Las chicas adolescentes pueden ser presas fáciles de estas cinco mentiras que las hacen dudar de su valor. Jessie Minassian ofrece consejos para reconocer estas mentiras, combatirlas con la verdad y preparar a su hija para que haga lo mismo.
Conocí a Sofía* cuando tenía 16 años. Se puso en contacto con nosotros porque estaba considerando terminar con su vida. Sin embargo, en el fondo, lo que quería era esperanza en lugar de muerte. Cuando empezamos a quitar las capas de su desesperación, la verdad, o más bien, las mentiras del asunto empezaron a salir a la superficie.
Lo que creemos acerca de Dios, de nosotros mismos y del mundo que nos rodea le afecta a usted y a mí más de lo que podamos darnos cuenta. Pero para una adolescente cuyo cerebro todavía está desarrollándose, una mentira que ella cree puede hacerle caer en la oscuridad o llevarla a perseguir todo excepto a Dios.
Sofía había caído presa de las mismas cinco mentiras que creen muchas adolescentes. Como padre, es de vital importancia que esté al tanto de esas mentiras para que pueda ayudar a su hija a identificarlas. Y aún más importante, debe conocer la verdad que combate las mentiras para que pueda equipar a su hija con las armas que ella necesitará para combatirlas.
Mentira #1: Lo que yo siento define lo que soy
Los sentimientos de una chica adolescente pueden subir y bajar como la marea; no siendo empujados por la luna, sino por las hormonas, por sus amigas, por las redes sociales y por la presión de entrar a la edad adulta. Usted y yo sabemos esto. Pero puede que su adolescente no lo sepa.
Si ella cree que sus sentimientos son la verdad suprema, lo que sea que ella sienta será correcto y se convertirá en su verdad. Ella tomará decisiones basadas en su felicidad, porque la felicidad se siente bien. Ella podría percibir a cualquier persona que cuestione su verdad emocional (es decir, sus sentimientos acerca de su propósito, libertades, género o relaciones) como un enemigo de lo que es correcto.
El antídoto para esta mentira es reconocer que es Dios el que define la verdad (Juan 14:6) y entender que nuestros sentimientos provienen directamente de lo que pensamos. Algo que puede ayudar es guiar a su hija haciéndole preguntas para demostrar la naturaleza ilógica de las verdades emocionales, por ejemplo: “¿Será posible que la verdad pueda ser definida por los sentimientos si tú y yo sentimos cosas diferentes acerca de algún asunto?”.
Use sus propias experiencias para remarcar las verdades de la Palabra de Dios. Hable acerca de sus sentimientos, y de cómo influye lo que piensa sobre ellos. Por ejemplo, puede decir algo como: “Cuando me enfoco en lo desordenada que está la casa, me siento abrumada y frustrada”. O cuéntele cómo en una ocasión tras vencer una mentira hubo un cambio en sus emociones. “Solía pensar que mi valor en el equipo dependía de cuántos puntos anotaba; y eso me hacía sentir miserable después de cada juego. Pero una vez que me di cuenta de que mi actuación no me definía me sentí más confiada en la cancha”.
Mentira #2: Dios nunca podría perdonarme por lo que he hecho
Un numero alarmante de mujeres jóvenes, incluso cristianas, están siendo atrapadas por pecados secretos (autolesiones, trastornos alimenticios, pecado sexual y adicción). El objetivo de Satanás es convencer a nuestras hijas de que lo que han hecho está más allá del perdón de Dios, y que, si ese secreto sale a la luz, sus amigos y su familia estarán permanentemente avergonzados de ellas.
Debido a que las mujeres son particularmente buenas enterrando sus sentimientos de vergüenza, es vital que hable abiertamente y con frecuencia sobre el antídoto para esta mentira, aun si no tienes sospechas de que ella esté escondiendo algo. Irradie gracia al hablar de los pecados de otros sin condenar, y confiese los suyos con humildad.
La mayoría de las personas quieren esconder sus pecados y no exponerlos. Pero solo a través de la confesión es que Dios puede traer sanidad y libertad (Juan 3:20‐21). No hay ningún pecado que Dios no pueda o quiera perdonar (1 Juan 1:9). Una adolescente estará más dispuesta a buscar ayuda a su problema si sabe que Dios la perdonará y sabe que usted también cree en el perdón de Dios.
Mentira #3: Yo puedo, y debería, ser todo (y hacerlo todo perfectamente)
Cuando pregunto a las chicas qué es lo más difícil de ser una adolescente, sus respuestas siempre incluyen la palabra “presión”. Las chicas sienten presión acerca de sus notas y deportes, amistades y novios, elecciones de universidad y sus deudas futuras; el peso de ese estrés las aplasta.
