Uno de cada seis niños hombres es abusado sexualmente. Y los hombres cargan con el impacto del abuso por mucho tiempo. Si no tienen un espacio seguro para procesar su historia, un hombre simplemente puede cerrarse y encerrar sus recuerdos.
Un día, cuando Juan* era un niño, él y un par de amigos (otro niño y una niña) estaban jugando en el bosque frente a su casa. Un joven en edad universitaria que todos ellos conocían, llegó y abusó sexualmente de ellos.
Esto ocurrió solo una vez. Con el pasar de los años, Juan bloqueó con éxito esa experiencia en lo más profundo de su mente. Lo descartó como algo “sin importancia”.
Cuando Juan comenzó a contarle a su esposa Rosa* sobre ese incidente, ella tuvo una reacción diferente. De hecho, estaba horrorizada.
“Eso es abuso”, explicó Rosa con mucha delicadeza.
“Yo no fui abusado sexualmente,” dijo Juan a la defensiva. “Éramos solo unos niños”.
En ese momento, Rosa tuvo que tomar una decisión. ¿Debía insistir en el asunto o lo dejaba pasar?
Ella decidió dejarlo pasar, para alivio de Juan. Pero no se olvidó del asunto.
Juan fue capaz de procesar lo que le ocurrió, pero tomó tiempo. Rosa le tuvo paciencia, no lo presionó, si ella le preguntaba sobre el asunto y Juan no quería hablar, Rosa lo dejaba pasar. Eventualmente, Juan aceptó ver a un consejero, quien lo ayudó a aceptar el hecho de que él y sus amigos fueron abusados sexualmente.
Abordar el tema del abuso sexual puede ser increíblemente difícil en cualquier contexto. Sin embargo, hay diferencias en la forma en que los hombres y las mujeres lo manejan. Las esposas pueden sentirse impotentes, sin saber cómo apoyar a sus esposos y enfrentarse a este terrible mal.
El abuso sexual infantil parece casi incomprensible para muchos de nosotros. Pero la triste realidad es que, para las personas que alcanzaron la mayoría de edad en la década de 1990, una de cada cuatro niñas y uno de cada seis niños fueron víctimas de abuso sexual infantil. Muchos investigadores creen que esas estadísticas probablemente se subestimen debido a que las víctimas, especialmente los varones, pueden descartar las experiencias vividas en la niñez. Esos hombres cargan por mucho tiempo el impacto del abuso, aún ya siendo adultos, casados y con hijos.
Rosa comprendió que el primer paso era simplemente crear un espacio seguro para Juan, un lugar donde él pudiera procesar su historia a su propio ritmo. Sin ese espacio seguro, es muy probable que los hombres se encierren y guarden sus recuerdos para siempre.
¿Cómo puede crear ese espacio seguro? A continuación, le doy algunos consejos:
Apoye a su esposo sin juzgarlo
Su esposo necesita saber que él puede decirle cualquier cosa, incluso si es difícil de escuchar. Revelar esos viejos secretos puede ser más que difícil; puede ser aterrorizante. A menudo, esas heridas se mantienen encerradas por mucho tiempo porque las víctimas tienen temor de ser juzgadas o culpadas, especialmente si su esposo le habló a algún adulto sobre el abuso poco después de haber ocurrido y fue acusado de mentir.
Además, los hombres a menudo pueden sentir una pérdida de la masculinidad por la experiencia vivida. La psicóloga cristiana Jennifer Degler escribe: “La mayoría de los abusos sexuales son perpetrados por los hombres (aunque las mujeres también pueden ser perpetradoras). Por lo tanto, una niña es agredida por alguien del sexo opuesto mientras, que un niño es abusado por alguien del mismo sexo. Esto provoca en los varones sobrevivientes muchos temores sobre ser homosexual o haber sido el objetivo porque el perpetrador “vio algo homosexual” en él.” El sitio web Viviendo bien (Living Well) nos dice que los hombres “reciben mensajes a lo largo de toda su vida sobre lo que significa ser un hombre. Por lo tanto, puede estar luchando con su propia masculinidad y esto puede reforzar los sentimientos de vergüenza”.
Todas estas situaciones pueden estar en juego al abordar el tema con su esposo. Él necesita entender que no importa lo que diga, usted continuará completamente comprometida con él. Déjele saber que usted cree en él. Agradézcale por ser vulnerable con usted. Diga algo como: “Me siento tan honrada y respeto el hecho de que hayas compartido conmigo esta dolorosa experiencia de tu pasado.” Y recuerde, permítale compartir su historia a su propio ritmo.
Después de dejarle claro a su esposo que estará con él “en las buenas y en las malas,” usted necesita estar consciente de que el abuso sexual infantil afectará su matrimonio de alguna forma; que pueden ir desde problemas de confianza y cambios de humor, hasta recuerdos de su pasado, trastorno de estrés postraumático e incluso abuso de sustancias. Dicho esto, resista la tentación de jugar al psicólogo e intentar culpar a la experiencia que su esposo vivió como la causante de las frustraciones de su relación actual.
