
La Bendición del Silencio
Practicar el silencio es más que no escuchar. Es buscar espacios para estar a solas, sin compañía, para acallar todas las voces por un momento, incluyendo la propia. Y en ese silencio encontrarnos con nuestro Señor, solamente para estar con Él y disfrutar su presencia que nos consuela, nos alimenta y nos refresca.