Algunos de mis recuerdos favoritos de la infancia incluyen ver caricaturas los sábados por la mañana. Salía de la cama y bajaba la escalera hacia la televisión de la sala para mirar “Looney Tunes”, “Scooby-Doo” y el “Inspector Gadget”.
Cuando pasaba por la sala de estar, frecuentemente encontraba a mi papá arrodillado en oración o sentado en su silla favorita leyendo la Biblia. Él tenía una increíble relación personal con el Señor. Mi madre también tenía una gran fe. Sin embargo, nunca fui testigo de que mis padres cultivaran una relación espiritual “compartida”. Así que, realmente no sé cómo funcionó o cómo lo mantuvieron.
Ahora que soy adulto y son mis hijos quienes me observan, mi esposa Erin y yo tenemos nuestra propia relación personal con el Señor, la cual cultivamos de diferentes maneras. A mí me encanta aprender sobre Dios al estudiar Su Palabra y estar rodeado de la naturaleza. Yo describiría a Erin como una “tradicionalista” (del libro de Gary Thomas, Rutas Sagradas). Ella ama a Dios a través del ritual y del símbolo (es decir, devocionales diarios, tomado comunión, etc.).
Como pareja, ciertamente entendemos la importancia de construir una relación espiritual compartida, pero esta búsqueda a menudo se siente como una montaña rusa, llena de altos y bajos, giros y vueltas. Hay temporadas en las que parece que estamos en un gran ritmo espiritual juntos. Otras veces, no estamos conectados espiritualmente, y Erin se decepciona de mi liderazgo espiritual. Hay momentos en los que estoy frustrado con Erin o me hiere algo que ella hizo, y lo último que deseo es conectarme espiritualmente.
En los últimos 25 años, Erin y yo hemos descubierto tres experiencias claves que ayudan a fortalecer nuestra conexión espiritual:
Disciplinas diarias
Segunda de Pedro 3:18 dice: “Más bien, crezcan en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo”. Cuando estamos en diferentes niveles de madurez espiritual, tener una relación espiritual compartida es desafiante. Entonces, encontrar cosas que nos ayuden a crecer más como Cristo es esencial.
Un estudio encontró que las parejas que compartían la misma fe y que asistían juntos regularmente a los servicios de la iglesia, reportaron un nivel más alto de satisfacción marital. Y cuando las parejas compartían prácticas religiosas en el hogar, su nivel de satisfacción marital era aún mayor.
Necesitamos experiencias comunes juntas, tales como:
- Estudiar la Biblia
- Memorizar las Escrituras
- Orar
- Ayunar
- Escuchar música de alabanza y adoración
- Lectura de devocionales
- Discutir sobre asuntos espirituales
- Escuchar “podcasts” de sermones
Compañerismo semanal
“Preocupémonos los unos por los otros, a fin de estimularnos al amor y a las buenas obras. No dejemos de congregarnos, como acostumbran hacerlo algunos, sino animémonos unos a otros, y con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca.” (Hebreos 10: 24-25, NVI). Un artículo en el sitio web “Christian Post”, cita investigaciones que sugieren que las parejas casadas que asisten a los servicios de la iglesia a menudo son más felices y tienen más probabilidades de tener éxito en sus matrimonios que aquellos que no asisten a la iglesia a menudo, o no asisten en absoluto.
La comunión semanal pone amistades cristianas a su disposición para su matrimonio: personas comprometidas con la edificación de ustedes ofreciendo motivación, adoración en comunidad, crecimiento espiritual y fortalecimiento de su matrimonio. Algunos ejemplos de compañerismo regular, además de los servicios en la iglesia, pueden incluir reuniones en grupos pequeños, estudios bíblicos, clases de escuela dominical y reuniones de oración. “Más valen dos que uno, porque obtienen más fruto de su esfuerzo. Si caen, el uno levanta al otro. ¡Ay del que cae y no tiene quien lo levante! Si dos se acuestan juntos, entrarán en calor; uno solo ¿cómo va a calentarse? Uno solo puede ser vencido, pero dos pueden resistir. ¡La cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente!” (Eclesiastés 4: 9-12)
Servicio anual de aventura
“Por tanto, vayan y hagan discípulos a todas las naciones” (Mateo 28:19). Pasen tiempo juntos en el servicio del Señor. Pueden tener un profundo encuentro con Cristo y experimentar una aventura compartida sirviendo a Dios juntos.
Una aventura de servicio anual puede ayudarles a experimentar a Cristo de una manera nueva y darle vida a su relación a medida que intensifica su intimidad espiritual. Algunas formas incluyen ayudarles a estar más agradecidos, poner sus problemas en perspectiva, sacarlos de ciertos resquicios espirituales, sacarlos de su zona de confort o ayudarles a superar sus miedos. Algunos sitios en los que podrían considerar ser voluntarios incluyen:
- Un refugio para personas sin hogar
- Un centro para personas mayores
- También podrían servir en un viaje misionero a corto plazo u ofrecer alivio a parejas en un centro de cuidado de crianza.
En “You and Me Forever”, Francis Chan escribe: “Imagine el matrimonio como un vehículo para misión, una oportunidad para que los cristianos llevemos a cabo nuestra misión de hacer discípulos a todas las naciones”. Su matrimonio debe tratarse de algo más significativo que simplemente buscar placer, comprar cosas y ser feliz. Necesita encontrar una causa por la que tanto usted como su cónyuge sientan pasión, algo que beneficie a los demás y no solo a ustedes.
Buscar activamente una aventura de servicio anual les unifica como compañeros de equipo y estimula el avance en su matrimonio y, en el proceso, bendicen a los demás a través de su matrimonio.