Hablando de las vidas de los perros, la de Buck fue bastante buena.
Claro, el viejo San Bernardo siempre se andaba metiendo en problemas. Pero su dueño, Judge Miller, siempre parecía suavizar las cosas para el perverso perro.
Pero cuando Buck devora La comida de UNA fiesta de cumpleaños, lo mandan a la casa del perro: tal vez una noche afuera es la lección que Buck necesita. Sin embargo, cuando los Miller se levantan a la mañana siguiente, Buck se ha ido. Lo han secuestrado y está encerrado en una caja en un tren que se dirige al norte. Muy lejos al norte!
Es el final de la década de 1890, y la gran fiebre del oro de Klondike está atrayendo aventuras y cazadores de tesoros por igual a las tierras salvajes del territorio del Yukón y la vecina Alaska. Un problema: no tienen suficientes perros para tirar de trineos al desierto en busca de esa fortuna.Por eso exactamente Buck está en una jaula que se dirige a un lugar muy remoto: Scagway, Alaska.
Buck es comprado pronto por un cartero llamado Perrault. Él y su esposa, Françoise, hacen encomiendas a través de Alaska. Y necesitan un nuevo perro. Buck se irrita ante su nueva vida fría al principio. Pronto, sin embargo, se regocija en su nueva fuerza y su papel emergente como líder de su manada. La vida es difícil ahora, sin duda, pero sigue siendo muy buena para Buck.
Pero cuando la ruta de correo de Perrault termina repentinamente debido a la llegada del telégrafo, el pobre Buck y su manada se encuentran nuevamente en el cruel bloque de subastas. Su nuevo amo, Hal, es tan diferente de Perrault como podría ser.
Hal, vemos, es el peor tipo de amo: un hombre rico que quiere enriquecerse aún más. Llegó a Alaska con su hermana, Mercedes, a cuestas. Impulsado por su avaricia, Hal no tiene compasión, o sentido común, con su nuevo equipo de perros de trineo.
Afortunadamente, un amable ermitaño llamado John Thornton se ha dado cuenta de Buck, así como del mal carácter del nuevo amo del canino. John sigue a Hal y Mercedes al desierto, sabiendo que es solo cuestión de tiempo para que los perros lleguen al límite de sus fuerzas y tengan un final trágico.
John finalmente rescata a Buck de las garras de Hal (encendiendo la ira del hombre en el proceso), y luego lleva a Buck a casa para curarlo. John es un buen hombre, pero está quebrantado. Está inmovilizado con dolor por la muerte de su pequeño hijo años, un evento que también destruyó su matrimonio. El alcohol adormece su dolor, pero no puede curarlo (una verdad que Buck parece entender mejor que el propio John).
A medida que Buck se fortalece, John comienza a soñar de nuevo: tal vez él y Buck podrían hacer el viaje a la naturaleza que John esperaba llevar con su hijo. Tal vez pueda encontrar la paz que tanto anhela.
Y así, John Thornton y su perro Buck se dirigen a los bosques, ambos respondiendo al llamado de la naturaleza.
Elementos Positivos
Tres de los amos de Buck lo tratan amablemente y son generosos con el perro de diferentes maneras. Judge Miller ama a Buck profundamente, pero le cuesta mucho disciplinar al perro impulsivo. Perrault, por el contrario, le enseña a Buck cómo trabajar duro y lo ayuda a avanzar hacia un sentido más profundo de propósito. Mientras tanto, John Thornton rescata y rehabilita a Buck, y los dos se sumergen juntos en lo profundo de la vida silvestre de Alaska, lo que ayuda a los dos.
Buck es un perro leal y de gran corazón. No solo trabaja duro para Perrault, sino que rescata a la esposa de Perrault, Françoise, de una muerte segura cuando se sumerge en el hielo. También cuida de las necesidades de los perros más débiles y mayores en el equipo de trineo de Perrault.
John, por su parte, le da a Buck una correa larga. Los dos viajan juntos a Alaska, y finalmente se instalan en una cabaña abandonada. Buck siente una creciente atracción hacia la naturaleza, y John deja que el perro deambule y explore como quiera.
John también trabaja para aceptar su dolor. En un momento, escribe una carta a su esposa separada (con quien, se sugiere, no ha tenido contacto en años). Reconoce su debilidad y pesar por haberla abandonado a raíz de la muerte de su hijo.
Perrault, por su parte, está profundamente comprometido con su trabajo como cartero. A menudo habla con Buck y, en un momento, dice: “Ves Buck, no llevamos correo. Llevamos vidas. Llevamos esperanza. Llevamos amor “.
Contenido Espiritual
Buck ve repetidamente la visión de un enorme lobo negro con ojos rojos. A pesar de la apariencia ominosa de ese animal efímero, la criatura funciona como una especie de “guía espiritual” benévola para el perro, alentando a Buck en momentos desesperados y guiando al perro (y a su dueño) a un lugar seguro en otras coyunturas clave.
La presencia del lobo espiritual parece presagiar el propio viaje de Buck hacia abrazar gradualmente la parte salvaje de su identidad canina. La película sugiere que el verdadero tema de la vida de Buck es su movimiento de ser un perro que es propiedad y está controlado por hombres a convertirse en su propio amo.
John parece entender esa verdad también, diciéndole a Buck: “Tus antepasados solían deambular por aquí”.
