

“La ciencia ha desmentido a Dios.” 

“La Biblia está llena de contradicciones.” 

“El cristianismo es una imitación de las religiones paganas.” 

Sin embargo, el día en que alguien comentó que no había evidencia de que Jesús existiera, supe que tenía que estar mejor informada. Descubrí la apologética; la disciplina que estudia cómo defender las verdades del cristianismo. La apologética me ayudó a comprender mejor las pruebas históricas del ministerio y la resurrección de Cristo, y me dio buenas respuestas a las afirmaciones contra la existencia de Jesús. 

Mientras estudiaba, aprendí que muchos jóvenes de hoy se alejan del cristianismo porque no entienden la evidencia que refuta los mismos desafíos que yo había encontrado. Lamentablemente, muchos padres cristianos no son conscientes de cómo incluir esta información en el discipulado de sus hijos. 

Si usted es uno de estos padres, puede comenzar a educarse aprendiendo cómo responder a los siguientes cuatro desafíos que enfrenta nuestra fe: 

"La Fe es Opuesta a la Razón"

Hace poco estaba hablando con algunos padres acerca de cuál es la mejor manera de discipular a los niños, y una madre, que tenía una visión de fe muy diferente a la mía, dijo: “Yo le digo a mi hija que creer en Dios es sólo una cuestión de fe”, y agregó: “Es como con Santa Claus; algunos creen; algunos no”. Lamentablemente, esta madre parecía haber aceptado la idea errónea de que la fe es lo opuesto a la razón, y que no era diferente a la creencia de un niño en Santa Claus. Desafortunadamente, muchos padres están de acuerdo con esta falsa rivalidad entre la fe y la razón. “Sólo necesitamos tener fe“, les dicen a sus hijos cuando alguien los critica por mantener creencias “irracionales”. 

Ayude a sus hijos a reconocer que no tienen que elegir entre la fe y la razón. La fe, por sí misma, es un compromiso con una creencia. Puede basarse en razones buenas o malas. Una fe bien colocada es apoyada por una buena razón, y una fe mal colocada no está apoyada por la razón. Se instruye a los cristianos que tengan una fe razonable en respuesta a la evidencia que Dios ha proporcionado, como el mundo inteligentemente diseñado en el que vivimos o el hecho de que los seres humanos están conectados de manera única para entender un código moral. Debemos entender la evidencia y estar preparados para compartir cuando se nos pregunte. “Más bien, honren en su corazón a Cristo como Señor. Estén siempre preparados para responder a todo el que les pida razón de la esperanza que hay en ustedes.” 1 Pedro 3:15, NVI. 

Aplicación 

Ayude a sus hijos a entender que los cristianos deben aceptar conversaciones basadas en la razón y la lógica. Explique que hay una clara distinción entre una fe bien colocada y mal colocada. Busque ejemplos de ambos, hablando de cómo estos se comparan con nuestra fe en Dios. 

Por ejemplo, recientemente, mientras mi hijo estaba en la cocina examinando cucharas en el cajón de la vajilla, dijo: “No siempre están limpios“. Yo le respondí: “Así que tienes razones para creer que el lavavajillas no es efectivo”, y agregué: “¡Confiar en esa máquina sería una fe sin fundamento!”. Nos reímos, pero ese pequeño momento nos llevó hacia una buena discusión sobre cómo la fe en Dios está basada en una buena razón. 

"La Ciencia ha Desmentido a Dios."

Si la fe se basa en la razón, por deducción entendemos que nuestros hijos necesitan saber cuáles son esas buenas razones, y cómo pueden conocer mejor las maneras en las que Dios se ha revelado a nosotros. 

 La Biblia es nuestra principal fuente de conocimiento sobre Dios, pero los cristianos a menudo pueden olvidar que el mundo natural también es una fuente que nos revela a Dios. ¿Qué podría saber usted acerca de Dios con solo mirar el mundo que le rodea? 

 Nuestro mundo físico declara la gloria de Dios, proclamando la obra de Sus manos. “Los cielos cuentan la gloria de Dios, el firmamento proclama la obra de sus manos” Salmos 19:1, NVI. Los cristianos deben reconocer que la verdadera ciencia (una observación honesta del mundo creado) es compatible con nuestra fe. 

