Una enfermedad grave o la muerte de un ser amado puede hacer tambalear la fe de un cristiano hasta lo más profundo. Entonces, ¿qué puede hacer usted para darle ánimo a su cónyuge cuando tenga una crisis de fe y deje de orar? 4 Consejos para apoyar a su cónyuge cuando atraviese una crisis de fe.
‘Bizz Bizz’ se escuchó vibrar nuevamente el localizador de Carrie Oliver, y yo sonreí para mis adentros; para mí, ese sonido era la cosa más hermosa que podía imaginar. Carrie y su esposo, el Doctor Gary Oliver, eran personas extremadamente importantes para mi esposa Erin y para mí; Gary, de hecho, fue uno de los padrinos en nuestra boda, además de ser mi mentor y jefe en la universidad John Brown. Tanto él como su esposa nos ayudaron a Erin y a mí durante los difíciles años al inicio de nuestro matrimonio. Erin y Carrie incluso escribieron un libro juntas llamado ‘Grown-Up Girlfriends’(Amigas Adultas) En el año 2007, todavía estábamos todos juntos, trabajábamos juntos, alabábamos al Señor juntos, compartíamos nuestras vidas juntos, y de igual forma cuando se le diagnosticó el cáncer pancreático a Carrie, nos preocupamos juntos, nos dolíamos juntos, y orábamos juntos por eso.
La Fe en la Oración
Nosotros no éramos las únicas personas orando, pues el localizador de Carrie era parte de un ministerio que llevó la oración a otro nivel. Este ministerio donó localizadores a los creyentes que se encontraban gravemente enfermos, de esta manera, los amigos, familiares y allegados con buenos deseos podían digitar el número de las personas con localizadores para hacerles saber cuándo estaban orando por ellas. En vez de solamente decirles “estoy orando por ti”, estas palabras se convertían en más que solamente palabras bien intencionadas; mediante la vibración del localizador ellos se sentían en acción.
Por meses continuos, el localizador de Carrie sonó casi constantemente durante esos días difíciles. Y, pese a que yo era consciente del triste pronóstico que tiene el cáncer pancreático, el localizador me daba mucha confianza de que Dios la sanaría. Tenía que hacerlo. Pues, era consciente de lo que Dios decía con respecto a la oración: “Lo que pidan en mi nombre, yo lo haré” (Juan 14:14, NVI). Y, en Marcos 11:24 (NVI) dice: “Por eso les digo: Crean que ya han recibido todo lo que estén pidiendo en oración, y lo obtendrán“. Versículo tras versículo pareciera indicar que cuando nuestras oraciones son hechas de manera sincera y continua van a ser contestadas, y de buena manera.
Sin embargo, luego recibí ya tarde en la noche una llamada de Gary diciéndome que su querida Carrie ya estaba con su Padre celestial.
¿Cómo así? ¿Se murió? Me dije a mí mismo. ¡No puede ser! – Yo mismo he visto cómo han orado de manera incesante por la salud de ella. ¿Cómo es posible que muriera?
¡Vaya! No sólo Carrie murió esa noche, también un poco de mi fe lo hizo.
Orar con dudas
La muerte de Carrie me impactó y me hizo entrar en un bache espiritual, en especial en el tema de la oración. Esos versículos de la Biblia me parecían ser tan claros y directos, no hay ambigüedad en ellos. La Biblia no dice “quizás” o “puede ser que”, dice ” lo obtendrán”. Y, aun así, no se obtuvo la sanidad por la que yo y miles de personas estábamos orando tan persistentemente.
Así que me volví una persona cínica, considerando la oración como un tipo de máquina de azar en donde usted inserta su oración, jala la palanca, dice amén, y luego espera a ver si esa oración te hace ganar el premio – Así es como me sentía con respecto a la oración. Había escuchado de milagros de sanidad ¿Por qué Carrie no se sanó?
Tanto mi relación con el Señor como mi matrimonio resultaron afectados por esto. Erin y yo siempre habíamos orado juntos; hacerlo era una parte importante en nuestra relación, pero me había vuelto tan pesimista con respecto a la oración que dejé de orar con mi esposa. Simplemente, se sentía falso y vacío.
Apoyar a su cónyuge durante una crisis de fe
Nuestro mundo caído puede afectar incluso al más fuerte en la fe. Así que, ¿de qué manera podría usted darle apoyo a su cónyuge durante una crisis de fe? Permítame darle cuatro consejos:
No intente cambiar a su cónyuge: Aprecio mucho el hecho de que Erin no me presionara. Ella no trató de persuadirme con palabras para dejar mis sentimientos y confusión, sino que me escuchó y fue paciente. Me permitió cuestionar a Dios sin tratar de estar proveyendo las respuestas. Sé que ella estaba herida por los momentos en los que no quise orar o ir a la iglesia con ella. Pero, aun así, ella me dio espacio para que yo trabajara en estas cosas.