Es perfectamente normal que usted desee que su esposo hable y comparta esa parte vulnerable de su vida, pero no exija que le dé detalles. Permita que su esposo revele solo lo que se siente listo para compartir. Cuando él comparta y llame a lo que le ocurrió “abuso”, afírmelo. A menudo, los hombres minimizan el abuso, así que el hecho de que reconozca lo que realmente le sucedió es un paso importante para su recuperación.
Si su esposo muestra el deseo de buscar ayuda, apóyelo. Pero no trate de controlar cómo debe ser esa ayuda. Hágale saber que usted lo puede ayudar a buscar un consejero o un grupo de apoyo si es muy doloroso para él buscar esos recursos. Sería ideal que pudieran ir juntos a las terapias. Sin embargo, no lo presione para que reciba consejería; permita que él establezca su propio ritmo en su proceso hacia la sanidad y la recuperación. Si usted interfiere tratando de empujar sus propios planes, entonces él puede sentir algo parecido al abuso y la manipulación; un recuerdo incómodo de lo que le ocurrió antes.
Maneje sus propias emociones
Saber que su esposo fue abusado sexualmente cuando era niño puede ser impactante. Usted puede sentir una mezcla de emociones simultáneamente; incluyendo, una tristeza abrumadora, dolor, rabia contra el perpetrador, impotencia e incluso puede sentirse lastimada. Se puede preguntar, ¿por qué él no me dijo esto antes?
Usted debe manejar estas emociones para que pueda permanecer abierta y presente mientras su esposo comparte su experiencia. Pídale a Dios que la ayude a mantenerse enfocada en su esposo. Busque apoyo de un mentor o consejero que la ayude a procesar sus propias emociones, incluso mientras su esposo procesa las suyas.
No trate de “arreglar” a su esposo
Usted no es su terapeuta. En última instancia, es él quien debe arreglar las cosas. Por eso, ayude a su esposo empoderándolo y fortaleciéndolo; dos características que tal vez no pudo ver en él cuando ocurrió el abuso.
Deje de intentar buscar soluciones y, en cambio, responda con compasión.
Además, tenga cuidado con el contacto físico cuando él esté compartiendo su experiencia. Algunas personas no quieren asociar el toque de su esposa con la historia de su abuso sexual. Pregunte antes de proveer contacto físico y, luego, respete lo que él necesita.
Sea realista sobre lo que está por venir
Lidiar con el abuso sexual es una larga y difícil jornada hacia la sanidad. Espere reacciones inesperadas. Dependiendo de quién abusó de su esposo, del período de tiempo y de la severidad del abuso, su esposo puede experimentar una crisis real al comenzar a procesarlo. No se alarme; esto es parte del progreso. Pero tenga en cuenta que el camino que tienen por delante, temporalmente, no será bonito.
Su esposo puede tornarse enojado y distante. Puede tener pesadillas, experimentar ansiedad o ataques de pánico. Puede que no confíe en usted o no quiera tener intimidad física. Puede resultarle difícil conectar la relación sexual con la intimidad amorosa. Sea paciente mientras esta parte de su matrimonio es sanada.
Estos momentos dolorosos requieren sacrificio de su parte. Pídale a Dios la fuerza para ser la estabilidad que su esposo necesita. Y debido a que su esposo puede no ser capaz de cumplir sus necesidades y deseos, asegúrese de cuidarse bien a usted misma. Y, absolutamente, también necesitará el apoyo de amigas piadosas durante esta temporada.
Finalmente, proteja la historia de su esposo. Es la historia de él, no la suya. No hable del abuso que sufrió su esposo con otras personas dentro de la comunidad y amigos que tienen en común.
El abuso sexual puede dejar cicatrices de por vida. Con amor, apoyo y a través de la gracia de Dios, los esposos pueden encontrar sanidad. Ellos pueden ser restaurados.
Busque ayuda
Sabemos que a travesar por todo esto puede ser complicado y sensible. Nuestros consejeros pastorales agradecerán la oportunidad de escuchar su historia y hablar con usted con más detalle. Puede llamarnos por teléfono para una consulta gratuita si se encuentra en los Estados Unidos. Nuestro equipo puede también referirlos a terapeutas calificados en su área. Y si se encuentra en un país hispanohablante puede agendar su cita aquí. Mientras tanto, profundice en los recursos recomendados a continuación.
El Dr. Greg Smalley es vicepresidente de la Formación Matrimonial y Familiar de Enfoque a la Familia y autor de una serie de libros.
*Juan y Rosa son pseudónimos.
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© 2020 Focus on the Family. Todos los derechos reservados. Utilizado con permiso. Publicado originalmente en inglés en focusonthefamily.com.