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¿Cómo los Pastores pueden Ayudar a los Matrimonios a Permanecer Casados?

Fotografia de pareja de novios casandose y colocandose los anillos

La institución del matrimonio está pasando por tiempos difíciles en nuestro mundo quebrantado. La Corte Suprema de Estados Unidos ha rechazado la definición tradicional de matrimonio. Muchos matrimonios se dan por vencidos, ya que no consideran al matrimonio como un compromiso, sino como un contrato. Una de las cosas que más duele presenciar siendo pastor, es el divorcio de matrimonios que nosotros mismos hemos casado. Yo experimenté esto cuando era pastor en el campo universitario.

El matrimonio nunca ha sido fácil. Incluso los mejores matrimonios pasan por pruebas y pueden fracasar. Los divorcios no solo separan a los cónyuges, sino que también lastiman a los niños y distancian a los miembros de la familia y amigos. No es de extrañar que el profeta Malaquías escriba: “Yo aborrezco el divorcio —dice el SEÑOR, Dios de Israel—, y al que cubre de violencia sus vestiduras, dice el SEÑOR Todopoderoso. Así que cuídense en su espíritu, y no sean traicioneros” (Malaquías 2:16, NVI).

Aunque algunos divorcios son inevitables (solamente después de haber hecho el mejor esfuerzo de estar juntos por medio de otras alternativas), las iglesias deben esforzarse fervientemente para fortalecer los matrimonios y a las familias en general. Muchos ministerios cristianos se dedican a apoyar el fortalecimiento de los matrimonios, entre los que se destaca Enfoque a la Familia.  Pero, ¿qué podrían hacer los pastores locales, desde su rol de maestros y consejeros, para ayudar a los matrimonios a permanecer juntos, e incluso, a vivir un matrimonio pleno?

El primer punto evidente es que los pastores casados deben tener matrimonios fuertes que sirvan como modelos para los miembros de la iglesia. Ambos cónyuges deben estar comprometidos con el ministerio de la iglesia. Lamentablemente, algunas esposas de pastores sienten que el trabajo de la iglesia de su esposo está en competencia con su matrimonio. A veces es así. Debido a esto, los cónyuges necesitan discernir cómo proteger su matrimonio y apoyar el ministerio de la iglesia, sin priorizar el uno sobre el otro.

Una buena medida es dedicar un día de reposo semanal para descansar y renovar la relación matrimonial. Hay muchas esposas viudas a causa del ministerio andando por ahí. Pablo escribió: “El que no provee para los suyos, y sobre todo para los de su propia casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo” (1 Timoteo 5:8, NVI). Creo que este principio se aplica tanto al apoyo financiero, como a las necesidades emocionales y espirituales del cónyuge.

Los pastores pueden enseñar y predicar lo que la Biblia dice sobre el matrimonio y exponer las presiones sociales que debilitan las relaciones saludables en la actualidad. Más importante que dar una “lista de cómo hacerlo”, debemos enseñar la dinámica divina del amor. Pablo nos dice que el “amor es paciente, es bondadoso, no se enoja fácilmente, no guarda rencor” (1 Corintios 13:4-5). Debido al amor, aquellos que están fuera de la iglesia pueden saber que el Evangelio es real (Juan 13:34-35). En la actualidad hay muchas cosas que debilitan el amor, por ejemplo, pasar mucho tiempo frente a una pantalla, dejar que el entretenimiento sea un modo predeterminado de vivir y perderse en múltiples tareas sin fin. El amor debe

recibir “completa atención”, mientras los cónyuges se atienden el uno al otro de maneras dulces y afectivas. Mi esposa a menudo me dice: “¡Eres tan atento conmigo!” Espero que eso siga siendo así.

Dado que nuestra cultura es sexualmente perversa, los pastores deben ser una voz de cordura sexual. Blaise Pascal, el filósofo francés escribió en Los Pensées [Pensamientos]:

Cuando todo se mueve a la vez, nada parece estar moviéndose, como a bordo de la nave. Cuando todo el mundo se inclina hacia la depravación, nadie parece estar moviéndose, pero si alguien se detiene, y se planta como un punto fijo, muestra a los otros que se están moviendo.

La Biblia es el punto fijo en un mundo decadente porque “toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:16-17; véase también Salmos 119). Como maestros de la palabra de Dios, los pastores llaman y atraen a las personas de vuelta a nuestro principal punto fijo de referencia: la Palabra Viva (Hebreos 4:12).

Esta tarea requiere valor, y Dios está allí para darlo. “Pues Dios no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio. Así que no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni tampoco de mí, que por su causa soy prisionero. Al contrario, tú también, con el poder de Dios, debes soportar sufrimientos por el evangelio” (2 Timoteo 1:7-8, NVI).

