Existe el mito de que tener expectativas altas en el amor es algo negativo. Es cierto que cuando tenemos estándares inflexibles y rígidos, inevitablemente, seremos decepcionados. Pero las expectativas razonables no son negativas.
Las personas con bajas expectativas tienden a estar en relaciones donde hay abuso emocional y físico. Y, las personas con altas expectativas, tienen más posibilidades de estar en relaciones donde son tratadas con amabilidad, afecto y respeto. Así lo descubrió el profesor Donald Baucom de la Universidad de Carolina del Norte, al estudiar por más de 10 años las expectativas en las relaciones de pareja.
Entonces, no debemos andar por la vida con estándares difíciles de alcanzar para el ser amado, pero sí debemos tener expectativas razonables que nos ayuden a establecer relaciones saludables que nutran nuestra dignidad humana.
Expectativa 1: Ser correspondidos
Si consideramos que nuestra pareja es digna de ser amada genuinamente, entonces debemos esperar ser amados genuinamente de vuelta. En el amor se da, pero también se recibe. No debo tener la solitaria carga de sostener la relación porque el compromiso de amar debe ser mutuo, equitativo y evidente para ambos.
Expectativa 2: No ser condicionados
Nadie puede sentirse obligado a ubicarse al final de la fila o a estar dispuesto a todo con tal de que su pareja se quede. No merecemos escuchar frases como “si no haces esto o aquello, entonces…”. Mis actos de servicio hacia el otro deben ser expresiones genuinas de amor, y no actos de súplica que busquen atarlo a mí para que no se marche.
Expectativa 3: Amar sin dependencia
No podemos amar al otro por lástima, porque “alguien debe acompañarlo” en su soledad, en su adicción, en los vacíos emocionales de su infancia o en sus problemas de carácter. La expectativa es: no sentir la necesidad de quedarse con él o ella porque “sin mí no lo lograría”.
Expectativa 4: Ser amados de forma completa; no por partes
La forma verdadera de amar es amar todo lo que una persona es: sus cualidades, sus fortalezas, sus debilidades, lo que cree, su fe, los compromisos que ha hecho con sí misma y con Dios, etc. Por esto, debemos sentir la libertad de mostrarnos tal cual somos. Sin aparentar nada. Sin maquillaje. Solo si el otro conoce todo lo que somos, y aun así, decide quedarse, sabremos que nos ama de forma completa.
Expectativa 5: Ser amados de forma incondicional
Evidentemente no significa esperar que el otro permanezca amándonos aunque dañemos su dignidad a través de la violencia física o psicológica, o la infidelidad. La incondicionalidad se refiere a ser amados aún siendo imperfectos. El amor da espacio para fallar, y aun así, seguir amando incondicionalmente.
Ser amado más allá de los defectos, nos permite vivir sin el angustiante miedo a fallar o a no dar la talla. La expectativa es que el otro logre ver nuestra esencia más allá de nuestros errores. Y además, decida quedarse para ser un espejo honesto que refleje lo que debemos trabajar de nosotros mismos, y luego, cada quien decida por su propia cuenta por dónde empezar a pulirse.
Ninguno de nosotros podría esperar ser amado de esta forma, si no está dispuesto a amar de esta forma también.
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