John también reflexiona filosóficamente sobre las áreas salvajes que atraviesan en trineo, diciendo: “Vamos y venimos, ¿no? Esto siempre está aquí. John habla de cómo su viaje compartido ha sido de curación para él.
La relación de Perrault con Buck también parece inspirar al cartero ártico de una manera casi espiritual. Françoise le dice al perro: “Nunca lo había visto creer en nada tanto como él cree en ti”.
En Scagway, una ardiente predicadora con una Biblia castiga a los impíos en nombre de “nuestro Señor”.
Contenido Sexual
Vemos a John sin camisa mientras se baña en un río.
Contenido Violento
Buck es inicialmente bastante tímido, aterrorizado por una tormenta eléctrica, por ejemplo. Después de que lo toman, un cruel controlador lo golpea con un garrote. El narrador de la película dice de ese momento en la historia de Buck: “Fue golpeado, pero no quebrantado”.
El afecto natural y el liderazgo de Buck por los otros perros en la manada de Perrault genera la ira del líder de toda la vida del equipo, un husky llamado Spitz. Este perro es arrogante y cruel. Mata a un conejo que Buck había dejado vivir; enseña sus dientes y gruñe a otros perros en la manada. Está claro que es un líder hostigador que se siente con derecho a su lugar de privilegio. Finalmente, Buck y Spitz se pelean, muerden, se arañan y atacan entre sí. Parece que Spitz gana, pero es todo lo contrario.
Dirigido por el lobo espiritual, Buck guía a Perrault, Françoise y la manada a un lugar seguro a través de un túnel de hielo debajo de una cascada congelada durante una avalancha. Hablando de cascadas, Buck también rescata a un lobo que está a punto de lanzarse sobre una, ganándose la aceptación de la manada con el que ocasionalmente ha estado corriendo.
Una breve pelea en un bar involucra golpes intercambiados; nos enteramos de que un participante en la lucha está armado con una pistola, lo que va en contra de las reglas del salón.
[Advertencia de Spoiler] ¿Te acuerdas del hombre rico enojado, Hal? Finalmente encuentra a John en el desierto, le dispara mortalmente. John se desangra lentamente (vemos sangre en sus manos) con Buck quedándose con él. Aunque es una escena triste, John está en paz con la muerte. John está satisfecho de haber traído a Buck a lo salvaje donde puede abrazar por completo el llamado de la naturaleza. En otra parte de esta escena, Hal queda atrapado en una cabaña en llamas y, se sugiere, también muere allí.
Lenguaje Vulgar
Escuchamos usos de “demonios” y “maldición”, así como una exclamación inacabada “hijo de put-“
Contenido con Alcohol o Drogas
John tiene un obvio problema con la bebida. Bebe whisky para adormecer su dolor emocional. Lo vemos dormido con una botella a sus pies y un vaso a la mano.
Buck, sin embargo, no piensa mucho en la bebida de John. El perro sabio parece saber que está matando a John, por lo que el perro tira una botella de licor en un momento. John no está contento, por supuesto, pero esa “intervención” marca un punto de inflexión importante para John, quien comienza a soñar con cosas más grandes en lugar de simplemente empapar su dolor con alcohol.
Más tarde, John esconde una botella de Buck en las vigas de una cabaña para que el perro tampoco la tire. En ese punto, sin embargo, John dejó de beber compulsivamente.
Vemos clientes bebiendo en una cantina. Algunos obviamente están ebrios. Entre las posesiones de Mercedes y Hal empacadas en su trineo hay una gran caja de champán.
Conclusión
Las películas de perros apuntan directamente a nuestros corazones. Ya sea Fiel Amigo, Lassie, Benji o Marley, Hachi o Hooch o Beethoven o Togo, los adorables caninos invitan al público a entrar en algunas buenas historias. (Aunque a menudo necesitarás un paquete de Kleenex. Como con Fiel Amigo, Benji, Marley, Hachi).
Igual en esta cinta. Bueno…más o menos.
Sí, la naturaleza adorable y amigable de Buck es simplemente irresistible. Sí, sus peligrosas hazañas que se hunden en la nieve de Alaska son algo digno de ver.
Pero hay una gran diferencia aquí: Buck, ya ves, es un perro animado por computadora. (Al igual que sus peludos amigos y enemigos). A veces, el ADN digitalizado de Buck es notoriamente obvio y ligeramente contradictorio.
Dicho esto, la clásica historia del perro del siglo XIX de Jack London conserva su resonancia en el siglo XXI. Digital o no, Buck es un buen perro, del tipo que respaldamos cuando se enfrenta a varios obstáculos, contratiempos y enemigos.
Ese peligro leve, combinado con algo de violencia entre humanos, es uno de los principales problemas con los que los padres necesitarán navegar aquí. La guía del lobo espiritual de Buck es otra, ya que puede ser especialmente aterradora para los espectadores muy jóvenes o sensibles. También escuchamos un poco de mal vocabulario, y somos testigos del problema de la bebida de John (que Buck “confronta” con humor).
Pero esos problemas probablemente no sean asesinos para la mayoría de las familias de pre adolescentes mayores. Y el giro escarpado de Harrison Ford como un viejo y triste recluso le da a este cuento algo satisfactorio de peso emocional.
El Llamado Salvaje puede no ser la mejor película para perros que hayas visto. Pero esta aventura clásica de hombre y perro tiene algo que ofrecer a las familias que buscan un escape anticuado al estilo Disney.
Traducido por María C. Chacón León