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¿Qué hacer cuando mi hijo sufre un ataque de ansiedad?

Niño en un carro pensativo

Aquí tiene algunos consejos prácticos para ayudar a su hijo en medio de un ataque de ansiedad.

Era el día después de las vacaciones de primavera. Mi hija tenía 12 años y llevaba seis meses sufriendo dolores abdominales que eran cada vez más fuertes. Nadie podía decirnos de qué se trataba pero le impedían aguantar un día entero en la escuela y sobre todo en el entrenamiento de natación. Así que, cuando recibí la llamada del colegio, supuse que era más de lo mismo. Pero no lo era. Este fue el comienzo de nuestra lucha contra los ataques de ansiedad. A partir de ese momento, empecé a aprender cómo ayudar a alguien que sufría un ataque de ansiedad.

Mi pequeña estaba enferma; muy enferma. Los siguientes seis meses fueron un torbellino de sueros y dolorosas extracciones de sangre, unidades de cuidados intensivos, médicos y hospitales, y pruebas extrañas que dejaron a toda mi familia tambaleándose, y a mi hija y a mí con un trastorno de estrés postraumático.

El olor del alcohol isopropílico acelera mi corazón. Y pensar en una vía intravenosa me hace apretar los dientes y luchar contra un ataque de ansiedad; y eso es solo lo que pasa conmigo. Mi hija también sufre ataques de ansiedad desde sus días en el hospital, y es peor aun cuando le dan a ella en vez de a mí.

Si se siente identificado, la buena noticia es que hay cosas que podemos hacer para ayudar a nuestros hijos con los ataques de ansiedad. Éstas son algunas de las que he aprendido en los últimos años.

Busque ayuda profesional

Los profesionales están bien preparados y disponen de una variedad de herramientas. Acudir a esos expertos no es una debilidad, más bien se necesita valentía para pedir ayuda; hace falta fuerza para acudir a un consejero y tratar esas causas del problema que no se ven. Y hace falta sabiduría para saber que, a veces, la medicación es la mejor opción.

No juzgue ni regañe

Nunca le diga a alguien que está sufriendo un ataque de ansiedad y que no hay nada por qué estar ansioso. Es un comentario despectivo e irrespetuoso. Lo más probable es que el niño que experimenta el ataque de ansiedad sepa en su mente racional consciente que no existe ninguna amenaza inmediata. Pero eso no impide que la mente inconsciente reaccione a traumas pasados y a las sustancias químicas del cuerpo que producen estrés.

Cuando uno dice: “No deberías estar ansioso” llevamos a la persona a sentirse culpable y avergonzado, lo cual solo empeora las cosas.

Provea herramientas que le ayuden con los ataques de ansiedad

En lugar de hacer sentir a su hijo culpable, dele herramientas antes de que entre en modo de huida o lucha. Aquí tiene algunos ejemplos que mi hija y yo utilizamos a menudo:

4-7-8 Respiraciones

Cuando era pequeña, mi madre siempre me decía que respirara hondo. En aquel entonces pensaba que era algo que las madres decían para distraer a sus hijos. Pero resulta que está científicamente demostrado que la respiración profunda y diafragmática libera endorfinas calmantes.

Básicamente le dice a su cerebro que todo va bien. La respiración 4-7-8 se conoce como un tranquilizante natural para el cerebro, y consiste en tomar aire por la nariz durante cuatro segundos, sostener la respiración durante siete y expulsar el aire por la boca durante ocho segundos. Y luego se repite 3-4 veces; es casi como magia.

En el caso de mi hija y el mío, si veo señales de un ataque de ansiedad, empiezo a hacer respiraciones 4-7-8 y ella me sigue. No siempre tengo que decir algo.

Escaneo de los cinco sentidos

Esta técnica es especialmente útil cuando el niño siente que se aproxima un ataque de ansiedad, y ayuda a su hijo a permanecer en la seguridad del presente cuando su subconsciente está tratando de llevarlo al modo lucha o huida. Básicamente, cuente cinco cosas que pueda ver, cuatro que pueda tocar, tres que pueda oír, dos que pueda oler y una que pueda saborear.

Si su ser querido está empezando a tener un ataque, pregúntele: “¿Cuáles son las cinco cosas que ves?” y a partir de ahí continúe.

Caminar

Caminar no solo estimula esas endorfinas que le hacen sentir bien, sino que también fue la base para la creación de una de las técnicas modernas más eficaces para ayudar a la ansiedad y el Trastorno de Estrés Postraumático: la desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares (EMDR, por sus siglas en inglés). Manténgase conmigo un segundo mientras le cuento algo que le puede confundir un poco.

