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Criando Niños con Problemas de Apego

Criando Niños con Problemas de Apego 

Diversas circunstancias imprevistas pueden crear una situación en la que el apego entre padres e hijos se vuelva un desafío. Niños con problemas de apego pueden requerir atención especial en estos casos. En este artículo, los padres encontrarán principios y estrategias para favorecer el desarrollo del apego en un niño que está presentando dificultades en esta área. 

Apego vs. Vinculación 

Muchos padres asumen que el apego es algo que ellos mismos deben “lograr” en su hijo. Sin embargo, es importante comprender que su responsabilidad principal es ofrecer un entorno seguro y afectuoso para su hijo. Pero usted no puede controlar la decisión del niño de apegarse a usted. 

El apego es distinto de la vinculación. La vinculación describe lo que usted hace hacia su hijo y suele surgir de manera natural. El apego, en cambio, es la respuesta condicional hacia usted si evalúa que su entorno es seguro y si usted es lo suficientemente constante como para ser confiable. El apego no es automático. 

El hecho de que usted se vincule con su hijo no garantiza que él desarrollará un apego seguro hacia usted. Criar a un niño con dificultades de apego no requiere perfección, pero sí requiere comprensión, constancia, sensibilidad y paciencia. 

Factores de Riesgo 

Los siguientes factores pueden influir en la capacidad del niño para desarrollar un apego seguro: 

  • Embarazo con alto nivel de estrés 
  • Parto difícil 
  • Hospitalización temprana 
  • Abuso 
  • Negligencia 
  • Experiencias traumáticas 

Aunque estos factores son más comunes en niños adoptados o en el sistema de cuidado temporal, también pueden presentarse en familias biológicas saludables. 

Señales de dificultades significativas de apego 

¿Su hijo evita el contacto visual? ¿Rechaza el contacto físico? ¿Muestra inmadurez marcada en sus habilidades sociales o en su lenguaje? 
¿Solo coopera cuando algo le beneficia? Estos comportamientos son comunes en niños con un apego inseguro o con desconexión emocional. 

Si usted sospecha que su hijo presenta dificultades de apego, busque apoyo de un profesional de salud mental capacitado. Lo ideal es que esté entrenado en Intervención Relacional Basada en la Confianza (TBRI). 

La investigación muestra que, sin intervención adecuada, los niños con dificultades de apego o trauma complejo suelen incrementar sus síntomas con el tiempo, afectando al resto de la familia. Por eso, la terapia familiar suele ser más efectiva que la intervención individual. 

Busque un terapeuta especializado en apego que trabaje activamente con madre/padre e hijo. 

Crianza Terapéutica 

Recomendamos a los padres utilizar un estilo de crianza terapéutica en lugar de una crianza tradicional. Esto se debe a que: 

En primer lugar, un niño con dificultades de apego suele tener poca capacidad para responder positivamente a métodos tradicionales de disciplina. Cuando su hija expresa conductas reactivas —como violencia, irritabilidad o retraimiento—, forzarla a cambiar puede aumentar su frustración. Esto sucede porque su cerebro está en modo reactivo, lo cual se asocia con emociones como miedo, enojo o dolor. 

El Dr. Daniel Siegel denomina esto el funcionamiento desde el “cerebro inferior” (modo reactivo) en contraste con el “cerebro superior” (modo reflexivo). La crianza terapéutica busca identificar los patrones internos que activan este modo reactivo y cómo influyen en su conducta. Por lo tanto, una vez que usted tenga una buena comprensión del funcionamiento de su cerebro, puede abordar la raíz del problema antes de enfocarse solo en la conducta externa. Su objetivo es ayudarla a pasar a un “modo responsivo”. Ella podrá tomar una decisión consciente para involucrarse en comportamientos aceptables. 

TBRI — Intervención Relacional Basada en la Confianza 

La Intervención Relacional Basada en la Confianza (TBRI) fue desarrollada por la difunta Dra. Karyn Purvis. TBRI es un enfoque diseñado específicamente para criar niños con dificultades de apego. 

Usted utiliza la conducta del niño como una señal de lo que está ocurriendo en su cerebro, atiende sus necesidades fisiológicas y emocionales para ayudarle a sentirse seguro. Por lo tanto, él no tiene que reaccionar de maneras negativas. En resumen, usted está criando su cerebro reactivo en lugar de simplemente confrontar su conducta. 