Cuando las personas se apartan de su Creador, se enfocan en sí mismas y se vuelven espiritualmente autistas (véase Romanos 1:18-32). Para aquellos que no tienen temor de Dios y amor por Él, puede ser aún más difícil luchar contra los impulsos eróticos, que son tan constantes y fácilmente percibidos por la mayoría de las personas, haciéndolos prevalecer sobre las normas espirituales y morales. Los resultados están a nuestro alrededor: “matrimonios” del mismo sexo, fornicación de todo tipo, adulterio, embarazos fuera del matrimonio (un problema que se debe resolver), la pandemia de pornografía, y otros más. La moderación sexual, decir “no”, es un aspecto esencial para una conciencia limpia, una vida piadosa y es el precio hacia la civilización. Decir “sí” a la monogamia heterosexual significa decir “no” a muchas otras “opciones” socialmente aceptables, que son caminos realmente amplios que conducen a la destrucción.

El “sí” que los cristianos decimos aprobando temas de sexualidad y matrimonio, es mucho mayor que lo que rechazamos con un “no” . Como dijo Pablo: “Todas las promesas que ha hecho Dios son ‘sí’ en Cristo. Así que por medio de Cristo respondemos ‘amén’ para la gloria de Dios” (2 Corintios 1:20, NVI). Jesús vino a darnos una vida abundante en todos los sentidos (Juan 10:10), incluido el amor erótico dentro del matrimonio. Si los pastores son tímidos para enseñar y predicar sobre el sexo, deben darse cuenta de que todos los demás están hablando de ello, y la mayoría de las cosas que dicen son vileza. Por ejemplo, una “pastora” llamada Nadia Bolz-Weber apoya todo tipo de perversión sexual, desde el matrimonio entre personas del mismo sexo hasta el sexo prematrimonial y el travestismo, en su libro Shameless: A Sexual Reformation [Sin vergüenza: Una reforma sexual].

¡Además de hablar de los patrones bíblicos de cordura, los pastores pueden enfatizar cómo los matrimonios pueden disfrutar dentro de estos patrones! El Cantar de los Cantares celebra el disfrute erótico y es una fiesta romántica para los amantes.

Ah, si me besaras con los besos de tu boca…

¡grato en verdad es tu amor, más que el vino! Grata es también, de tus perfumes,

la fragancia; tú mismo eres bálsamo fragante.

¡Con razón te aman las doncellas!

¡Hazme del todo tuya! ¡Date prisa!

¡Llévame, oh rey, a tu alcoba! (Cantar de los Cantares 1:2-4)

Por muy maravillosa que pueda ser la unidad sexual, no es el propósito del matrimonio. Como un amigo me dijo: “En el matrimonio, el sexo no te hará pasar por tiempos sin amor. Pero el amor puede llevarte a través de tiempos sin sexo”. Por lo tanto, los pastores deben destacar la necesidad de un compromiso santo en la vida matrimonial. El amor matrimonial queda sellado y consagrado mediante el intercambio de votos, que la pareja hace frente a Dios. Recomiendo los votos cristianos tradicionales, los cuales incluyen prometer el amor incondicional “en las buenas y en las malas, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, para amarte y cuidarte hasta que la muerte nos separe, conforme a la santa ordenanza de Dios”.

Francis Schaeffer (un reconocido pastor, teólogo, y filósofo estadounidense) lamentó que vio fracasar muchos matrimonios perfectamente buenos debido a expectativas poco realistas. Como él dijo en True Spirituality [Espiritualidad verdadera], la “sanidad significativa” es posible como parte de la santificación del cristiano dentro del matrimonio y en otras relaciones. El Espíritu Santo imparte el fruto del Espíritu para sanar heridas profundas y renovar lazos amorosos. Sin embargo, todavía vivimos en un mundo caído y quebrantado. Por lo tanto, a veces tenemos que contentarnos con menos que tener nuestros sueños cumplidos. Quizá tengamos que vivir algunas pesadillas. Lo que nos mantiene en el camino correcto no es la constante satisfacción emocional, sino el compromiso sagrado ante nuestro Dios y nuestros vecinos. Como un cristiano en la familia de Dios, un pastor puede ser ejemplo de un matrimonio honesto y saludable ante la congregación. Como predicador, un pastor puede exponer ante la congregación verdades prácticas sobre las realidades del matrimonio directamente de la Sagrada Escritura y en el poder del Espíritu Santo, pase lo que pase. Puesto que la iglesia es “la casa de Dios” y “columna y fundamento de la verdad” (1 Timoteo 3:15), no hay mejor lugar para honrar y apoyar el sagrado matrimonio.

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© 2020 Focus on the Family. Todos los derechos reservados. Usado con permiso. Originalmente escrita por el Dr. Douglas Groothuis y publicada en inglés en focusonthefamily.com. 

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