Los padres pueden ayudar a sus hijos a salir del ciclo del acoso escolar.
Karla no sabía por qué tres niñas decidieron convertir su tercer año de secundaria en una pesadilla. Comenzaron con comentarios en los pasillos y continuaban después de la escuela en redes sociales. Karla no podía pasar un solo día sin encontrar una publicación o comentario cruel.
En la escuela, cada vez que estaba frente a su casillero, alguien se acercaba y le tiraba del cabello. Más tarde, recibía un mensaje en sus redes sociales que decía: “¡Sí, fui yo!”.
Las chicas tomaban fotos de Karla y creaban memes crueles (imágenes con frases) llamándola «perdedora» o «rara». Muchos se viralizaron, provocando que los demás se rieran de ella al pasar. Las redes sociales amplificaron cada burla y rumor, desdibujando la línea entre el acoso y el ciberacoso.
Cuando Karla le dijo a su mamá: “Todos me odian”, lo decía literalmente.
El acoso escolar no es lo mismo que era hace 20 años. Honestamente, ni siquiera es lo mismo que hace cinco años. Algunos de nosotros recordamos días difíciles en la secundaria: niños siendo crueles. Pero no importaba qué tan difícil fuera socialmente en la escuela, una campana sonaba y podíamos escapar de la crueldad de los chismes, insultos y, a veces, incluso de la intimidación física.
Ahora, cuando suena la campana, los niños dejan el campus, pero nunca escapan del mundo social de la escuela. De hecho, llevan ese mundo en sus bolsillos.
En 2018, Pew Research publicó un informe titulado “Adolescentes, Redes Sociales y Tecnología”. Hoy, el 95 por ciento de los adolescentes parece tener acceso a un teléfono inteligente. Pero solo el 31 por ciento de ellos siente que las redes sociales son una influencia positiva en sus vidas. De aquellos que dijeron que las redes sociales tenían un efecto negativo, la principal razón que dieron fue el acoso y la difusión de rumores.
¿Pueden mamá y papá realmente hacer algo para ayudar a sus adolescentes? La respuesta es sí. Y como alguien que fue víctima de acoso, padre de un niño que sufrió acoso y alguien que ha entrevistado a cientos de niños acosados, aquí hay algunas acciones comunes para ayudar a los niños a sanar y encontrar formas saludables de superar el acoso.
No te asustes
He escuchado la misma historia una y otra vez: “¡Le conté a mi mamá y se asustó!” o “Se lo dije a mis padres y solo lo empeoraron”.
Sé que es difícil no asustarse cuando escuchas sobre las terribles experiencias que tu adolescente ha tenido que soportar con el acoso escolar. Cuando descubrí lo que los niños le estaban haciendo a mi hijo durante el recreo, coqueteé con la (mala) idea de ir a la escuela y enfrentarme a niños de quinto grado.
Sin embargo, reaccionar de forma exagerada no suele ser útil. Necesitamos convertir nuestra sobrerreacción en interacción. Cuando tu adolescente te cuente lo que pasó, respira hondo y no te asustes.
Ponte en sus zapatos
Cuando tu hijo es víctima de acoso escolar, no necesita un guardaespaldas. Más bien, necesita a alguien que esté dispuesto a notar lo que está atravesando y escuchar su perspectiva.
Por difícil que parezca, evita las siguientes reacciones:
- Minimizar el problema, diciéndole: “Solo ignóralo”.
- Victimizar o culpar, diciendo: “Bueno, ¿qué hiciste tú para provocarlo?”.
- Apresurarte a solucionar el problema con: “Solo haz esto…”.
En lugar de eso, practica lo que cada terapeuta diría que es el mejor punto de partida: empatía. Eso significa crear un ambiente de conversación cómodo donde tu adolescente quiera compartir contigo. Una vez que lo haga, no necesitas todas las respuestas; solo necesitas que se sienta notado y escuchado.
Puedes decir: “No sé cuál es la solución, pero estoy feliz de que lo compartieras conmigo”.
Déjale saber que no es raro sentirse herido y solo: “Yo me he sentido de la misma manera. Gracias por decírmelo”.
Agradécele por compartir contigo y hazle saber que tiene a alguien en quien confiar para encontrar soluciones.
