¿Qué es la gratitud?
La gratitud es el sentimiento que se experimenta cuando una persona estima el favor recibido, el beneficio o el servicio que alguien le ha dado; solo surge de un corazón humilde y suele alcanzarse cuando hemos desarrollado la habilidad de observar, reconocer y apreciar.
Ser agradecido es un sentimiento que se traduce en una acción; se expresa con palabras, obsequios, detalles, amabilidad, afecto y de cualquier forma que nos permita hacer sentir valorada a la otra persona. La gratitud, nos convierte en personas más compasiva y bondadosas.
Un corazón agradecido no olvida ninguno de los beneficios que Dios le ha dado; el agradecimiento brota de un ser contemplativo que sabe apreciar el gesto amable de un extraño, la llamada de un amigo y la sonrisa de un niño. Una persona agradecida normalmente es alguien positiva, experimenta una profunda paz, no tiene altas expectativas de las personas, presenta sus necesidades delante de Dios, y aprende a apreciar hasta el más pequeño detalle.
La gratitud nos permite reconocer el amor, la bondad y los favores que vienen de la mano de Dios. Ser agradecido rejuvenece, renueva las fuerzas y arranca sonrisas.
Una persona agradecida siempre está satisfecha, porque ha aprendido a vivir con alegría en cualquier circunstancia. Sin embargo, esto no significa desconocimiento o insensibilidad a los momentos difíciles, de dolor o sufrimiento que puedan experimentar las personas y familias.
Normalmente una persona agradecida ha enfrentado dificultades que le permiten ver la vida desde otra óptica y desprende de su interior la más noble de las emociones humanas. Es por eso que se debe de aprender a vivir con gratitud tanto en la abundancia como en la escasez. Es valorar cuando se tiene mucho como cuando también se tiene poco, y apreciar la generosidad de las personas. Esta virtud hace que lo pequeño sea grande, y que lo que haya sea suficiente.
Consejos que le ayudarán a ser agradecido
Hay personas que tienen una tendencia natural a ser agradecidos, pero hay momentos donde todos debemos esforzarnos para lograrlo:
1. Preste atención a las cosas que le ocurren. Baje el ritmo, esto le permite observar mejor, apreciar, y estar más consciente de lo que está experimentando. Para ser agradecidos tenemos que detenernos para contemplar, apreciar y valorar lo que nos rodea, las personas y los detalles. Para lograrlo se requiere tener la actitud correcta. Estar consciente de lo que nos ocurre y tomar un momento para reflexionar sobre lo que estamos experimentando, es lo que nos permite ser agradecidos y sentirnos afortunados por lo que somos, vivimos y tenemos.
2. Encuentre razones para ser agradecido. Elabore una lista de por qué ser agradecido, tome la iniciativa, lleve un diario de gratitud. Escriba diariamente por lo menos cinco cosas por las cuales se siente agradecido. Posiblemente al inicio no surjan fácilmente, pero conforme convierte la gratitud en un hábito, descubrirá mil razones por las cuales estarlo. Se puede inspirar en la naturaleza, su familia, el trabajo, su país, lo pequeño, lo grande, los amigos, sus características físicas, las oportunidades que tiene, su casa, el logro de sus padres, el lugar donde estudia, su edad, etcétera. Conforme pasan los días descubrirá más motivos para estar agradecido.
3. Vea oportunidades en lugar de obstáculos. La gratitud hace que se aprenda más de cada experiencia y registremos el evento como algo positivo en lugar de que se vea como algo ordinario y común. Esta virtud nos ayuda a desarrollar una mayor capacidad de análisis y asimilamos más fácilmente la información que recibimos. Las personas agradecidas tienden a ser más felices, experimentan menos depresión y manejan mejor el estrés.
4. Reconozca las virtudes de los demás sobre sus errores o faltas. Lo opuesto a agradecer es reclamar, imponer, exigir y demandar; esto produce falta de aprecio por aquello que se tiene e incluso por quienes están cerca de nosotros. Si convertimos la gratitud en un hábito, dejaremos de creer que las personas están obligadas ha hacer lo que hacen, y nos daremos cuenta de que lo que recibimos de ellos es una expresión de amor y aprecio.
Cuando somos agradecidos nos convertimos en personas más amables y a la vez inspiramos esto mismo en los que nos rodean, lo que genera un ambiente más placentero para todos.
Consejería y Asesoramiento
¡LA AYUDA ESTÁ AQUÍ! PODEMOS AYUDARLE A LLEVAR SANACIÓN Y RESTAURACIÓN A SU FAMILIA CON PERSPECTIVAS CRISTIANAS EN LAS QUE PUEDE CONFIAR.