¿Es su hija ansiosa?, ¿deprimida?, ¿perfeccionista?, ¿pasa horas en el internet trabajando en su imagen online?, ¿entra en pánico si no obtiene la nota que quiere? Si es así, puede que sea cautiva a la mentira que le hace pensar que ella puede y debería ser perfecta en todas las áreas de la vida. Y, aquí está la parte aterradora, usted puede ser el mayor alentador de esa mentira.
¿Usted permite que sus debilidades e imperfecciones exalten a Cristo? (2 Corintios 12:9) ¿o trata de ser y hacer todo por sí mismo? ¿Qué ejemplo le está dando a su hija?, ¿la regaña porque se preocupa demasiado por sus notas mientras que usted descuida el tiempo con su familia por cumplir con un plazo importante?, ¿le ha dicho que no debería preocuparse por cómo se ve mientras que usted gasta gran tiempo y dinero en su propia apariencia?
Necesitamos modelar la verdad. Y la verdad es que nadie es perfecto, solo Dios. Aseguremos a nuestras hijas de que ser un humano “promedio” en busca del reino de Dios no es un fracaso, sino una oportunidad para que Dios sea glorificado a través de nuestra insuficiencia.
Mentira #4: (Tener) Una relación me completará
Dios es amor, pero el amor humano no es Dios. Qué fácil se nos hace confundir estas dos cosas, especialmente en los años de la juventud. Es normal que una chica se preocupe y desee el afecto del sexo opuesto. Está tratando de responder una pregunta enredada dentro de su alma: ¿Soy digna de ser querida?
Sin embargo, si ella llega a creer que es digna solo si un chico quiere tener una relación con ella, esa mentira probablemente resultará en una preocupación por los chicos y el romance. Esto puede llevarla a relaciones no saludables, incluso en contra del consentimiento y los deseos de los padres.
Usted tiene la oportunidad de ayudarla a ver que solo Dios puede completar lo más profundo de su ser. Su valor no se basa en la evaluación que otro ser humano haga de ella, y tampoco su felicidad. Los padres tienen un rol especial en afirmar su valor, belleza y dignidad. Dígale, demuéstrele y vuelva a decirle cuán preciosa es.
Mentira #5: No soy suficientemente hermosa
Todas las mujeres tienen valor porque fueron hechas a la imagen de Dios. Pero porque Dios diseño a Eva para ser la encantadora contraparte de Adán, también tenemos una belleza intrínseca en nuestra feminidad. Esa belleza viene en diversas formas, tamaños y colores. Tristemente, la gran mayoría de chicas creen lo opuesto. Ellas creen que no son suficientemente bellas.
Usted podría ser tentado a etiquetar esta mentira como algo sin importancia o como cosas de mujeres adolescentes, pero una pobre imagen del cuerpo puede rápidamente transformarse en profundas inseguridades, una obsesión por la apariencia, depresión y elecciones románticas poco saludables. Es vital que ayude a su hija a defenderse de esa mentira. Hágale cumplidos que afirmen su cuerpo y su alma, dígale cosas como “eres muy bonita porque Dios te diseñó para reflejar Su imagen”. Tenga cuidado sobre cómo mira y habla acerca de otras mujeres y de usted misma. Celebre la variedad de la belleza y la atención a los detalles que Dios ha entretejido en el ADN femenino.
Hable la verdad acerca de ella.
Las mentiras mantienen cautivas a las adolescentes; pero la verdad puede liberarlas. Así de simple como suena, no subestime el poder y la influencia de hablar simplemente la verdad sobre su hija y practique las palabras del apóstol Pablo: “Hermanos, también les rogamos que amonesten a los holgazanes, estimulen a los desanimados, ayuden a los débiles y sean pacientes con todos”. 1 Tesalonicenses 5:14 (NVI).
Sería una tontería restar importancia al daño que estas peligrosas mentiras pueden causar en la vida de su hija. Busque ayuda profesional para usted y para su hija si estas mentiras le llevan a la depresión, a la autolesión o a una profunda desesperanza. No tiene que pasar por este momento sola. Si se encuentra en los Estados Unidos envíe un correo electrónico a Focus on the Family a [email protected] o llame al 855-771-HELP (4357) de 6 a.m. a 8 p.m. para encontrar los recursos que necesita. Si se encuentra en otro país de Latinoamérica escríbanos al correo [email protected] y consulte nuestra lista de consejeros en www.enfoquealafamilia.com/consejeria
Pero también recuerde que la verdad de Dios es más poderosa que cualquier mentira del Enemigo. Nuestras armas son a través de Cristo; la verdad, la luz, la gracia y la libertad pueden exponer y demoler aun las mentiras más arraigadas. Así que equipe a su hija con la verdad para darle lo que ella necesita para llegar a ser quien Dios quiso que fuera.
*un seudónimo.
Nueva serie:
¿Cómo Formar un Adolescente?
Aceptando los cambios y fortaleciendo la conexión.
© 2022 Focus on the Family. Todos los derechos reservados. Escrito por Jessie Minassian y publicado en inglés en focusonthefamily.com.