Un buen lugar para comenzar es . . . bueno, en el principio. Un hecho científico aceptado es que el universo tuvo un comienzo. También sabemos que todo lo que empieza a existir debe tener un causante; es decir, no vemos que las cosas aparezcan de la nada y sin una causa. Así que, nuestro gran universo necesariamente debió tener una causa. Y para crear cosas como el espacio, el tiempo y la materia, ese causante debió estar fuera del espacio, el tiempo y la materia. Esta descripción es totalmente coherente con el relato de la Biblia sobre la Creación y sobre quién es Dios.  

El astrofísico Hugh Ross y sus colegas han observado más de 140 propiedades del universo, como la fuerza de la gravedad, que parecen ajustarse con precisión para mantener la existencia de la vida. Es extraordinariamente improbable que todos estos factores se hayan alineado correctamente por casualidad, de tal forma que la vida fuera posible. Esto sugiere fuertemente que nuestro universo es el producto de una inteligencia con propósito que tiene lugar más allá de la naturaleza. 

Aplicación 

Pídale a su hijo que imagine qué aprendería acerca de Dios si no tuviera el apoyo de la Biblia: “¿Qué podría aprender acerca de Dios al mirar el mundo que lo rodea?” Lea  Romanos 1:18-20 y analice lo que dice la Biblia que podemos aprender de la naturaleza. Use esto como un trampolín para futuras conversaciones de lo que nuestro mundo revela sobre el Creador. 

"¿Dónde está tu Dios Ahora?"

A medida que los ataques terroristas y otras tragedias producidas por el hombre llenan los titulares, comentarios como este demuestran cómo el problema del mal entra en conversaciones cotidianas. Es un dilema antiguo: Si Dios realmente es bueno, eliminaría el mal, y si es todopoderoso, podría eliminarlo. Pero como el mal existe, ¿existe Dios? 

He sido contactada por muchos padres cuyos hijos han decidido que la existencia del mal y un buen Dios son irreconciliables; han llegado a la conclusión de que Dios no puede existir. 

Debemos anticiparnos a este desafío. Responder comienza ayudando a nuestros hijos a recordar que Dios creó a los seres humanos con el don del libre albedrío. Les pido a mis hijos que se imaginen cómo sería la vida sin la posibilidad de elegir el mal. ¿Y si sólo fuéramos capaces de hacer el bien y amar a Dios? Ellos no tardan mucho en entenderlo: seríamos como robots obedeciendo órdenes ciegamente. 

La verdadera bondad no puede ser forzada; debemos elegirla. Pero esa libertad nos permite tomar malas decisiones también. Dios hizo posible el mal al darnos el poder de elegir, pero los humanos son responsables de traer el mal al mundo. 

Es igualmente importante que los jóvenes entiendan que los argumentos de los ateos son débiles cuando ellos mismos mencionan su dilema con el mal. Si Dios no existe, no habría un objetivo estándar para llamar a cualquier cosa mala. Sin una autoridad moral sobre la humanidad, lo que llamamos “bueno” y “malo” sólo sería una cuestión de opinión. Sin embargo, nuestra intuición más profunda nos dice que ciertos comportamientos son objetivamente malos. Y puesto que estas “leyes” morales objetivas existen realmente, la mejor explicación es que también existe un legislador moral.  

De hecho, cuando los gentiles, que no tienen la ley, cumplen por naturaleza lo que la ley exige, ellos son ley para sí mismos, aunque no tengan la ley. Éstos muestran que llevan escrito en el corazón lo que la ley exige, como lo atestigua su conciencia, pues sus propios pensamientos algunas veces los acusan y otras veces los excusan. Así sucederá el día en que, por medio de Jesucristo, Dios juzgará los secretos de toda persona, como lo declara mi evangelio” Romanos 2:14-16, NVI.  

Aplicación  

Lamentablemente, las noticias ofrecen amplias oportunidades para poner este tema en el primer plano del debate. Use una noticia para preguntarle a su hijo: “¿Cómo cree que puede suceder este tipo de mal si Dios es bueno?” Discuta la naturaleza del libre albedrío. Y, luego, explique que sólo en un mundo donde Dios existe, podemos etiquetar objetivamente a los malhechores como malvados. 

