La pregunta es ¿cómo volver a la atracción y la pasión en el matrimonio? Creo que para encontrarla, deberíamos de buscar el combustible principal que enciende la pasión dentro de la intimidad. Salmos 83:14 nos dice: “Como fuego que quema el monte, como llama que abrasa el bosque.” La clave la encontramos en la llama de fuego.
Una llama de fuego trae calor a quienes están a su alrededor. En el matrimonio, la llama no solo debería estar encendida cuando la pareja hace el amor, sino que debería estar encendida de forma constante, para avivar el fuego en cualquier momento y en cualquier situación que se les presente.
La llama del amor se mantiene encendida a través de caricias, ternura, intimidad sexual, abrazos, besos, tiempos juntos, comprensión y comunicación. Así que, dar al ser amado lo que este necesite o busque, llena cualquier vacío entre los dos. La llama es la fuente de la energía romántica que existe en la pareja. Cuando la persona mantiene la llama encendida, siempre habrá sensibilidad a las necesidades de la pareja. Cuando la llama se apaga, se apaga todo lo demás.
Por ejemplo, cuando mi esposa y yo estamos en una consulta matrimonial, y observamos que no hay comunicación o comprensión en la pareja, podemos detectar que se apagó la llama. El hecho de que la pareja tenga relaciones sexuales, no significa que este sea siempre un acto amoroso, sino que se ha convertido solo en la búsqueda de satisfacción sexual, en lugar de intimidad sexual.
El acto sexual solo es para satisfacer el deseo de la carne, no para satisfacer el corazón. En la intimidad sexual, se entrega el corazón y se expresar el amor de manera íntima a la persona, antes de entrar en el acto principal. El acto de hacer el amor puede durar por lo menos treinta minutos, mientras que el simple hecho de tener sexo, ocupa solo cinco minutos. En cambio, cuando la llama está encendida, uno no quiere que termine el momento, porque los dos corazones están conectados en lo más íntimo del acto.
La llama lo lleva a uno a explorar el cuerpo de su pareja, a entrar en otra dimensión. Esto ayuda a que el orgasmo que experimenta la mujer alcance un clímax total que le provoque escalofríos en todo el cuerpo. Del mismo modo, ayuda a que el hombre mantenga una mejor erección durante el acto y pueda experimentar placeres mayores en el cuerpo.
La llama es el combustible
Ahora quiero que entienda que uno puede amar sin que exista una llama. La llama es el combustible de algo íntimo. Por ejemplo, el Espíritu Santo es el combustible para el creyente, es la llama de fuego que nos mueve y nos llena. De igual manera, existe una llama en el corazón que prende los demás pilotos de la relación íntima entre marido y mujer.
El amor se puede mantener con emoción o devoción. Cuando el amor se mantiene con emoción, se transforma en «querer», y no es lo mismo querer y amar. El querer es gozar, mientras que el amar es sufrir. Hay matrimonios que se quieren, pero no se aman, porque se apagó la llama. Cuando uno ama con devoción, es porque existe una inclinación o afecto especial, lo cual ayuda a que la llama se mantenga encendida.
La llama ayuda a que uno sea romántico, sensible a las necesidades de su pareja y creativo en la relación. Es más, nos permite respetar y honrar a la persona que más amamos en la vida. Efesios 5:33 nos dice:“Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido.”Pablo es muy claro en cómo deberíamos comportarnos como pareja, en cómo el hombre debería amar a su mujer: «Así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella» (Efesios 5:25). Entonces, si la llama no está encendida, el amor se transforma en «querer» y el respeto desaparece en la relación.
La llama del amor se apaga en el matrimonio cuando:
- Desaparece el respeto.
- No hay romance, ni comprensión, ni comunicación.
- Hay más excusas que caricias y no hay tiempo para los dos.
- Duermen en camas separadas.
- Les dedican más tiempo a los amigos que al cónyuge.
La forma de mantener la llama encendida es invirtiendo tiempo en la persona que más ama. Por eso, consideren las siguientes pautas que expongo a continuación, a fin de que mantengan la llama encendida:
- Aprendan a orar y a tener devocionales juntos.
- Aparten tiempo a solas para hablar y convivir.
- Aprendan a hacer el amor y no solo a tener sexo.
- Sean creativos en la intimidad.
- Expresen cariño y respeto mutuo.
- Aprendan a llenar las necesidades de ambos.
- Sean románticos, tiernos, amables, cariñosos y comprensivos
No hay nada más bello que tener una relación saludable al mantener la llama encendida. El romance no es eficaz sin la existencia de una llama. Sé que para muchos esto es nuevo o un poco difícil de digerir, pues nuestros padres nunca nos dieron este tipo de enseñanza. Incluso, hay personas a las que nunca se les habló sin rodeos de la relación sexual debido a que se consideraba algo privado o sucio.
Existen pocas enseñanzas en referencia al tema, pues nadie quiere tocar algo que ha sido un tabú en nuestra sociedad. Sin embargo, hoy les digo que Dios creó el amor y la sexualidad como algo bello y puro.
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