Primera de Pedro 3:1-2 le dice a la mujer que respete a su marido y que le haga ver su belleza interior de modo que él desee seguir a Cristo. Los hechos amorosos hablan más que mil palabras, y hay que darle espacio al Espíritu Santo para que trabaje en el corazón. Deje que Él haga su trabajo mientras usted es esa fuente de amor para su cónyuge.
Modele una fe viva: A lo largo de mi crisis espiritual, Erin siguió asistiendo a la iglesia y continuó dirigiendo a nuestra familia en oración como dice 1 Corintios 16:13-14 (NVI) “Manténganse alerta; permanezcan firmes en la fe; sean valientes y fuertes. Hagan todo con amor”.
Aun cuando la fe de su cónyuge parece decaer, permanezca firme en la suya. Es su responsabilidad crecer más a la semejanza de Cristo. Antes que nada, “permanezca firme en la fe”.
“Hacer todo con amor” significa que la profunda fe que usted tiene, hace que Dios manifieste su amor a su cónyuge por medio de usted, a través de su corazón abierto y bien cuidado. Y, el amor de Dios siempre es paciente, bondadoso, agradecido, humilde, gentil, sacrificial, cordial, perdonador, protector, confiable, esperanzador y comprometido (1 Corintios 13:4-7).
Ore por su cónyuge: Sé que esto suena algo trillado, y puede ser una recomendación extraña debido a mi cinismo de hace una década, pero enserio la oración es poderosa y no solo para la persona por la que se ora, sino también para la persona que está orando.
Me encanta la manera en la que Stormie Omartian explica esta dinámica en su libro El poder de la esposa que ora:
“Algo impresionante sucede en nuestros corazones cuando oramos por alguien más. La dureza se deshace y nos volvemos capaces de ir más allá del dolor, y perdonar. Incluso, terminamos amando a aquella persona por la que oramos ¡es algo milagroso! Y sucede así porque cuando oramos, entramos en la presencia del Señor y Él nos llena de su Santo Espíritu de amor… Yo misma he visto cómo mujeres que ya no sienten amor por sus esposos se dan cuenta que cuando oran esos sentimientos de amor con el tiempo vuelven. Incluso, en algunas ocasiones se sienten diferentes después de una oración hecha a corazón abierto.”
Busque apoyo de una comunidad de fe: Cuando su cónyuge está atravesando una crisis de fe, necesita apoyo de sus hermanos y hermanas en Cristo. Recuerde lo que dice Hebreos 10:24-25 (NVI) “Preocupémonos los unos por los otros, a fin de estimularnos al amor y a las buenas obras. No dejemos de congregarnos, como acostumbran a hacerlo algunos, sino animémonos unos a otros, y con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca”.
Por medio del apoyo y de las oraciones de Erin, un día tuve un encuentro maravilloso con Dios. Me encontraba haciendo ejercicios, corriendo en las gradas, cuando de repente me senté en una grada y comencé a orar. Por fin, me había rendido y aceptado que no tenía por qué saber por qué había muerto Carrie pese a nuestras oraciones. Decidí que no importaba, que confiaba en Dios y que creía en la oración, aunque no siempre entendiera cómo funcionaba.
Más tarde ese mismo día, Gary, el esposo de Carrie, me mandó de la nada un mensaje citándome Romanos 8:26-27 (NVI). “Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios”.
Estos versículos me calaron y me di cuenta de que no siempre se por qué orar, pero el Espíritu Santo sí lo sabe, y Él conoce la voluntad de Dios. Y también me di cuenta de que Él siempre está intercediendo por mí. Así pues, terminaré citando el libro “Mi experiencia con Dios” de Henry Blackaby y Claude King:
“Las crisis de fe son un punto crucial en la vida…que te exigen tomar una decisión. Debes decidir qué creer acerca de Dios. La forma en la que respondas cuando llegues a este punto va a determinar si llegas a estar involucrado con Dios en algo de un tamaño tal que sólo Él lo puede hacer, o si continuarás siguiendo tu propio camino y te perderás de lo que Dios se ha propuesto para tu vida”.
*El Doctor Greg Smalley es el vicepresidente de Formación Familiar y de Matrimonios en Focus on the Family y es autor de varios libros.
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