"¿Realmente Crees que los Muertos Pueden Volver a Vivir?"

Imagínese a sus hijos corriendo desde afuera, gritando: “¡Acabamos de ver a tres cerdos volando!“. Probablemente no les creería. ¡Los cerdos no pueden volar! 

Para muchas personas, esta es la misma lógica con la que determinan que las afirmaciones del cristianismo, como la Resurrección, no son verdaderas. Un ateo una vez me dijo: “Sé que no hubo resurrección porque sé, por la ciencia, que los muertos permanecen muertos“. Pero, incluso otros escépticos están de acuerdo en que: Las afirmaciones del cristianismo no encajan en el funcionamiento del mundo natural. 

Es importante que nuestros hijos entiendan la falla implícita en este caso. Cristianos y no creyentes están de acuerdo en que los muertos no vuelven a la vida naturalmente. Pero milagros como la resurrección no son acontecimientos que los cristianos creen que ocurren de acuerdo con las leyes de la naturaleza. Los milagros, por definición, ocurren sobrenaturalmente, por la acción directa de Dios en nuestro mundo. 

De ello se deduce que, si Dios existe, los milagros son posibles. Si Dios no existe, los milagros no son posibles, y la naturaleza es todo lo que hay. Esta es una distinción clave que los niños deben entender; tanto los milagros como la resurrección, son acontecimientos con una causa fuera de la naturaleza. ¡No están limitados por las leyes naturales! 

Aplicación 

Pregúntele a su hijo: “¿Por qué piensas que los cristianos creen que Jesús volvió a la vida, si sabemos que todas las otras personas que mueren permanecen muertas?”. Aclare que la resurrección es un acto milagroso y que los milagros son eventos con una causa fuera de la naturaleza, por lo que no necesariamente siguen las leyes naturales. Haga hincapié en que si Dios, el Creador de nuestro universo existe, entonces los milagros son absolutamente posibles e, incluso, esperables. 

Estas conversaciones son sólo un punto de partida, pero proporcionan un marco para responder a los principales desafíos intelectuales a los que se enfrentan los cristianos hoy en día, y conducirán a discusiones que equiparán a los niños con una fe más segura. 

Un día de primavera, mientras conducía el automóvil, le dije a mi hijo de 4 años: “Las plantas estuvieron muertas todo el invierno, pero ahora están volviendo a la vida. ¿Conoces a alguien que haya estado muerto, pero luego haya vuelto a la vida?”. Su respuesta fue “Jesús”, por supuesto. Luego tuvimos una conversación muy interesante sobre la resurrección y el poder de Dios; y todo surgió de las plantas verdes.   

Desearía que este tipo de conversaciones ocurrieran más a menudo con mis hijos. Intenté provocar una conversación similar con mi hijo mayor, pero tuve menos éxito. Una de las razones es que mis hijos tienen distintos temperamentos espirituales, así como también tienen diferentes cuerpos, personalidades, intereses y estados de ánimo. Sus temperamentos espirituales a menudo influyen en la forma en la que aprenden sobre Dios. 

El pastor y escritor Gary Thomas se refiere a estos temperamentos como “caminos sagrados”. Thomas dice que todos los cristianos tienen diferentes y válidas formas de demostrar su amor a Dios. “Nuestros temperamentos harán que nos sintamos más cómodos con algunas de estas expresiones más que con otras; y eso es perfectamente aceptable para Dios”, escribe Thomas en su libro Sacred Pathways (Disponible solo en Inglés). “De hecho, cuando adoramos a Dios según la forma en la que Él nos hizo, estamos afirmando su obra como Creador“. 

Para algunas personas es mucho más fácil conectar con Dios a través de lo que les rodea o sus rutinas, y quizás otras prefieran hacerlo a través del servicio o el intelecto. La forma espiritual que domina la personalidad de un niño proporciona más oportunidades potenciales para conectarse con Dios. Aunque su hijo puede tener una combinación de estos siete temperamentos, usted se dará cuenta de que uno o dos de ellos pueden destacar un poco más que los demás. 

