Todos anhelamos tener una familia saludable, pero también todos tenemos nuestra propia historia, una historia que se ha construido de acuerdo a nuestra crianza y a la socialización que hemos recibido. Y así como hemos construido nuestra propia historia con los elementos que nos dieron, así la construirán nuestros hijos e hijas con aquello que, como padres, les demos. ¿Puedo darles a mis hijos e hijas algo mejor de lo que me dieron a mí? ¡Pues claro que sí! Así como todos anhelamos tener una familia saludable, todos tenemos la capacidad para hacerlo, todos podemos levantarnos y construir una mejor historia: la nuestra.
¿Cómo lo logramos?
1. Ayude a pasar los aspectos buenos de la herencia
Todos tenemos antecedentes distintos y complejos, en donde hay cosas malas y buenas; sin embargo, todos podemos heredarles a nuestros hijos algo mejor de lo que nosotros mismos hemos vivido.
Preparemos una herencia que llene la mente de nuestros hijos con buenos recuerdos de los tiempos que pasamos juntos. Un legado positivo fuerte es el principal impulso para que la nueva generación tenga la fuerza necesaria para construir su propia historia. Les recordará que los abuelos y los padres lo lograron y cómo lo lograron.
2. Ayude a romper el ciclo de dolor dejándolo atrás
Para construir recuerdos saludables en la nueva generación, debemos reparar el asiento emocional en nuestras propias vidas. ¿Cómo lo hacemos? Reconociendo el dolor y redirigiéndolo en otra dirección. Sanar las heridas y restaurar recuerdos renueva las fuerzas. Veamos los puntos fuertes y nutrámoslos, hablemos de nuestras virtudes, desarrollemos dones y aprovechemos las oportunidades. Esto compensa los momentos de dolor que vivimos en el pasado.
Al tomar la actitud correcta y al hacer prevalecer la verdad, la sanidad vendrá; toma tiempo, pero vendrá. Si lo logramos, nos será más fácil construir buenos recuerdos en los más pequeños. Solo recuerde una cosa: hemos sido llamados a vivir en paz con Dios, con nosotros mismos y con los demás.
3. Suelte lo que no podemos solucionar
Lo que no podemos solucionar y depende de los demás escapa de nuestras manos, de nuestra potestad, y no debe ser un motivo de preocupación. Lo único que podemos hacer es lo que depende de nosotros, lo que está en nuestras posibilidades, pero no podemos angustiarnos o culparnos porque no logramos restablecer una relación lastimada. Se requiere humildad y valentía para pedir perdón o sugerir restablecer una relación lastimada, pero no podemos imponerla. Tiene que ser valiente para soltarla y vivir con eso.
4. Ayude a planear la nueva ruta a seguir
Un día partiremos de esta tierra y lo único que dejaremos es lo que hemos grabado en la mente y en las emociones de nuestros niños y jóvenes, quienes lo transmitirán a los que vienen después de ellos. La meta es transformar vivencias negativas en positivas. Es reconstruir con el fin de dejar una buena herencia en lugar de un mal recuerdo.
Todos tenemos que atesorar el legado dejado por otras personas en nuestras vidas y debemos detenernos para agradecer lo que nos han transmitido como herencia. No estaríamos aquí si ellos no existieran, y el presente adquiere sentido en el tanto apreciamos el camino recorrido por nuestros antecesores. Nuestra vida se levanta sobre la construcción de otros y, ahora, nos toca ver el presente como una oportunidad para hacer lo mismo por la generación que está por venir y facilitar la ruta para que los nuestros alcancen sus propios sueños y metas.
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De Regreso a Casa
«De Regreso a Casa» enseña cómo tener una familia saludable, sanar un hogar disfuncional y disfrutar la vida en casa.