Jesús dijo “Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan.” Mateo 19.14 NVI. En el
tiempo de pandemia que estamos viviendo, la formación espiritual de nuestros hijos se puede
convertir en una herramienta para traer paz y estabilidad a sus corazones en medio de tanto
cambio e incertidumbre. La presencia de Dios trae paz; la paz que todos necesitamos, inclusive
los más pequeños de nuestros hogares.
Beneficios de la formación espiritual en los niños
Algunos beneficios que los niños reciben por medio de la formación espiritual son:
- Fe en Dios: desde pequeños nuestros hijos pueden conocer a Dios y disfrutar de su gran amor y de su poderosa presencia que les fortalece y reconforta en medio de cualquier situación.
- Esperanza: saber que hay un futuro con Dios y que nuestra vida está en sus manos crea un
sentido de esperanza en nuestros hijos que les ayuda a recordar que un día las experiencias difíciles presentes habrán terminado y habremos salido de ellas fortalecidos y bendecidos. - Perspectiva positiva: comprender que Dios puede hacer algo bueno en medio de cualquier
circunstancia ayuda a que nuestros hijos mantengan un corazón agradecido por lo que hay y por el cuidado de Dios. - Paz sobrenatural: la paz prometida en Filipenses capítulo cuatro, esa paz que sobrepasa todo entendimiento llega al espíritu y al corazón de nuestros hijos cuando Dios se hace presente en sus vidas.
¿Cuáles prácticas espirituales puedo implementar con mis hijos?
La oración.
Al presentar sus peticiones a Dios, los niños se conectan de forma personal con Él. Y al dar
gracias por cada detalle se desarrolla un corazón agradecido desde pequeños. Tome tiempo para
enseñar a orar a sus hijos. Enséñeles a dar gracias cada día y a presentar sus necesidades con
confianza y con sus propias palabras delante de Dios. Dedique momentos durante el día para orar
con ellos. Y también dedique su propio corazón a orar por ellos. Su intercesión como mamá o
papá traerá bendiciones a la vida de sus hijos.
Las historias de fe.
La Biblia está llena de historias asombrosas y fascinantes que sus hijos necesitan escuchar. Al
escuchar las historias de hombres y mujeres de fe, sus hijos se podrán identificar con los
personajes y aprender de ellos. Además, escuchar historias beneficia la mente y les recrea e
pensamiento. Léales a sus hijos las historias de fe que a usted le impactaron siendo niño o niña.
Cuénteles las historias con sus propias palabras tratando de hacer el relato lo más vívido posible.
Dramaticen juntos las historias de fe que van aprendiendo. Esto les facilitará la integración de las
historias, les enriquecerá la fe y crearán recuerdos juntos que perdurarán toda la vida.
La devoción juntos.
Realizar un devocional familiar es una experiencia espiritual poderosa para la vida de los hijos.
Ver a papá y mamá estudiando la Biblia, orando y hasta cantando para Dios, marca
positivamente y de manera profunda la vida a los niños. Cuando los niños participan en los
devocionales familiares aprenden por el modelaje de sus padres, pueden notar la entrega de sus
padres a Dios, y se dan cuenta que la vida espiritual es una prioridad en casa. Planeen una
reunión devocional familiar juntos cada semana. En ella estudien juntos un pasaje de la Escritura,
aprendan y entonen canciones juntos, y oren tomados de las manos los unos por los otros.
También pueden identificar alguna causa u oportunidad para servir juntos como familia, como
por ejemplo llevar donativos a un albergue o ayudar a personas en necesidad.
La congregación.
Las iglesias locales han hecho esfuerzos admirables para llevar la formación espiritual a los
niños durante la pandemia hasta sus hogares. Participar de estas iniciativas les brinda espacios de
socialización a los niños, les permite darse cuenta de que otros están experimentando lo mismo
que ellos, y les ofrece un sentido de pertenencia al grupo a pesar del distanciamiento social
requerido por razones de salud. Para congregarse en línea, coloquen el tiempo señalado en sus
agendas familiares, de tal manera que todos en casa sepan que estarán en la iglesia virtual en un
momento específico. Cuando llegue la hora reúnanse para participar juntos del servicio. Si su
iglesia local ha preparado algún contenido específico para sus hijos, presénteselo y
acompáñenlos mientras ellos participan.
La formación espiritual de nuestros hijos es un privilegio que Dios nos ha dado a los papás y a
las mamás. Estamos seguros de que cada minuto que usted dedica para guiar a sus hijos en el
camino del Señor, es un minuto muy bien invertido que traerá enormes bendiciones a sus vidas.
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