Reflexiones sobre la vida con hijos después del divorcio.
Las madres solteras a menudo son clasificadas en un solo grupo estadístico. Y, aunque existen muchas similitudes entre las madres solteras, entre ellas también tienden a existir grandes diferencias que a menudo se pasan por alto. Tres hogares de madres solteras participaron en nuestro estudio: Cristina, Tamara y Alicia; este artículo explorará tanto las similitudes como las diferencias encontradas entre estas familias.
La actitud hacia la vida después del divorcio
Un hallazgo clave en este estudio fueron las diferentes actitudes que las madres tenían hacia la vida después del divorcio; Cristina tiene una actitud de esperanza hacia el futuro, mientras que Tamara está atascada en el dolor de su pasado. Un factor determinante parece ser si el divorcio fue una decisión mutua.
Cristina (48) tiene dos hijos: Jéssica (12) y Ricardo (12). Sus hijos fueron adoptados en Eslovenia durante su infancia y no son hermanos biológicos. Cristina y su exesposo estuvieron casados 16 años y se divorciaron hace 3 años. La razón principal de su divorcio fueron las diferencias en su fe; aunque ambos eran cristianos, Cristina quería criar a sus hijos con base en principios bíblicos y su exesposo no vio esto como algo importante. A través del tiempo, Cristina se dio cuenta de que esto era un gran problema, ya que comenzó a afectar su relación y sus técnicas de crianza.
Su divorcio fue por mutuo acuerdo, y aunque aún hay evidencia de resentimientos pasados, Cristina describe su relación con su exesposo como “amistosa”. Ella ha seguido adelante y ahora está enfocada en su futuro. A pesar de que es cautelosa en sus relaciones, está lista y abierta a la idea de casarse de nuevo. Actualmente, Cristina se encuentra en una relación con un hombre que conoció mientras hacía un voluntariado para Hábitat para la Humanidad. Cristina cree que Dios tiene un plan para su futuro y espera con ansias vivir el propósito de Dios para su vida.
Tamara (41) también tiene dos hijos: Jeremy (8) y Saúl (6). Tamara estuvo casada durante 15 años antes que ella y su esposo se divorciaran. Su esposo tuvo una relación fuera del matrimonio y se casó con la mujer a la que ahora Tamara se refiere como su “amante”. Tamara tiene muchísima amargura hacia su exesposo, al punto en que parece estar atascada en su pasado y no ser capaz de mirar hacia un futuro más allá de sus metas y deseos iniciales. Tamara comparte con gran detalle cómo las decisiones de su exesposo la han lastimado a ella y a sus hijos. Ella expresa el dolor y el daño que esta situación le ha causado, enojo hacia su exesposo y deseo de proteger a sus hijos tanto como pueda del dolor. Tamara reconoce la necesidad de seguir adelante y caminar hacia el plan de Dios para su futuro (y al mismo tiempo cree que ya lo está haciendo), pero enfoca mucho de su vida en el pasado y el dolor que ella y sus hijos han soportado debido al divorcio. Tamara desearía que su vida fuera como solía ser y que su familia aún estuviese unida.
Estas dos madres solteras difieren significativamente en sus perspectivas sobre su futuro. Una está claramente atascada en el dolor de su divorcio y recuerda con nostalgia la pérdida de su vida familiar ideal, mientras que la otra aún experimenta las consecuencias negativas de su divorcio, pero ha seguido adelante con su mirada puesta hacia adelante.
Crianza Compartida
Aunque estas dos madres solas tienen diferentes actitudes hacia sus exesposos, ambas experimentan las mismas luchas en cuanto a la crianza cuando sus exesposos ponen límites y normas diferentes. Estas diferencias (y la falta de apoyo a sus propias normas) le causan tanto a Tamara como a Cristina una cantidad importante de estrés y angustia, especialmente porque cada una de ellas decidió compartir la custodia con su exesposo, así que, aun cuando ellas son la influencia parental primaria, sus hijos pasan la misma (o casi la misma) cantidad de tiempo con sus padres. Tamara y Cristina han intentado establecer técnicas de crianza consistentes con sus excónyuges sin tener éxito.
Cristina tiende a ser la más estricta de los dos en lo que respecta a hacer cumplir las reglas y los límites. Ella desearía que sus técnicas de crianza y las de su exesposo estuvieran más alineadas, pero reconoce que no puede controlar su forma de crianza. Ella describe su plan de crianza compartida como “cuando están en su casa, son sus reglas”.
Tamara toma un enfoque un tanto diferente y simplemente no pregunta lo que sucede cuando los hijos están en casa de su papá. Dado que ella se carga mucho emocionalmente, prefiere evitar el estrés que podrían traer las diferentes elecciones parentales. La tercera madre soltera en este estudio, Alicia, nunca estuvo casada y los padres de sus hijos no están presentes en su vida. Aunque esta circunstancia presenta sus propias dificultades, la ausencia de la crianza compartida crea menos estrés para ella como madre y le brinda el beneficio de criar a sus hijos con una sola filosofía parental.
La crianza compartida, específicamente cuando los padres siguen normas y límites distintos, parece ser uno de los mayores factores de estrés para las madres solteras. Ellas trabajan duro para inculcar valores en sus hijos, pero al final ellos reciben un mensaje diferente de parte del otro padre. La mayoría de las madres solteras con custodia compartida lidiarán con este problema en algún punto de la crianza de sus hijos.
Disposición a los recursos
Las tres madres solteras de nuestro estudio muestran similar disposición a acceder a recursos de crianza, pero tienen diferente disposición hacia los recursos de matrimonio. Las tres madres solteras en este estudio buscan recursos de crianza similares. Ellas encuentran abundantes recursos sobre filosofías parentales, pero les gustaría tener más recursos que abordaran consejos prácticos de crianza, tales como lidiar con problemas de comportamiento en las situaciones del día a día. Adicionalmente, ellas no tienen mucho tiempo para buscar recursos, así que necesitan artículos rápidos en internet o cosas que puedan escuchar mientras atienden otras tareas.
Sin embargo, estas madres difieren en cuanto a su disposición a acceder a recursos matrimoniales. Cristina agradece los recursos y el consejo para tener citas siendo una madre soltera, debido a que tiene dificultad para saber cómo actuar sobre este tema con sus hijos. Tamara por el otro lado, no parece dispuesta a recibir recursos que se refieren a su divorcio, el cual parece ser un recordatorio de que ahora ella está soltera y puede tener citas; esto sería visto como una debilidad para ella. Para alcanzar a Tamara efectivamente, debemos alcanzar la necesidad que siente primero (consejos prácticos de crianza) y entonces alcanzar su necesidad real de apoyo a través del duelo con su divorcio. Finalmente, Alicia parece tener el tema de las citas bajo control, ella solo quiere ayuda para encontrar un cónyuge!
Pensamientos finales sobre ser una madre sola
Los problemas referidos aquí confirman las similitudes de muchas madres solteras y también destacan las diferencias que existen. Comprender y reconocer a todo tipo de madres solas será un factor importante para alcanzarlas y apoyarlas en sus necesidades.
SEA LIBRE DEL DOLOR DEL PASADO
© 2023 Focus on the Family. Todos los derechos reservados. Usado con permiso. Originalmente escrito en inglés por Shelby Hall y publicado en focusonthefamily.com.