El Tradicionalista 

La mayoría de los niños necesitan una rutina desde el comienzo de su vida, pero los tradicionalistas no solo prosperan en este entorno, sino que, conforme van creciendo, siguen necesitando una estructura en su fe. Estos niños se benefician de tiempos de adoración constantes, oraciones estructuradas, y de auténticas y significativas celebraciones.   

Conforme los tradicionalistas van creciendo, pueden ir inclinándose hacia otro temperamento, sin dejar de confiar en la estructura de fe básica con la que han crecido. Otros, en cambio, se volverán más definidos en su temperamento tradicionalista.   

Incorpore rutinas que fortalezcan la fe de su hijo creando celebraciones especiales para el Adviento, la Cuaresma, y el Pentecostés. Estas celebraciones pueden parecer restrictivas para los no tradicionalistas, pero reavivarán a quienes tengan este tipo de temperamento.  Estos niños también se fortalecen cuando oran a determinadas horas del día o cuando sus momentos de oración se basan en señales externas, como la campana del colegio.  

Personajes bíblicos de los que pueden aprender: 

  • Abraham (construyó muchos altares)    
  • Esther (se armó de valor para romper una regla, y así salvar a los judíos) 
  • Pasajes bíblicos para leer juntos: Colosenses 3:16, 1 Corintios 11:17-34.  

El Naturalista 

Algunos niños se conectan con Dios a través de la naturaleza. Al igual que algunos adultos se sienten más cerca de Dios cuando están en la cima de una montaña o mientras pescan, de igual forma muchos niños se sienten cerca de Dios mientras disfrutan de Su creación. Ellos pueden entender mejor las metáforas espirituales cuando se relacionan con el mundo actual. Dios utiliza la naturaleza (hierbas, jardines, mascotas, nubes y personas) para acercar a estos niños a Él. 

En el caso de un niño naturalista, los padres deben ayudar a su hijo a acercarse a la creación con intencionalidad y con un oído sensible hacia el Creador. Si sus hijos son pequeños, usted puede y debe tomar la iniciativa de mostrarles cómo somos atraídos hacia Dios a través de su creación, de forma parecida a la conversación que tuve con mi hijo. Con el tiempo, su hijo se conectará naturalmente con Dios de esta forma. De lo contrario, pueden caer en la trampa de solo dar crédito a la naturaleza por sí sola. Hablar de la naturaleza como una creación de Dios, es la clave para que los ojos del naturalista sean atraídos hacia el Creador.  

Personajes bíblicos de los que pueden aprender: 

  • Elías (un profeta que se movía mucho alrededor de esto)  
  • Débora (juzgó a Israel bajo una palmera datilera y no desde una tienda)  
  • Pasaje bíblico para leer juntos: Salmo 19:1-6.  
  • Pasajes bíblicos para leer juntos: Colosenses 3:16, 1 Corintios 11:17-34.  

El Sensorial 

Los niños, por naturaleza, son increíblemente sensibles a la información sensorial. Sin embargo, algunos se sienten realmente conmovidos por esto. Al igual que el naturalista se siente atraído por el entorno natural, el sensorial se siente atraído a adorar por el cosquilleo de los sentidos: el arte, la música, la comida deliciosa, los olores embriagadores, las nuevas texturas y la danza. Esto puede parecer extraño en una cultura de Iglesias con paredes blancas, pero el propio cielo se describe a menudo como una hermosa y exuberante multitud de voces que dan alabanzas en todas las lenguas (Apocalipsis 15:4; 19:6-7).  

Para ayudar a los niños sensoriales a conectarse de una forma significativa con Dios, sea proactivo en destacar la belleza estética y palpable de las cosas que Dios hizo, de tal forma que los lleven a momentos de reflexión. Puede preguntar algo como: “¿Cómo te hace sentir ese olor/sabor/música?” o “¿Qué refleja eso sobre la fe/Dios?”.  Si no los ayuda a entender que Dios dio al mundo su belleza estética a través de las artes; la cultura puede llevar a los niños sensoriales a pensar que solo la belleza por la belleza es importante. Por lo tanto, estos momentos breves y llenos de aprendizaje son clave para los sensitivos.  

