La edad trae sabiduría, dicen. Pero también puede traer pérdidas y soledad.
Así es exactamente como se desarrollaron los altibajos de la vida para Betty Mcleish. Ella ha experimentado bastante a través de sus muchas décadas de existencia y eso la ha convertido en una persona mejor y más sabia. Pero ella sería la primera en saber que después de la muerte de su esposo de muchos años, le fue difícil lidiar con la soledad.
Y entonces fue que recurrió a las redes sociales.
Conversó y se reunió con varios hombres de su edad, siempre mintiendo un poco y dándoles un nombre falso. Pero Roy fue el primer hombre con el que parecía conectarse. Parecía tan sensato y gentil. Tan amable, autocrítico y siempre listo a sonreír. Y en su primera cena, admitió que él también había estado mintiendo inocentemente sobre su nombre en internet.
Se había estado llamando a sí mismo “Brian”. Ya sabes, sólo para estar a salvo. Betty, que se había llamado a sí misma “Estelle”, entendió completamente. Y así, Brian y Estelle se convirtieron en Roy y Betty y se rieron de sus actitudes igualmente cautelosas. Luego rápidamente entablaron una conversación fácil y disfrutaron una cena deliciosa.
Betty alguna vez pensó que los sitios de citas terminaban “haciendo coincidir lo delirante con lo desesperado”. Pero ahora ve cómo la sabiduría de la experiencia puede ayudar a alguien a descubrir la verdad. Y a Betty realmente le gusta su nuevo amigo Roy. Está convencida de que él es un buen hombre que realmente odia las mentiras.
Muchos de los otros que conoció Betty pueden haber tenido motivos ocultos: era una mujer atractiva para su edad, después de todo, y lejos de ser pobre. Pero esos otros eran malos mentirosos, y Betty había visto a través de ellos.
Roy es diferente. Roy es un buen … un narrador de la verdad. Al igual que Betty.De hecho, Roy es muy, muy parecido a Betty.
Elementos Positivos
Al principio, Betty y Roy aparecen como personas buenas y afectuosas que están dispuestas a sacrificarse por el bien de su creciente relación. De hecho, Betty incluso llega al extremo de pedirle a Roy, que tiene una rodilla mala y lucha mientras camina con un bastón, que se mude a su casa de un solo piso para evitar las muchas escaleras de su edificio de apartamentos. Sin embargo, a medida que transcurre la historia, aprendemos que nada es lo que parece, y todos los involucrados pueden tener motivos ocultos para sus acciones.
Contenido Espiritual
Vemos escenas retrospectivas de Alemania y la Segunda Guerra Mundial y escuchamos conversaciones que aluden a la persecución de los judíos. Alguien habla de acciones en la guerra como “secretos entre usted, Dios, el diablo y los muertos”.
Contenido Sexual
Una escena tiene lugar en un club de striptease con mujeres de pecho desnudo o casi desnudas bailando en mesas elevadas. En otra escena, un adolescente baila con una joven coqueta y luego trata de besarla, rasgando su vestido cuando ella lucha y se aleja.
Mientras Roy y Betty hablan con Vincent, el amigo “contador” de Roy, Betty sugiere que la gente odie hablar de su dinero. Ella lo compara con hablar de “sexo o ir al baño”.
Roy intenta seducir a Betty en un momento, o al menos “abrazarla” por un tiempo, pero ella lo rechaza. El aun sigue hablando en tonos sutiles, pero sexualmente sugestivos de vez en cuando (“no es una rodilla hinchada lo que me mantiene aquí”, suspira, por ejemplo).
Prostitutas se paran en una esquina haciendo señas a los clientes. Un joven abraza a su compañero en una fiesta.
Contenido Violento
A medida que esta historia se desarrolla, somos testigos de algunas escenas sorprendentemente salvajes y a veces sangrientas.
En múltiples escenas retrospectivas de Alemania en tiempos de guerra, vemos varios momentos violentos. Un adolescente ataca y viola a una niña menor que el- (el ataque se filma de tal manera que vemos algunos movimientos sexuales cuando empuja a la niña hacia una esquina y se fuerza sobre ella, pero la parte inferior de sus cuerpos se mantienen ocultos). A un hombre le cortan el cuello lentamente con una navaja de afeitar. A alguien le disparan y una bala lo pellizca, mientras que la cara de su compañero es completamente borrada por los disparos (la cámara muestra de cerca el sangriento desastre de carne y hueso).
En el presente, un hombre es apuñalado en el ojo y luego empujado hacia abajo en una plataforma del metro; el tren que pasa le golpea la cabeza y la machaca. La cámara se corta cuando la mano de un hombre es golpeada con un martillo para ablandar la carne. Escuchamos una historia de personas ejecutadas y suicidándose. Alguien sugiere un castigo que involucra mutilación sexual y decapitación.
Betty se cae por un pequeño derrame. Más tarde, vemos sus manos desgarradas después de una supuesta caída. (En realidad, se pincha las manos en una hilera de clavos para alfombras). Un hombre y una mujer pelean. Él la aborda y la arrastra por un pasillo, luego la sacude con su mano apretando su cabello. Ella lo apuñala y le quiebra el dedo. Un hombre mayor es golpeado (fuera de cámara) por dos hombres grandes. Escuchamos sus aullidos y gritos. Más tarde vemos al hombre estrangulado y nos enteramos de que tuvo un derrame cerebral masivo.
Lenguaje Vulgar
El diálogo incluye una docena de palabras f en inglés, una o dos palabras mierd- y dos palabras panoch-, junto con algunos usos de “demonios” y “put-“. También aquí oimos una vulgaridad británica. Roy y Betty van a la película Inglourious Bastards, y vemos el póster de la película.
Contenido con Alcohol o Drogas
Cuando Betty y Roy llenan sus formularios de citas en línea, ella informa que no bebe y él declara que no fuma, aunque esos son sus principales vicios. De hecho, durante su cena inicial, Betty toma un vodka martini para dejar de mentir. Roy fuma durante toda la película; él y Betty beben vino, copas de licor fuerte, champaña y bebidas mezcladas repetidamente. Durante una escena estresante, Roy se sienta solo a beber y se emborracha notablemente.
ConclusiónHelen Mirren e Ian Mckellen son actores experimentados y bien versados que han estado usando su talento a toda máquina durante mucho tiempo. Entonces, cuando pisan la pantalla, es fácil instalarse y disfrutar de sus movimientos lánguidos, su encanto sin esfuerzo.
Debería haber sido igual de fácil para esta película ser una gran olla llena de giros, algo que se arremolina a tu alrededor con palabras cuidadosamente elegidas y maniobras hábiles parecidas al ajedrez. Pero esta película no es grandiosa. De hecho, tiene más bordes cortantes y trozos de sarcasmo de lo que cabría esperar o desear.
Aquí hay algunos momentos sorprendentemente sangrientos. Y la imagen se ve disminuida por lenguaje profano y desnudez innecesaria. Y para cuando la historia se convierte en la violación de una niña en su tercer acto, todo se siente absurdo y forzado.
Es una lástima que Mirren y Mckellen no pudieran haberse unido para algo mejor. No estoy diciendo mentirillas.
Traducido por María C. Chacón León.