El fin e inicio de año nos lleva muchas veces a reflexionar sobre lo que hicimos, sobre las metas alcanzadas y las no alcanzadas. Sobre los sueños realizados y los que aún están en proceso.
Uno de esos aspectos en los que a veces nos proponemos cambios es con respecto a nuestra salud física. Últimamente ha surgido una conciencia colectiva con respecto a mejorar la salud. Se habla de dietas, de hacer ejercicio y de una serie de aspectos que buscan generar cambios en la salud física de las personas. El problema es que muchas veces esto se ha tomado como moda y no como un cambio de hábitos o como una forma de resolver problemas que a veces subyacen a la salud física.
Para lograr un cambio real y radical en nuestra salud es importante escuchar nuestro cuerpo. Éste nos da señales que debemos interpretar adecuadamente con el fin de darle el trato que amerita.
Muchas veces estamos enfermos, nos sentimos físicamente mal, vamos al médico, nos recetan diferentes medicamentos, pero seguimos igual. Nos enfermamos, pero no sabemos qué más hacer. Nos alimentamos de forma adecuada, hacemos ejercicio, pero a veces seguimos con los mismos síntomas que nos aquejan.
Esas señales que da nuestro cuerpo, muchas veces son el indicador de que algo a nivel emocional no está bien. Y no basta con estar tomando medicamentos, ya sea de medicina tradicional o de medicina alternativa. Es fundamental resolver conflictos, cerrar círculos y sanar las emociones.
Falta o exceso de apetito, colitis y otros síntomas gastrointestinales, falta o exceso de sueño, sudoración, dificultades en la atención, cambios de humor, tristeza prolongada, ataques de pánico, ansiedad y otros síntomas, que, si ya han sido tratados y valorados médicamente sin ningún resultado, pueden ser el indicador de que algo a nivel emocional debe mejorar.
La presión a la que nos enfrentamos día a día, “la cuesta de enero”, la próxima entrada a clases y los gastos económicos que ella conlleva; las calles colapsadas, los niños en vacaciones, y un largo etcétera, hace que nos enfermemos físicamente. Pero no solo son estas situaciones del diario vivir las que nos afectan, sino muchas otras que vivimos en el pasado, enferman nuestro cuerpo y nuestras emociones.
Algunas causas emocionales que le pueden estar enfermando físicamente:
- Duelos no resueltos: el duelo no solo se vive ante la muerte de un ser querido. La pérdida de un trabajo, terminar una relación, no cumplir sueños y proyectos, perder la salud propia o de algún ser querido, etc. Son situaciones que, de no resolverse de forma adecuada, generarán síntomas físicos que alterarán constantemente su bienestar.
- Resentimientos: al papá o mamá, a los hermanos, a los maestros o compañeros de escuela o colegio por haber sido víctima de acoso escolar, a amigos o parejas que se tuvo en un pasado.
- Abuso sexual infantil: esto causa una serie de síntomas que afectarán muchas áreas de su vida.
- Abandono infantil: cuando alguna figura importante le abandonó.
- Violencia intrafamiliar: cuando se ha vivido violencia de algún tipo a lo interno de la familia, afectará las futuras relaciones interpersonales y, además generará síntomas físicos.
- Estrés laboral: cuando no le gusta su trabajo, cuando no se siente realizado, cuando se da explotación laboral. Esto enferma su salud si no se resuelven las diferentes situaciones.
- Enfermedades en la familia: cuando en la familia hay un enfermo crónico, los familiares deben velar por su salud emocional ya que se llega a un agotamiento que afecta emocional y físicamente a los cuidadores.
- Adicciones: éstas afectan no solo al adicto sino también a los familiares, dándose la codependencia.
Estas y muchas situaciones más hacen que nuestro cuerpo reaccione con síntomas que no se van a curar solo con medicamentos. Le propongo que escuche este nuevo año a su cuerpo, que lea las señales que le está dando y que accione de forma responsable y proactiva en busca de soluciones que le ayuden a estar cada vez mejor.
Usted se lo merece!!!!
Recomendaciones de un Psicólogo
Un grupo de psicólogos le comparten recomendaciones prácticas para la vida.