Las condiciones de la cuarentena por coronavirus pueden añadir fácilmente tensión y estrés en las parejas casadas. Tener que quedarse en casa, manejar cambios drásticos y asumir responsabilidades adicionales, mientras están juntos todo el tiempo, puede abrir la puerta a un aumento de los conflictos y enfrentamientos. Pero para las parejas que ya estaban considerando separarse antes del encierro que provocó la pandemia, la tentación de divorciarse puede ser aún más fuerte. Aquí hay algunos consejos prácticos para aquellos que estaban considerando el divorcio incluso antes del encierro por la cuarentena.
Busque ayuda y apoyo…
Antes que todo, si está pensando en divorciarse durante este tiempo, busque ayuda y apoyo virtualmente a través de un consejero o terapeuta. Aunque la comunicación cara a cara es actualmente inaccesible, hay consejeros profesionales disponibles para llamadas de vídeo o de voz que le ayudarán a procesar decisiones importantes como la solicitud de divorcio.
Enfoque a la Familia publica diferentes artículos y series que pueden ayudarle en este proceso de ajuste durante la cuarentena. También puede recibir consejo gratis a través de nuestro correo [email protected], o bien, encuentre información acerca de nuestro servicio de consejería y psicología.
Programar llamadas telefónicas o videoconferencias con amigos o familiares de confianza y con buena salud también puede ser útil.
Consejería y Asesoramiento
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Establezca límites en las conversaciones
Al entablar una conversación con su cónyuge durante el encierro, discuta ciertos temas sólo si se siente seguro y optimista en su relación. Concéntrese en la “contención”, lo que significa simplemente hacer lo mejor para concentrarse en no reaccionar negativamente.
Resista el deseo de “controlar” a su cónyuge
Tratar de manejar, controlar o dirigir a su cónyuge puede ser tentador, especialmente si ya está considerando el divorcio. Si encuentra que su cónyuge se comporta mal o toma decisiones poco saludables, elija ser dueño de lo que es su responsabilidad y permita que el Señor se ocupe de los asuntos de su cónyuge. Sin embargo, si el comportamiento de su cónyuge le amenaza a usted o a otros, es esencial que se ponga en contacto con profesionales especializados.
“Tratar de ser la conciencia de mi cónyuge y monitorear su comportamiento como si fuera un niño generalmente empeora los conflictos, no los resuelve,” dice el Dr. Bob Burbee, un psicólogo licenciado y director clínico del Focus on the Family Marriage Institute. “Use la cuarentena para aclarar dónde comienza y termina su responsabilidad”.
Concéntrese en cuidar de sí mismo
La Biblia dice “ama a tu prójimo como a ti mismo” (Marcos 12:31). Crear intencionadamente tiempo y espacio para cuidar de sí mismo, emocional, física y espiritualmente, le permitirá extender más gracia y amor a su cónyuge. Aquí hay algunas ideas para el autocuidado:
Escriba en un diario. Escriba los pensamientos y sentimientos que tiene cuando sea incómodo compartir la cuarentena con su cónyuge. Las emociones y sentimientos que no son procesados pueden provocar reacciones negativas que inicien “incendios forestales” no deseados.
Escuche música edificante. La música tiene el poder de añadirle alegría y esperanza a nuestra actitud, sobre todo cuando estamos bajo estrés o tenemos pensamientos negativos. Ponga música de adoración o melodías relajantes que le ayuden a calmar su estado de ánimo.
Ore. Dedique un tiempo para clamar a Dios. Orar tiene el mismo efecto que escribir en un diario, no sólo le permite procesar sus emociones y preocupaciones, sino que también le permite conectarse con Dios, y esto le fortalecerá.
Tenga algún pasatiempo favorito. Ya sea hornear, ver una película favorita o ir de excursión; participar en actividades que le gusten le ayudará a alejar su mente de problemas agobiantes.
Haga ejercicio en casa. A veces lo único que necesitamos es hacer que nuestra sangre bombee para lograr aliviar el estrés.
Busque espacio y tiempo para procesar sus emociones y examinarse a sí mismo. “Cuidarse a sí mismo, de forma física, emocional, espiritual y mental, le ayudará a mantener un corazón y mente comprensivos”, dice Adamson, “para que, cuando llegue el momento de trabajar en el matrimonio, lo haga desde un lugar de tranquilidad y bienestar personal”.
Primero intente mejorar su actitud y comportamientos
Si su matrimonio está en su punto más bajo, cambiar su propio comportamiento puede ser una de las herramientas más poderosas que usted tiene a la mano. Puede que no tenga control de su cónyuge o de su situación, pero sí tiene control de sus pensamientos y actitudes personales. Si bien puede ser difícil, es importante elegir los patrones de comportamiento en los que se puede trabajar. Esto no sólo animará a su cónyuge, sino que también le animará a usted.
En muchos casos, el cambio de comportamiento resulta ser una demostración aún más significativa que una disculpa. “Las disculpas pueden ser sanadoras, y son apreciadas”, dice el Dr. Burbee, “pero el cambio de comportamiento y la dedicación que tengamos hacia nuestro cónyuge hablarán más fuertemente de nuestro compromiso con la relación, y del afecto que le tenemos a nuestro cónyuge”.
Hay esperanza para su matrimonio. Tomándose el tiempo para buscar ayuda profesional, priorizando el cuidado de sí mismo, resistiendo el deseo de controlar a su cónyuge y compartiendo sus preocupaciones con el Señor, esto puede preparar el camino para un mañana más brillante en su matrimonio. “Un momento de estrés, no es un momento adecuado para tomar una decisión tan monumental” para los matrimonios que están considerando el divorcio dice Vicki Morgan, consejera profesional licenciada y terapeuta matrimonial y familiar. “Dense cuenta de que esta es una época, no es un ‘para siempre'”.
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