La EMDR, terapia de Desensibilización y Reprocesamiento mediante Movimientos Oculares consiste en volver a visitar los recuerdos dolorosos a una distancia mental mientras se utiliza la estimulación bilateral (estimular un lado del cuerpo y luego el otro y viceversa) para ayudar a la persona a entrar y salir del recuerdo. Al caminar -alternando entre el pie izquierdo y el derecho- estamos, en esencia, realizando una estimulación bilateral, la base de la EMDR. Si desea aplicar la EMDR a su hijo, consulte con un profesional.

Sonidos reconfortantes

Ya sea escuchando una canción relajante o sonidos del océano, la música y los sonidos reconfortantes reducen realmente la hormona del estrés llamada cortisol. Tanto mi hija como yo utilizamos la canción “Oceanic Feeling” del álbum Brainspotting: BioLateral Sound Healing. Mi hija duerme escuchando la canción en modo de repetición.

Visualice un lugar seguro

Se trata de un lugar de ensueño en el que pueda despejar su mente porque es naturalmente seguro. Lo normal es no utilizar un lugar real, ya que la realidad tiene su carga.

Mi lugar seguro es una casita en una duna llena de cristales de mar y campanillas de viento. Oigo el oleaje y el canto de las gaviotas. Incluso puedo oler el calor del sol en la arena, sentir los bordes afilados de la hierba de las dunas en mis dedos. Aunque no me ha contado mucho, a mi hija le pasa lo mismo.

Es especialmente importante crear este espacio antes de sufrir un ataque. Haga que su ser querido cierre los ojos. A continuación, pídale que imagine un lugar en el que le encantaría estar. Tal vez sea un castillo en lo alto de una montaña, una cabaña en el bosque, un apartamento en el desierto. Sea donde sea, es un lugar seguro, tranquilo, con acceso y control absoluto. Es un lugar donde puede retirarse temporalmente para dejar que su mente consciente y más lógica se ponga al día con sus respuestas automáticas. Practique ver el lugar seguro incluso cuando no haya nada por lo cual sentir pánico. Hágalo lo más real posible: imágenes, sonidos, olores, etc.

Dé a su hijo ejemplos e historias de éxito

La neurociencia demuestra que, si usted lee o escucha una historia, no solo se activa el centro de aprendizaje del cerebro, sino también el lado de la experiencia del cerebro. Eso significa que, si usted le cuenta a su ser querido historias sobre personas que superan ataques de ansiedad, ataques de pánico, estrés postraumático y depresión, su cerebro experimenta la superación de esas luchas.

Cuando un cerebro ensaya algo, reescribe los patrones de la mente inconsciente. Como los ataques de pánico suelen ser una reacción inconsciente, cualquier cosa que podamos hacer para decirle al cerebro que puede superarlo es buena. Dígale de mi hija, que estuvo a punto de morir, que lucha contra los ataques de ansiedad, pero que supo sobreponerse y convertirse en una nadadora de élite. Haga que lean historias como mi libro Shadows in the Mind’s Eye (Sombras en los ojos de la mente) o Murder at the Flamingo de Rachel McMillan, donde los héroes superan el pánico y la ansiedad. En última instancia, ayúdele a ver que la paz es posible.

Comprenda que cada persona es diferente

Una de las cosas más importantes es reconocer que cada persona es diferente. Ahora reconozco que cuando mi hija tiene una respiración acelerada y está retraída pueden ser señales de un ataque de ansiedad inminente, y puedo recordarle que respire hondo. Eso funciona para nosotros, pero puede que no funcione para usted y para su ser querido; el tacto puede ayudar o entorpecer. Pero lo cierto es que su ser querido necesitará de su ayuda, y solo tiene que estar dispuesto a encontrar lo que es realmente útil.

Reflexiones finales sobre cómo ayudar a su hijo con un ataque de ansiedad

Por supuesto, esta lista no es exhaustiva, pero puede ayudar a abrir las puertas de la recuperación a medida que usted y sus hijos se adentran en el mundo de la salud mental. Los ataques de ansiedad son una experiencia horrible en el momento, por lo que tener conversaciones de antemano para ayudar a sobrellevarlos puede ser extremadamente beneficioso. En última instancia, sabemos que Dios es nuestro verdadero consolador en medio de las dificultades. Si usted o su hijo sufren ataques de ansiedad o de pánico, corran al Padre y dejen sus cargas. Aunque siga luchando contra problemas de salud mental, el Señor escucha cada oración y cada grito de su corazón.

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