Por David Benham & Jason Benham
El mundo en el que estamos criando a nuestros hijos es muy diferente al mundo en el que nosotros crecimos. Cuando mi hermano Javier y yo éramos pequeños, mi padre nos sacó del cine a mitad de una película. Estábamos muy avergonzados, pero él ya estaba harto del contenido inapropiado de la película. Incluso se quejó con el gerente del cine; quien se disculpó y nos devolvió el dinero. ¿Se imagina tratar de estar cerca de Dios, y que lo traten bien hoy en día?
Ahora, en Estados Unidos, nuestras familias evitan la hora del cuento “Drag Queen” en la biblioteca pública; un evento en el que hombres travestis leen cuentos a los niños. Cuando nosotros mencionamos nuestra preocupación al director de la biblioteca, nos ignoró. Pronto se corrió la voz, y nuestra familia fue objeto de burla pública en el periódico local al ser tachada como fanática e intolerante hacia una “muestra de diversidad” de la biblioteca.
Si hace años alguien nos hubiera dicho a mí o a mi hermano que nos tacharían de intolerantes por decir que “Drag Queen” no es un entretenimiento adecuado para niños; habríamos pensado que sería una locura. Pero los tiempos han cambiado.
“El precio de tener convicciones bíblicas en la cultura contemporánea es cada día más alto”, escribe David Platt en Contracultura. “No estamos lejos de compartir más seriamente los sufrimientos de Cristo”.
A medida que se hacen más evidentes las profundas causas de este precio, ¿cómo podemos ayudar a nuestros hijos a ser fuertes ante la intolerancia del mundo?
Sea un Apasionado por la Palabra de Dios
¿Por qué parece ser tan difícil tener devocionales en familia? Los niños están demasiado cansados, tienen demasiados deberes o prefieren hacer otra cosa. ¿Por qué es tan difícil acercarse a Dios incluso en casa?
Como padres, necesitamos ser mejores reconociendo el poder que tiene la Palabra de Dios para obrar en el corazón y en la mente de nuestros hijos. Cuando priorizamos el estudio familiar de las verdades que Dios nos ha dado, estamos haciendo que la fe de nuestros hijos tenga la posibilidad de luchar y sobrevivir.
En nuestra casa, tenemos un tiempo de devocional en las noches, leemos pasajes bíblicos y hablamos de cómo se parecen a los retos que enfrentamos en la escuela o en nuestras relaciones, y de la forma en la que son abordados. También incluimos música de adoración, cerramos los ojos y reflexionamos sobre lo que hemos escuchado en las Escrituras.
Nuestra meta es eliminar las distracciones, y permitir que la verdad de Dios penetre en lo más profundo de nuestros corazones y de nuestro hogar. Sobre todo, queremos un ambiente familiar que permita que todo lo que nuestros hijos hayan visto en la cultura actual, ya lo hayamos cubierto reconociendo la perspectiva de Dios sobre el tema. Tenemos esperanza de que estos momentos en donde pasamos juntos hablando de Su Palabra empoderen a nuestros hijos y los fortalezcan cuando vengan los momentos difíciles.
Abrace la Lucha
Recuerdo haber estado sentado con mi hijo de 10 años en la mesa de la cocina, escuchándolo lloriquear mientras se enfrentaba a su tarea de matemáticas. Literalmente , gemía y lloraba. Su agonía de verdad me preocupó, aunque después pensé que solo estaba queriendo librarse de sus deberes. Pero empecé a tener dudas; me pregunté: “¿Será que es demasiado difícil para él?”. “¿Le habrá pasado la factura nuestra atropellada mañana?” “¿Quizás tenga hambre o esté cansado?”.
Bueno, yo estaba hambriento, y también cansado de escuchar todas sus quejas sobre las matemáticas, pero logramos superarlo. Luego recogimos y salimos a jugar. En realidad, yo sólo quería que él fuera feliz, ¡porque a mí me hacía feliz que él fuera feliz!
