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La Paternidad: El Centro del Universo

Padre tomando a su hijo pequeño en las manos

La paternidad es algo profundamente valioso y sagrado para el cristianismo. “Padre” no es solo un papel que Dios asumió para contar su historia; es la esencia de quien es Él. La paternidad es el núcleo del universo, porque es el centro y la fuente de toda realidad. La paternidad es la naturaleza original y más fundamental de Dios.

“Lo más importante que podemos conocer sobre George MacDonald es que …una relación casi perfecta con su padre fue la raíz terrenal de toda su sabiduría. Él dijo que fue de su propio padre de quien aprendió por primera vez que la paternidad debe ser el núcleo del universo. De esta forma inusual él fue entrenado para enseñar a otros esa religión en la cual la relación del Padre y el Hijo es la más importante de todas las relaciones”.

                                                                                   C.S Lewis,

                                                                       “George MacDonald: La Antología”

La paternidad debe ser el centro del universo. Hace unos años atrás, cuando leí por primera vez estas extrañas palabras de C.S Lewis, me causaron una gran curiosidad, y pensé: “Por supuesto que Dios es el Padre y Su Hijo es nuestro Salvador, ¡pero sospecho que Lewis y MacDonald se estaban refiriendo algo mucho más grande!”.

¡Y definitivamente así era!

Si el cristianismo es verdad, entonces la paternidad es, literalmente y en realidad, el núcleo de todo lo que es y existe; y Jesús mismo nos lo dice. El gran Francis Schaeffer nos muestra esto en su libro “Génesis en el Espacio y el Tiempo”, en donde señaló que, aunque las Escrituras comenzaban diciendo “En el principio”, era necesario reconocer que había algo profundamente hermoso antes “del comienzo”. ¿Qué era lo que había?

En Juan 17, la oración sumo sacerdotal de Jesús nos da la oportunidad de escuchar, en lo secreto, una conversación íntima y completamente única entre Dios el Hijo y Dios el Padre. Jesús nos cuenta lo que estaba pasando antes de “El principio”. Había gloria (Juan 17:5) y había amor (Juan 17:24) compartidos entre un Padre y su Hijo unigénito. La naturaleza de ese amor y esa intimidad era profundamente personal, íntima y apasionada. De hecho, Juan 1:18 nos dice en el griego original, que el Hijo habitó íntimamente “en el seno del Padre” antes de venir a habitar entre nosotros en la tierra.

¡Esto significa que antes de que cualquier cosa existiera en la creación, antes de Génesis 1:1, la Tierra estaba vacía y sin forma, pero la realidad ciertamente no lo estaba!

Antes de Génesis 1:1, la Paternidad ya estaba ahí.

El núcleo de toda realidad es el de un Padre amando y gloriándose en su Hijo, y un Hijo amando y gloriándose en el Padre. Y su amor era tan poderoso y real que es eternamente manifestado en el Espíritu Santo, el tercer miembro de la Trinidad. Esto significa que el cristianismo enseña de manera única que la realidad absoluta (realidad suprema) no es oscura, vacía e impersonal, sino intensamente personal, inherentemente relacional y apasionadamente íntima.

J.I Packer, en su libro “Christianity: The True Humanism“ (en español: Cristianismo, El Verdadero Humanismo), explica lo siguiente:

“Antes de que existiera la Creación, Dios, quien es a la vez singular y plural, único y trino, solitario y social, existía y se regocijaba en el amor (el amor del Padre por el Hijo y del Hijo por el Padre), un amor en el que el Espíritu Santo era y es de alguna manera agente, emisor y partícipe, todo en uno”.

C.S Lewis en Mero Cristianismo hace esta observación que cambia el universo:

Dios es amor, y el amor obra a través de los hombres, especialmente a través de toda la comunidad de cristianos. Pero este espíritu de amor es, desde la eternidad, un amor continuo entre el Padre y el Hijo.

Y como explicó Augustine de manera simple pero profunda en Sobre la Trinidad”:

“Hay pues, tres cosas: aquel que ama ‘el Padre’, aquel que es amado ‘el Hijo’ y el amor ‘el Espíritu Santo’”.

Jesús habló de Su Padre más de 170 veces en el Nuevo Testamento, y en casi todas las ocasiones utilizó la palabra “abba”, una forma exclusiva e íntima de dirigirse al Padre. Esta intimidad, este amor, esta aceptación y entrega entre el Padre y el Hijo es lo que los cristianos entienden como lo que es el “núcleo del universo”. Y como tal, esto es lo que se encuentra en el centro de nuestras vidas, nuestra esencia más profunda.

Me doy cuenta de que todo esto suena muy metafísico y misterioso, pero es una Verdad Fundamental que es central para nuestra fe. Esto cambia dramáticamente nuestra comprensión del fundamento de la realidad y de Dios mismo. Y también afecta la naturaleza misma de quienes somos, para qué fuimos creados y, por lo tanto, de nuestros más profundos anhelos. Pero esta historia cristiana sobre la paternidad no termina ahí.

El Poder Espiritual de la Paternidad

Las primeras palabras de Cristo registradas en las Escrituras aparecen cuando él tenía doce años. Sus padres lo dejaron accidentalmente en Jerusalén y, cuando descubren que estaba perdido, se produce una búsqueda frenética de tres días. Finalmente, lo encuentran en el Templo y lo reprenden severamente por el susto que pasaron. Jesús calmadamente les responde: “¿Por qué me estaban buscando? ¿No sabían que debo estar en la casa de mi Padre?” (Lucas 2:49). Décadas más tarde, Jesús es condenado a la más humillante de las muertes por el “crimen” de decir que Él es el Hijo amado de Dios (Mateo 26:63-66).

La Cruz: ¿Fue una Crisis del Abandono del Padre?

Recordemos el día en que Jesús murió. Al medio día del día de la crucifixión, el cielo se oscureció por tres horas. Dios se había apartado del Hijo debido al pecado que cargó por nosotros. Por primera y última vez en toda la eternidad, la intimidad del Padre y el Hijo se interrumpió profundamente. A tal punto, que Jesús gritó sintiéndose solo y finalmente abandonado. De hecho, esa fue la primera y única vez que Jesús se refiere a Su Padre de manera impersonal como “Dios mío, Dios mío”; y luego, murió.

La cruz fue una crisis del abandono del Padre.

La paternidad es algo profundamente valioso y sagrado para los cristianos. “Padre” no es solamente un rol que Dios asumió para contar su historia; es quien Él es. La paternidad es la esencia misma del universo porque es el centro mismo y la fuente de toda la realidad. La paternidad es la naturaleza original y fundamental de Dios. Y debemos entender que es debido a esto que la paternidad humana está bajo un ataque tan feroz en nuestra cultura actual, y es por lo que la herida que causa un padre es tan real y devastadora. Satanás sabe muy bien todo lo que representa la paternidad, y la odia.

Nosotros también debemos comprender todo lo que la paternidad representa, y amarla.

Miniatura del Curso La poderosa Influencia de Papá donde se ve un padre junto a su hijo en puerto pesquero sonriendo y haciendo un dab

Serie:
La poderosa Influencia de Papá

Un curso que le hará entender la importancia del rol paterno en la familia, y le ayudará a ejercer ese rol como un papá comprometido y presente.

© 2022 Focus on the Family. Todos los derechos reservados. Utilizado con permiso. Publicado originalmente en inglés en focusonthefamily.com. 

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