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Consejos para Matrimonios con Hijos Especiales

A través de estos tiempos difíciles, descubrimos principios matrimoniales esenciales que hicieron crecer el amor que sentíamos el uno por el otro y fortalecieron nuestro matrimonio con hijos de necesidades especiales.

Ser padres de un hijo con discapacidades físicas, mentales o de desarrollo puede ser una de las experiencias más gratificantes de su vida. Pero también puede traer gran tensión a su matrimonio y probar su fe. Lo sabemos porque nuestro matrimonio apenas sobrevivió después de que nuestra hija fuera dada de alta de la unidad de cuidados intensivos neonatales. Vivimos por varios años en modo crisis mientras lidiábamos con su desorden genético y la cuidábamos en casa.

A través de estos tiempos difíciles, descubrimos principios matrimoniales esenciales que hicieron crecer el amor que sentíamos el uno por el otro y fortalecieron nuestro matrimonio. Siendo un matrimonio con hijos de necesidades especiales, nuestra relación se hizo más resiliente. A continuación, encontrará cuatro formas en las que nos unimos más durante este tiempo de prueba en nuestro matrimonio.

1. Aproveche los pequeños respiros

Un hábito que nos ayudó a estrechar nuestros lazos fue pasar tiempo juntos de forma regular. Sabíamos que salir una noche para una cita fuera de casa resultaba imposible en medio de circunstancias complicadas, y retirarnos a nuestra habitación no haría que se fueran el ruido y el estrés de cuidar a un niño con necesidades especiales. Entendimos que, si necesitábamos apartar un tiempo para estar en pareja de forma regular, tendríamos que pensar creativamente.

Entonces en vez de planear una salida a cenar, salíamos a caminar juntos o a comer algo al parque mientras un amigo u otro miembro de la familia cuidaba de nuestra hija por una o dos horas. Y también disfrutamos de tomar pequeños descansos como pareja para reducir el estrés, renovar nuestra relación y mirar hacia el futuro.

Encontrar ayuda externa es crucial. Cuando alguien nos contó acerca de un “programa de respiro” de tres horas una vez al mes en nuestra iglesia local nos sentimos maravillados. Esperábamos todo el mes por ese tiempo de descanso.

Comiencen con descansos cortos: planeen un descanso de una o dos horas juntos este mes. Respondan a estas preguntas:

  • ¿Cuándo vamos a hacerlo?
  • ¿Quién cuidará de nuestro hijo?
  • ¿Qué nos gustaría hacer?

2. Tengan una perspectiva alegre

Podría sonar raro o trivial ya que las responsabilidades diarias de cuidar a un niño con necesidades especiales están muy lejos de ser divertidas. Es difícil no tomarse la vida muy seriamente cuando el desarrollo o la salud de un hijo está en juego. Pero el buen humor puede ayudar a las parejas a afrontar mejor el estrés del cuidado diario. Una perspectiva alegre y relajada puede ayudarle a mejorar su salud mental y unirlos más. Nos alegramos de que el corazón alegre sea una buena medicina (Proverbios 17:22). De hecho, la risa activa unas reacciones químicas que nos hacen sentir mejor y reducen el efecto del estrés.

Nuestra hija Graciela nos ha enseñado a recibir cada día con una actitud alegre y tranquila sin importar lo que esté sucediendo. Ella grita “yuju” cuando está emocionada y nosotros hemos adoptado su alegría. Algunas veces hasta hemos gritado juntos “yuju” cuando estamos los dos solos. Esta perspectiva de vida es refrescante y liberadora. Somos una pareja más feliz desde que empezamos a celebrar y reírnos más seguido.

Empiece a vivir de forma más relajada: encuentre formas de añadir buen humor a su relación. Cuéntense chistes, vean una película cómica juntos y celebren las pequeñas victorias.

3. Apóyense el uno al otro como matrimonio con hijos con necesidades especiales.

Reconocer las emociones de la otra persona es esencial para todos los matrimonios. Leemos en Proverbios 12:25 que “la ansiedad en el corazón del hombre lo deprime, pero la buena palabra lo alegra”. Las parejas que cuidan niños con necesidades especiales frecuentemente experimentan dolor, frustración y hasta trauma todos los días. Apoyarse y reconocer cómo se siente cada uno es crítico en medio de estos retos.

Mientras lidiábamos entre manejar la presión de cuidar a nuestra hija y equilibrar la vida diaria, encontramos nuestras propias maneras de afrontar la situación y sobrevivir. siendo un matrimonio con hijos con necesidades especiales En los momentos en que más necesitamos el uno del otro nos resultaba difícil encontrar la forma de conectarnos y apoyarnos. Y en la medida en que nos distanciamos más, sentíamos que uno de los dos no lograba comprender lo que el otro estaba pasando. Esta era la forma en la que procesábamos los retos de nuestra paternidad:

  • David: estaba en modo supervivencia, enfocado en el trabajo y todas las estresantes tareas diarias relacionadas a las finanzas y al hogar. Me desconecté emocionalmente porque no tenía tiempo para sentir o hablar de mis emociones.
  • Alicia: comencé a ahogarme en mi trauma y mi duelo, así como en el estrés de mantener a mi hija con vida. Sentía que a David no le importaban mis sentimientos o lo que yo estaba pasando, y me alejé de él.

4. Utilicen palabras edificantes

Ahora, después de muchos años de consejería y de luchar por nuestro matrimonio, hemos aprendido finalmente a reconocer las experiencias, los pensamientos y las emociones dolorosas de cada uno de nosotros. Decir afirmaciones tan sencillas como “eso debió haber sido difícil” (después de que el otro tuvo una visita al doctor o un día de pago de impuestos) nos ayudó a sentirnos escuchados, comprendidos y apoyados.

También descubrimos que extender algunas de las siguientes frases llenas de consideración fortalecieron nuestro matrimonio:

  • “Tiene sentido que te sientas de esa forma”
  • “Siento que tengas que estar pasando por esto”
  • “¿Cómo te puedo ayudar?”
  • “¿Cómo puedo orar por ti?”
  • “Sé que estás haciendo lo mejor que puedes, muchas gracias”

Incluso cuando quizás usted no comprenda lo que su cónyuge siente, es importante que le haga saber que quiere comprenderle y que cree en lo que su cónyuge le está compartiendo.

Comiencen a apoyarse emocionalmente el uno al otro: peguen esas frases llenas de consideración en lugares donde las puedan ver y leer todos los días de forma que cuando las situaciones difíciles lleguen, puedan utilizar estas frases mientras los dos conversan.

Con el tiempo, a medida que se escapan juntos por una o dos horas, se ríen de un chiste juntos y se apoyan el uno al otro en días difíciles, Dios utilizará sus esfuerzos personales para fortalecer su matrimonio.

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© 2024 Focus on the Family. Usado con permiso. Originalmente escrito por Kristin y Todd Evans y publicado en inglés por Focus on the Family.

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