Si se quiere tener el mejor prop?sito de vida es hacer del coraz?n un lugar en donde solo pueda habitar el amor. Lograr vaciar el coraz?n de cualquier sentimiento que empa?e la transparencia del afecto, el respeto y el inter?s por la otredad.
Ser consiente de que nuestra salud es integral, es un llamado a responsabilizarse no solo de los propios estilos de vida, sino de la armon?a de todas estas ?reas incluyendo las relaciones con s? mismos, con nuestra familia, con nuestro entorno y con Dios.
Vivir bien no significa ausencia de problemas o ausencia de dolor. Significa establecer relaciones saludables con uno mismo, con su creador y con nuestros semejantes. Principalmente significa tener paz interior, armon?a con el entorno y relaciones satisfactorias.
Actuar apresuradamente y movernos por lo que sentimos sin tomar el tiempo suficiente para reflexionar, podr?a guiarnos a un viaje de angustia y ansiedad.
Con el amor no se juega, tampoco es cuestión de suerte; el amor no es ciego, el amor piensa, analiza, razona, y tiene capacidad de análisis.
Con el amor no se juega, tampoco es cuestión de suerte; el amor no es ciego, el amor piensa, analiza, razona, y tiene capacidad de análisis.
Con el amor no se juega, tampoco es cuestión de suerte; el amor no es ciego, el amor piensa, analiza, razona, y tiene capacidad de análisis.
Con el amor no se juega, tampoco es cuestión de suerte; el amor no es ciego, el amor piensa, analiza, razona, y tiene capacidad de análisis.
Todas las parejas pasan por etapas difíciles a lo largo de su ciclo vital matrimonial, desde los primeros ajustes al inicio de la relación de
En muy diversos contextos socio- culturales y geográfico-históricos, los antropólogos han encontrado evidencias contundentes de la conformación de estructuras familiares derivadas a partir de modos