Sí, reconozco que en realidad hacer feliz a nuestros hijos, no es nuestro objetivo, sino convertirlos en niños resilientes y valientes; y la clave de esto es enseñarles a caminar a través del sufrimiento. Hemos aprendido esto de formas difíciles, porque nuestros hijos a menudo parecían estar mal equipados para enfrentar los tiempos difíciles. Pero damos gracias a Dios por su gracia, porque el Señor ha hecho cosas increíbles en la vida de nuestros hijos.
Guíelos en los Momentos Difíciles
Hoy tenemos la meta de hacer que nuestros hijos abracen la idea de que hay que luchar, en lugar de evadir. Cuando nuestros hijos pasan por momentos difíciles, y los guiamos con amor, experimentan una restauración y un crecimiento que los acerca a Dios y los hace madurar su fe. Mi esposa, Lori, comentó al respecto: “Si nuestros hijos van a mantenerse fuertes en este mundo oscuro, deben abrazar la lucha. No podemos huir del sufrimiento. El sufrimiento es una herramienta que el Señor puede utilizar para fortalecernos; produce resistencia, carácter y esperanza”.
Los tiempos difíciles nos ponen de rodillas y a menudo nos acercan a Dios. Por supuesto, no nos gusta ver a nuestros hijos luchar. No nos gusta luchar. Sin embargo, es en la lucha que desarrollamos nuestra fe y aprendemos a estar con Dios. Nuestros hijos necesitan desesperadamente estos encuentros, y no más cosas que los hagan felices.
Los retos son inevitables. ¿Sus hijos estarán preparados? ¿Serán capaces de permanecer cerca de Dios cuando nadie más esté de pie? ¿Sabrán afrontar bien la adversidad?
Debemos preparar a nuestros hijos. Cuando son pequeños, sus problemas son pequeños, pero a medida que los guiamos a través de estas pruebas, los equipamos con las habilidades y los rasgos que necesitan para enfrentar luchas más grandes. Es un ciclo hermoso. Superar con éxito los desafíos da a los niños el carácter que necesitan para superar futuras batallas, y ese carácter produce esperanza y confianza.
Mantenga una Perspectiva Eterna.
Recientemente le pregunté a mi cuñada, Tori, cómo ella y Jason estaban entrenando a sus hijos para que se mantuvieran cerca de Dios en medio de los desafíos durante el año escolar. Ella respondió que para su familia era muy útil mantener su enfoque en el reino de Dios, y así mantener una perspectiva eterna en medio de las pruebas de este viaje terrenal.
“La vida es corta, pero la eternidad es para siempre”, dijo. “Así que en tu corazón y en tu mente, ten la eternidad siempre a la vista. He visto lo valiosa que es esta perspectiva, no solo para mí personalmente sino también como madre. Nuestros hijos tienen tantas cosas que los atraen (Instagram, la popularidad en la escuela, los logros deportivos, la presión de grupo), pero este mundo, y todas estas cosas que parecen tan importantes en sus corazones, algún día terminará.”
Con tres adolescentes y un niño de nueve años, mi hermano y yo estamos en plena tarea de ser padres. Y estamos decididos a ayudar a nuestros hijos a vivir con una perspectiva eterna. La vida es corta, pero la eternidad es para siempre. Debemos ayudar a nuestros hijos a mantener la perspectiva que mejor les ayude a mantenerse fuertes frente a una cultura que es hostil a su fe.
Asi que fomente una cultura familiar de dependencia de la Palabra de Dios, del discipulado y de la oración. Comprométase a servir, a ayudar y a servir a los demás. Guíe a sus hijos hacia la humildad y la excelencia en sus talentos y habilidades, sabiendo que estos rasgos de carácter tienen beneficios eternos.
Nada de lo que ofrece este mundo se puede compararse con la gloria de la eternidad.
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© 2020 Focus on the Family. Todos los derechos reservados. Utilizado con permiso. Originalmente escrito por David Benham y publicado en inglés en focusonthefamily.com.