Cierto tiempo atrás, recibí un consejo sabio que resultó de gran ayuda para sobrellevar un tiempo difícil. En ese entonces me encontraba experimentando varias crisis al mismo tiempo. Siendo pastor, me vi a mí mismo atendiendo mis asuntos personales mientras servía a las personas a las que pastoreaba y cuidaba a mi familia. Nada parecía ser delegable y la carga que sentía sobre mi espalda era pesada.
Decidí buscar ayuda, así que conversé con un consejero.
Mi consejero me escuchó con atención. Luego hizo una pausa. Parecía estar orando y buscando en su mente las mejores palabras para aconsejarme. Después de algunos segundos de silencio y reflexión, me miró con empatía y firmeza al mismo tiempo. Estaba a punto de darme su primera instrucción. ¡Necesito que comas! — Me dijo.
Yo esperaba algún consejo elaborado. Algo más profundo y transcendental. Pero mi consejero insistió: ¡Necesito que comas! Esta frase significaba “necesito que te cuides, necesito que te auto-cuides”. Y sí, era más más profunda y trascendental de lo que yo podía imaginar en el momento.
Durante los períodos de crisis, tenemos que cuidarnos. Si usted es un pastor o pastora en este tiempo, seguramente está atendiendo a personas que sufren los estragos de la pandemia. Y no sería extraño que, además, esté también atendiendo algún desafío personal o familiar producto de la situación mundial. Si es así, la recomendación de mi consejero también es para usted.
Es común que durante los momentos difíciles descuidemos aspectos importantes de nuestra vida. En mi caso, había descuidado mi alimentación. Había perdido el apetito y mi pérdida de peso ya era evidente. En efecto, necesitaba comer. Necesitaba auto-cuidarme.
Amado pastor, amada pastora, su tarea al servicio de Dios es importante, y para poder desempeñarse con excelencia es necesario que se mantenga saludable, aún en tiempos de crisis.
Para su auto-cuidado
Aliméntese bien
No descuide lo que come. Si usted pierde el apetito durante las crisis, puede elaborar un menú sencillo y liviano con ingredientes frescos que no le resulten pesados. Seleccione alimentos nutritivos. Si más bien, durante la crisis su apetito aumenta preocupantemente, hacer un menú también le puede servir. Ajústese a una dieta balanceada. Comer bien le hará bien.
Ejercítese
El sedentarismo puede aumentar sus niveles de estrés por la crisis. Salir a caminar, estar al aire libre y practicar rutinas de ejercicio cortas pero efectivas le permitirán relajar el cuerpo y las emociones, le brindarán espacios de esparcimiento, le ayudarán a liberar toxinas y, si agrega algún audio de devocionales, hasta le aliviará el espíritu.
Persevere en sus prácticas espirituales
Mientras realiza la obra de Dios en la tierra, es de vital importancia que usted se mantenga en íntima y constante comunicación con Dios. Él le guiará y le ministrará su espíritu, su mente y su vida. Él sabe cómo acompañarle y cómo traer paz a su corazón en medio de tormentas. Y usted necesita del alimento que solo Él sabe darle.
Hable con un consejero
Conversar con un consejero resultó ser una bendición de parte de Dios para mi vida. En Enfoque a la Familia estamos para ayudarle a sobrellevar este tiempo. No tiene que hacerlo solo. Nuestros consejeros para pastores y líderes ministeriales le podrán escuchar y acompañar mientras usted ministra al pueblo de Dios.
Mi consejero no me dijo que él habría de alimentarme. En su lugar, me invitó a que yo mismo me alimentara. La invitación es la misma para usted hoy. Estoy seguro que Dios le dará fuerzas y su presencia mientras usted le busca intensamente para alimentarse.
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