En Josué capítulo 14 se encuentra un hermoso relato bíblico del valiente y perseverante Caleb, quien después de recibir una promesa de Dios sobre su heredad, decidió permanecer firme confiando en el cumplimiento de lo que Dios le dijo 45 años antes. El resultado de su fe, su confianza y su perseverancia fue asombroso. Contempló a su generación morir en el desierto, a todos aquellos que se revelaron contra Dios y superó la prueba del tiempo con paciencia y absoluta confianza en Dios. Caleb es una inspiración, porque cuando pensamos que todo ha terminado, todo está por comenzar.
¿Ha recibido alguna promesa de Dios que ha tardado en cumplirse?, ¿ha perdido la fe para seguir perseverando en sus sueños? La historia de Caleb, nos invita a contemplar lo que vivimos a través de los ojos de la fe y la esperanza. Lo que vemos ahora no es la obra completa, Dios trabaja a través del tiempo y las circunstancias para cumplir con su perfecto plan.
¿Quiénes son los que llegan a la meta?
Josué y Caleb, perseveraron hasta el fin por su fidelidad a Dios, y su capacidad de esperar el cumplimiento de la promesa. Le dejo algunas lecciones que aprendí de su perseverancia:
1. Llegan los que se inspiran en la promesa
Cuando vivimos con la expectativa de que un día veremos el cumplimiento de la promesa, nuestras fuerzas se renuevan, la expectativa crece, y la fe nos hace avanzar con pasos firmes hacia adelante.
2. Llegan los que ven sobre las circunstancias
Una persona que persevera no ignora lo difícil del reto, pero se esfuerza creyendo en las promesas de Dios para su vida. Caleb sabía que habría dificultades en el camino, pero vivió con la expectativa de que un día recibiría la herencia que le había sido prometida.
3. Llegan los que no se dejan influenciar por los que solo ven lo negativo
De los 12 espías israelitas que fueron a visitar la tierra prometida, solamente Josué y Caleb trajeron un informe positivo y lleno de esperanza. Frente a los desafíos tenemos dos opciones: caminar con fe hacia lo prometido, o dejarnos vencer por el desánimo. Por eso, no se deje desanimar por la crítica, la queja o las palabras de desaliento de las personas que le rodean. Usted créale a Dios, y mantenga su mirada fija en sus promesas, más que en las circunstancias.
4. Llegan los que mantienen la ilusión en un mejor mañana
Llegan a la meta los que unen a las personas correctas, lo que no se dejan influenciar por los que solo ven lo negativo. Los que mantienen la ilusión en un mejor mañana ven el cumplimiento de la promesa. Definitivamente, serán sorprendidos por Dios.
5. Los que perseveran hasta el final.
A sus 85 años, Caleb recibió la recompensa de su fe. Los años dorados no son solo para contar historias viejas; a los 85 años aún podemos heredar el cumplimiento de la promesa, y recoger los frutos de nuestra perseverancia.
Perseverar tiene dos frutos: disfrutar del cumplimiento de la promesa, y ver nuestras fuerzas siendo renovadas por Dios. Cuando perseveramos en aquello que creemos o amamos, vemos el cumplimiento de lo prometido.
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