La crianza terapéutica requiere más tiempo, intencionalidad, persistencia y paciencia. Un episodio de desregulación puede durar 20 minutos o hasta cinco horas, según la historia del niño. 

El proceso completo puede tomar entre seis meses y dos años de intervención repetitiva y consistente. 

Conectar, Dar Control y Redirigir 

Cuando un niño con dificultades de apego presenta conductas desreguladas, un proceso fundamental de intervención que enseña TBRI se llama Conectar, Dar Control y Corregir. 

  1. Conectar: Establezca una conexión emocional de manera ligera, juguetona o inesperada: 

“¡Uy, creo que necesitamos intentarlo otra vez!” 
“Ups, probemos de nuevo.” 

Bájese a su nivel visual. Si él lo permite, coloque una mano suave en su hombro. 
Use un tono calmado y positivo. Su hijo aprende mejor en un ambiente de juego y diversión donde no se siente amenazado. Conectarse le ayuda a sentir que usted está con él y no en su contra. Así que asegúrese de hacer la conexión antes de continuar. 

Si la conexión juguetona no funciona, sea claro y firme sin perder la calidez: 

“Detente, esto no es seguro. ¿Qué te parece si lo intentamos nuevamente y esta vez usas un tono de voz más amable?” 

  1. Dar control: Dé control a su hijo al ofrecerle una elección entre dos opciones aceptables. Él se sentirá atrapado, asustado y a la defensiva si no tiene ninguna opción. Y cuando está asustado, no puede escuchar lo que usted está tratando de enseñarle. 

Pregúntele: “¿Quieres ponerte tus tenis o tus botas para la nieve?” 
Las opciones dan control al permitirle decidir en la situación. Así, cuando él siente que tiene “control”, probablemente se sienta seguro y sea más cooperador. 

  1. Corregir: La corrección de la conducta solo puede darse una vez que su hijo está calmado y se siente seguro. En muchos casos, necesitará un “ensayo nuevamente”, es decir, repetir la conducta deseada o el lenguaje adecuado. Si el primer ensayo no logra el resultado esperado, practique persistencia y paciencia, permitiéndole repetir nuevamente. El objetivo no es la perfección, sino una conducta aceptable y apropiada, incluso si apenas cumple con lo esperado. 

2 principios clave 

Aprendizaje sin errores. En los niños con dificultades de apego, es esencial que las primeras experiencias de corrección no generen fracaso. Todas las opciones que se le presenten al niño deben conducir a un resultado positivo. Esto es fundamental en los primeros tres meses del proceso de crianza terapéutica. Así que, cuando su hijo pide una galleta cinco minutos antes de la cena, dígale esto: “Sí, aquí tienes una galleta. Buen trabajo usando tus palabras.” Pero no se preocupe. No siempre le dará una galleta cinco minutos antes de la cena. Usted verá el progreso en el principio número dos. 

Aumentar los desafíos gradualmente. Antes de introducir nuevas opciones o límites, asegúrese de que el niño pueda manejar de manera consistente las elecciones que ya conoce. Esto generalmente ocurre entre cuatro a seis meses dentro del proceso de crianza terapéutica. 

Ahora, cuando su hijo pide una galleta, usted le dice esto: “¡Sí! ¿Quieres media galleta ahora y la otra mitad en cuanto termines la cena? ¿O quieres guardar la galleta completa para cuando termines la cena?” 

De cualquier manera, el niño recibe la misma cantidad, pero conserva la sensación de control, que es clave para su seguridad emocional. Si él quiere la galleta completa ahora, repita las dos opciones y espere a que él tome su decisión. 

Después de un mes más o menos de esto, usted podría decir: “¡Claro! Puedes tener una galleta cuando termines tu cena.” Al hacer esto, usted está ampliando su nivel de paciencia y aun así diciéndole “sí” a su petición de una galleta. 

Más principios clave 

Haga buen uso de los “ensayos”. Haga que su hijo repita su reacción negativa con la conducta o las palabras apropiadas. El cerebro infantil necesita una gran cantidad de repetición para formar conexiones neuronales estables. Es probable que el proceso de calmarse y responder adecuadamente tome de tres a seis veces más tiempo del que usted desearía. Mientras no exista un apego seguro, la crianza terapéutica requiere disminuir el ritmo, repetir los mismos pasos y acompañar la regulación emocional con constancia. La persistencia y la paciencia son fundamentales. 