Construye su identidad
Todos tienen una fortaleza o un don, algo en lo que destacan. En un mundo donde los niños acosados son llamados «inútiles» o «perdedores», es importante afirmarles en algo que saben que tiene valor.
De hecho, ayúdale a usar sus dones para beneficiar a otros. Si tu adolescente es bueno en arte, busca una oportunidad para que ayude a niños más pequeños en una clase de dibujo. Si tiene el don de la compasión, colócalo en una situación donde pueda servir a alguien necesitado. Ayuda a tu hijo a experimentar la recompensa de usar sus habilidades y talentos para marcar la diferencia.
Proporciona experiencias de socialización positivas
El acoso escolar a menudo resulta en aislamiento, lo que perjudica las habilidades sociales de un joven. Las habilidades sociales deficientes pueden causar un aislamiento adicional, creando una espiral descendente.
A veces podemos ayudar a nuestros hijos socialmente encontrando entornos seguros donde se sientan lo suficientemente confiados como para abrirse y entablar un diálogo saludable con otros.
He trabajado con cientos de niños que fueron acosados en la escuela. Como víctimas, tenían miedo de involucrarse en un grupo de jóvenes de la iglesia. Pensaban que todos los adolescentes serían ser crueles.
Así que, como líder de grupo de jóvenes, me aseguré de dividir a todos en pequeños grupos de cinco a ocho niños del mismo género. Con un líder efectivo, cada adolescente tenía la oportunidad de hablar, sentirse notado y ser escuchado. Al final del año, estos mismos adolescentes tímidos y torpes a menudo dialogaban libremente con sus compañeros.
Además, los adolescentes pueden beneficiarse mucho al socializar con adultos. Vi a un chico tímido y reservado, que era acosado en la escuela, involucrarse en un comedor comunitario con su familia. Allí, él y su hermano interactuaban con adultos sin hogar. Su experiencia fue como un «campo de entrenamiento» de conversación, y su confianza en situaciones sociales aumentó en los años siguientes. Para muchos niños, las habilidades sociales y la confianza son herramientas clave contra el acoso.
Necesitas intervenir
Hasta ahora, el consejo ha sido mantener la calma, escuchar y afirmar a nuestros hijos, ayudándoles a construir confianza en entornos seguros. Estas acciones ganan la confianza de nuestros adolescentes para que realmente podamos intervenir y ayudarles a evitar el problema.
Caleb, de dieciséis años, se peleaba semanalmente en la escuela. Sus padres no sacaron conclusiones precipitadas ni lo castigaron por pelear. En cambio, lo sentaron y le preguntaron: “¿Qué está pasando? ¿Cómo podemos ayudarte?”.
Al principio, Caleb respondió: “¡No hay nada que puedan hacer!”. Pero sus padres continuaron escuchando y eventualmente descubrieron que lo estaban molestando sin piedad por su apellido. Los insultos escalaron a empujones y golpes, así que Caleb se defendió.
“¡Por favor, no me obliguen a volver allí!”, suplicó Caleb.
Sus padres respondieron: “Vamos a revisar nuestras opciones”.
Una semana después, inscribieron a Caleb en otra escuela con varios de sus amigos de la iglesia, y Caleb logró desarrollarse bien.
Sé que este no es un ejemplo aislado, porque mi esposa y yo hicimos lo mismo con nuestro hijo, y la nueva escuela fue una opción mucho mejor para él. No estoy diciendo que cambiar de escuela sea siempre la respuesta. Pero un padre calmado, cariñoso y dispuesto a escuchar puede decidir cuándo este es un paso necesario.
Es doloroso enterarse de que nuestros adolescentes son acosados y burlados por sus compañeros. Los comentarios crueles que los niños publican en las redes sociales se han vuelto demasiado comunes. Pero eso no significa que nuestros hijos deban atravesar este camino solos.

MARQUE LA VIDA DE SUS HIJOS
Artículos Recomendados
¿Qué hacer si mi hijo hace bullying?
¿Cómo desarrollar inteligencia sobre los medios en su hogar?
¿Cuándo Debería Darle un Teléfono Celular a su Hijo?
© 2024 Focus on the Family. Originalmente escrito por Jonathan McKee y publicado en inglés en focusonthefamily.com.