Personajes bíblicos de los que pueden aprender: 

  • David (y sus muchos salmos)  
  • María (hermana de Lázaro)  
  • Pasaje bíblico para leer juntos: Ezequiel 1-3:15  

Corintios 11:17-34.  

El Cuidador

Tengo un hijo que me sigue a todas partes cuando estamos en casa. Le encanta limpiar los baños, hacer las camas y hornear, y busca constantemente pequeñas formas de ayudar. De hecho, se enfada cuando le digo que no puede ayudarme en determinada tarea. Tengo la sospecha de que para él será fácil desarrollar una relación con Dios sirviendo a los demás. No todos los niños disfrutan sirviendo comida a los indigentes. Para un niño como el mío, puede ser una alegría.  

La tentación de un cuidador es la misma con la que Marta tuvo que lidiar: estaba tan ocupada sirviendo a Jesús que se olvidó de utilizar ese servicio como una forma de conocer a su Salvador. Es bastante sencillo exponer a un niño al servicio cristiano, pero otra cosa muy distinta es mostrarle cómo lograr hacer que su servicio le acerque a Cristo. Cuando hable con su hijo sobre sus actos de servicio, pídale que analice qué servicio fue hecho con la motivación pura de bendecir a otros en el nombre de Jesús, y cuál fue hecho por orgullo o por sentimientos de religiosidad. Encontrar la motivación correcta es clave para este tipo de temperamentos. 

 

Personajes bíblicos de los que pueden aprender: 

  • Lidia (una vendedora de telas de color púrpura que se mostró hospitalaria con Pablo)  
  • Esteban (supervisó el cuidado de las viudas y los huérfanos en la iglesia primitiva)  
  • Pasaje bíblico para leer juntos: Mateo 25:31-46.  

Corintios 11:17-34.  

El Activista 

¿Alguna vez ha conocido a un niño al que la injusticia lo altere demasiado? Seguramente todos hemos visto en las noticias historias de niños que se suman a una causa concreta y le dedican su joven vida. Podemos tener la tentación de alejar a nuestros hijos del mal en el mundo, de mantenerlos en su burbuja segura de la familia y la escuela, pero si elegimos ignorar el mundo frente a nosotros, un niño activista será completamente abrumado cuando descubra lo que está sucediendo.  

Como padres, nuestra labor es permitir que nuestro hijo sea testigo de los males del mundo, en dosis manejables y adecuadas para su edad; de esta forma, le ayudaremos a desarrollar la pasión que Dios ha puesto en él por los oprimidos. La mayoría de los activistas no necesitan que se les dé una causa por defender; una vez que hayan identificado aquello por lo que late su corazón, es más probable que tengamos que contenerlos para ayudarles a encontrar un equilibrio. Sin embargo, la tentación de cualquier activista es volverse orgulloso en su postura contra el mal, olvidando su relación con Dios. El papel de los padres será ayudarle a buscar la voluntad de Dios, la sabiduría y la humildad en su trabajo, utilizando su activismo para acercarse al amor y la verdad del carácter de Dios.  

Personajes bíblicos de los que pueden aprender: 

  • Juan el Bautista (preparó el camino para Jesús)  
  • Sifra (una de las parteras que salvó a los bebés israelitas de los egipcios)  
  • Pasaje bíblico para leer juntos: Isaías 58  

El Intelectual   

Cuando era adolescente, una de las primeras cosas que compré en la librería cristiana fue una concordancia. Mi amigo pensó que yo era extraño, pero tenía una profunda necesidad de entender mejor la Palabra de Dios. Algunos niños comparten mi profunda curiosidad y les resulta fácil sumergirse en los temas que les interesan. Sin embargo, los temas pueden no parecer “intelectuales” desde el punto de vista de un adulto. De hecho, más bien pueden parecer una obsesión por los dinosaurios o las bacterias, pero los niños a los que les gusta aprender suelen conectar con Dios de la misma manera.  

Como padre, su trabajo es alimentar el fuego intelectual de su hijo con material desafiante; pueden ser libros que le hagan profundizar en la fe, estudios bíblicos para hacer juntos o, incluso, comprarle una concordancia para su cumpleaños. Muchos intelectuales también son excelentes maestros porque les encanta compartir lo que han aprendido.  