Favorezca el proceso de sanación desarrollando rituales de conexión emocional. Las rutinas para dormir y para comer son espacios clave, al igual que pequeños intercambios verbales afectuosos como: “¿Listo?”, “Listo”, “Nos vemos luego, cocodrilo”. Este tipo de interacción juguetona —lo que la Dra. Karyn Purvis llama la “Danza del Apego”— es más un arte que una ciencia. No funcionará a menos que usted se divierta con lo que hace. 

Un niño con dificultades de apego necesita escuchar la verdad. La intimidad está directamente relacionada con la sensación de ser comprendido. En todo, sea honesto y directo con su hijo, y anímela a hacer lo mismo. Cree confianza construyendo un hogar de aceptación y apertura. Y hágale saber a su hija de todas las maneras posibles que es amada con un amor incondicional. 

También cuide de sí mismo 

Como padre, tómese unos minutos cada día para recuperar el aliento y tomar un descanso. Atienda sus propias necesidades también. Estas sugerencias pueden hacer una gran diferencia en su capacidad para sobrellevar el estrés de la crianza terapéutica. 

  1. Tome tiempo en su día para sentarse en silencio durante cinco minutos. 
  1. Antes de salir de la ducha, ponga el agua un poco más caliente para permitir que su cuerpo se relaje. 
  1. Cuando vaya al baño, haga una pausa, lávese la cara con un paño tibio y respire profundamente cinco veces. También podría mirarse al espejo y recordarse que debe tomar las cosas una hora a la vez. 
  1. Cada hora aproximadamente, respire profundamente cinco veces y relaje sus hombros antes de realizar su siguiente actividad. 

Nunca es demasiado tarde para establecer una conexión afectiva saludable. En el acompañamiento de un niño que presenta dificultades de apego, las noticias desalentadoras y las alentadoras son, en esencia, las mismas: el cerebro humano posee la capacidad de reorganizarse continuamente. Esta neuroplasticidad le permite adaptarse tanto a experiencias de peligro y trauma como a un entorno nuevo de seguridad, estabilidad y confianza. El apego comprometido puede avanzar hacia la recuperación. Este proceso requiere constancia, esfuerzo sostenido, paciencia y persistencia. 

Además, recuerde que las expectativas que usted tiene al inicio serán muy diferentes de las que serán posibles más adelante. Usted estará trabajando en un proceso continuo de sanación que, en promedio, requiere un mes por cada año de edad de su hijo. Cuando este proceso haya terminado, usted estará en una mejor posición para volver a usar métodos tradicionales de crianza. 

Obtenga apoyo adicional 

Si usted está haciendo todo lo posible para ayudar a un niño con dificultades de apego y no está viendo progreso, busque ayuda. Procure específicamente un consejero cristiano licenciado que tenga capacitación especializada en Terapia de Juego Dirigida por el Niño, Terapia de Juego Basada en la Relación, TBRI (Intervención Relacional Basada en la Confianza) o terapia experiencial informada por el trauma. Con la preparación y el apoyo adecuados, usted puede crear un ambiente seguro y afectuoso en el que su hijo pueda aprender a establecer apego. 

Pida ayuda para encontrar un consejero cristiano capacitado que se especialice en terapia de apego familiar. Su pediatra podría recomendarle a alguien adecuado. Si no es así, el departamento de Consejería de Focus on the Family puede brindarle referencias de profesionales calificados en su área. Llámenos para una consulta telefónica gratuita. 

Para obtener más información sobre el modelo de crianza terapéutica desarrollado por la fallecida Dra. Karyn Purvis, llamado TBRI (Intervención Relacional Basada en la Confianza), visite la página del Karyn Purvis Institute of Child Development de TCU, donde encontrará un video gratuito de una hora titulado “Introduction to TBRI”, diseñado para ayudar a los padres a comprender el desarrollo cerebral de sus hijos. También puede encontrar otros recursos en su tienda en línea. 

Sombra

MARQUE LA VIDA DE SUS HIJOS

Un mensaje de Sixto Porras, Sebas y Donald Franz.

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