 La tentación aquí es volverse arrogante en el conocimiento y orgulloso en el trato con los demás, cambiando el Árbol de la Vida por el Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal como lo hicieron Adán y Eva. Los padres pueden ayudar a los niños a equilibrar su creciente conjunto de conocimientos animándolos a vivir lo que han aprendido en su relación con Dios y con los demás. Si el camino intelectual le atrae a su hijo, considere la posibilidad de asociarse con él para enseñar una clase de escuela dominical para niños más pequeños o permítale enseñar a sus hermanos menores.  

Personajes bíblicos de los que pueden aprender: 

  • Eunuco etíope (aceptó a Jesús después de que Felipe corriera junto a su carro)  
  • Priscila (que abrió su casa a Pablo y conoció a Jesús por él)  
  • Pasaje bíblico para leer juntos: Hechos 8:27-38  
mujer leyendo la bilbia

El Entusiasta   

De niño, en el tabernáculo, Samuel escuchaba claramente la voz de Dios. Pasó su vida siguiendo órdenes directas de Dios y profetizando a los israelitas. Su vida estuvo llena del misterio de las voces nocturnas, de la revelación directa de Dios e, incluso, de invocar tormentas eléctricas en nombre de Dios. Para muchos, esto suena aterrador e imposible, pero para nuestros hijos con el temperamento entusiasta, este tipo de relación con Dios suena increíble.  

Es posible que usted tenga un hijo entusiasta para discernir la voz de Dios y buscar su voluntad. Los padres con un niño entusiasta necesitarán aprender a dar la bienvenida a la conexión de su hijo con Dios y ayudar a desarrollar sus habilidades de discernimiento a través del conocimiento y la comprensión bíblica. Refuerce la verdad de que Dios nunca contradice Su Palabra. Si su hijo cree que está siendo movido por el Espíritu Santo, ayúdelo a buscar en la Biblia un fundamento bíblico que afirme la perspectiva de Dios. 

Personajes bíblicos de los que pueden aprender: 

  • Samuel (el profeta)  
  • Ana (la profetisa)  
  • Pasaje bíblico: Efesios 5:15-20  

Todos los miembros de un solo cuerpo  

 La mayoría de los padres cristianos asumimos que nuestra forma de conectar con Dios es la misma forma en la que nuestros hijos se conectarán con Él. Pero no hay una talla única para la fe. “Dios quiere conocer a tu verdadero yo, no una caricatura de lo que otra persona quiere que seas“, señala Gary Thomas. “Él te creó con una determinada personalidad y un determinado temperamento espiritual. Dios quiere tu adoración, según la forma que te dio“.  

Un padre intelectual tenderá al estudio profundo de la Biblia con sus hijos, mientras que un cuidador se centrará en buscar proyectos en los que su familia sirve y, por otro lado, un naturalista pasará mucho tiempo en la naturaleza con sus hijos. Si yo soy un entusiasta extremadamente extrovertido, me puede parecer extraño que mi hijo introvertido prefiera sentarse en silencio y contemplar el amor de Dios o reflexionar sobre una sección de las Escrituras. Puedo sentir que mi hijo carece de fe, pero la verdad es que puede ser que mi hijo se conecta con Dios de una manera diferente a la mía.  

Dios, que se deleita en nuestras diferencias, desea atraer a cada uno de nosotros hacia Él. Los padres debemos y podemos buscar momentos de enseñanza, pero deben ser diferentes para cada niño. Como padres, también deberíamos considerar la posibilidad de ayudar a nuestros hijos a encontrar mentores que conecten con Dios de la misma manera en que ellos lo hacen; especialmente si su temperamento espiritual es completamente opuesto al nuestro.  

Entonces, ¿cuál es nuestro papel como padres en la conexión personal de nuestros hijos con Dios? Nuestro papel es abrir los ojos a la forma única en que Dios se comunica con nuestros hijos y, luego, podremos responder buscando formas de aliarnos con Dios para que nuestros hijos desarrollen una relación con Jesús.  

© 2021 Focus on the Family. Todos los derechos reservados. Utilizado con permiso. Publicado originalmente en inglés en focusonthefamily.com. 

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