Si su matrimonio no va tan bien como lo esperaba, hay varias razones por las que la consejería matrimonial sería una buena idea, incluso si usted no está pensando en dejar su relación.
El verano pasado mi esposo y yo asistimos a varias sesiones de consejería matrimonial. No estábamos al borde del divorcio. Estábamos comprometidos el uno con el otro y ambos lo teníamos claro. Pero estábamos teniendo algunos problemas en nuestra relación que parecía que no podíamos superar. No importa cuánto habláramos o discutiéramos, los problemas aún seguían apareciendo.
Como muchas personas que experimentan momentos difíciles en sus relaciones, al principio me preguntaba si la consejería era realmente necesaria. Pensé que mi esposo y yo podríamos resolver nuestros problemas por nuestra propia cuenta o simplemente leer más libros para encontrar las respuestas. No estaba segura de cómo, hablar con alguien, pudiera realmente mejorar algo.
No fue hasta que hablamos con un consejero que me di cuenta de que necesitábamos un tercero imparcial que nos ayudara a descubrir la raíz de nuestro problema. Ambos pensábamos que sabíamos por qué estábamos teniendo problemas, pero no era así. Necesitábamos un lugar seguro para expresar nuestras heridas y temores, y para comprender la perspectiva de cada uno. Necesitábamos dirección y, cuando la encontramos, nuestra relación mejoró.
Si su matrimonio no va tan bien como lo esperaba, hay varias razones por las que la consejería matrimonial sería una buena idea, incluso si usted no está pensando en dejar su relación.
Hay libertad en otras perspectivas
Cuando ocultamos nuestro dolor y nuestros problemas, cuando los guardamos en lo profundo de nuestro interior y pretendemos que tenemos todo bajo control, le estamos permitiendo al Enemigo apoderarse de nosotros. Sin darnos cuenta, le damos a Satanás el poder de escuchar sus mentiras sobre nuestros problemas y distorsionar la perspectiva que tenemos de ellos. Comenzamos a ver nuestro problema solo desde nuestro propio punto de vista y permitimos que la amargura crezca y lentamente nos coma vivos. Gastamos toda nuestra energía haciendo parecer que estamos bien o negando la existencia del problema y, en lugar de lidiar con él, vivimos con un falso sentido de la realidad.
Si me enfrento a un problema de esta manera, estaría actuando como lo hacía cuando era un niño pequeño y me asustaba por las sombras en mi habitación. Esas sombras parecían ser monstruos gigantes que iban a matarme. Me decía a mí mismo que podía luchar contra ellos por mi cuenta o me escondía debajo de la manta para evitar verlos. Pero finalmente, el miedo se hacía tan fuerte que no podía ni dormir ni pensar en otra cosa. En una ocasión, cuando mis padres entraron al cuarto y encendieron la luz, me explicaron que la sombra aterradora en el closet era realmente mi abrigo de invierno. Su perspectiva me ayudó a entender la realidad a la que me enfrentaba.
Efesios 5:13 dice, “Pero todo lo que la luz pone al descubierto, se hace visible.” Cuando las parejas invitan a un consejero cristiano competente a analizar sus problemas, pueden sacar a la luz las áreas dolorosas de su matrimonio. Si lo hacen, verán la situación con claridad. Una vez que el esposo y la esposa finalmente pueden ver la verdad, podrán lidiar con eso y seguir adelante, incluso si el monstruo en el armario realmente existiese.
Los consejeros tienen buenas herramientas
A principios de esta primavera, intenté sembrar fresas en mi patio trasero. Necesitaba quitar las piedras y algo de tierra antes de poder añadir tierra fertilizada y plantas, pero me estaba llevando una eternidad. Eso era porque la única herramienta que tenía era una pala de mano de mi hijo, marca “Hot-Wheels.” Pensaba que sería un trabajo fácil, pero estaba equivocada. Luego mi vecino me preguntó si quería que él me prestara mejores herramientas para remover la tierra dura. Tan pronto como las utilicé, el proceso de siembra se hizo más rápido y fácil.
La consejería matrimonial es algo así. A veces atacamos el problema matrimonial con las únicas herramientas que tenemos, cuando en realidad necesitamos herramientas diferentes. Pensamos que podemos remover la tierra dura de nuestro matrimonio por nuestra cuenta. Nos decimos a nosotros mismos: “Si tan solo nos esforzáramos más podríamos crear un terreno fértil para un nuevo crecimiento y cambio”. Pero lo que realmente necesitamos hacer es trabajar de manera más inteligente, y no más fuertemente.
La consejería nos ayudó a trabajar de manera más inteligente. Nuestro consejero conocía de libros, retiros, grupos de apoyo y otros terapistas especializados en nuestra área de los cuales no habíamos escuchado antes. Este consejero tuvo una idea de los problemas que no habíamos considerado, las malas hierbas y las piedras que no sabíamos que estaban en nuestro jardín. Luego nos dio acceso las herramientas que necesitábamos para abordar esos problemas. El matrimonio puede ser como mi campo de fresas; a veces el crecimiento requiere del cinturón de herramientas de otra persona.
Los cambios pueden ocurrir
Es difícil imaginar que las cosas pueden cambiar cuando su relación se encuentra en un momento complicado. Es posible que se encuentre pensando:
- Mi dolor nunca desaparecerá
- Mi cónyuge siempre continuará con los patrones que nos han traído hasta este punto.
- Nunca seré capaz de cambiar mi problema de ira, adicciones, problemas de impulso, etc.
Pero estas son mentiras.
La verdad es esta: como cristianos, tenemos el poder sobre el pecado y la oscuridad. Ni las heridas, las adicciones, la lujuria, el orgullo, la ira pueden encadenarle para siempre, a menos de que usted lo permita. Jesús vino a ofrecernos redención y esperanza de que la vida puede ser diferente. Vino a dar vida en abundancia, no solo en la vida futura, sino también en el presente.
Gálatas 5:1 dice: “Cristo nos libertó para que vivamos en libertad. Cuiden esa libertad y no se dejen someter de nuevo al yugo de la esclavitud” (NBV). Visitar a un consejero es dar un paso hacia la esperanza, esta es una excelente manera de darle a Dios la oportunidad de redimir su situación rota. ¡Él puede y lo hará! Ciertamente lo hizo por mi matrimonio y lo ha hecho por millones de personas. Piense en las innumerables veces que la Biblia relata cuando Dios dio la victoria en medio de situaciones que parecían no tener esperanza; dividió el Mar Rojo, detuvo la destrucción de la gente de Nínive, derribó los muros de Jericó, levantó a Jesús de entre los muertos, etc. Dios es un experto abriendo caminos en situaciones sin salida.
¿Qué pasa si lo has intentado antes?
No toda consejería matrimonial es buena consejería. Busque un consejero cristiano que aborde su problema desde una sólida cosmovisión bíblica. Un buen lugar para encontrar uno es la red de referencia de Enfoque a la Familia. Si cree que el primer consejero que eligió no le está ayudando o no se ajusta bien, no se dé por vencido del todo. Busque otro consejero que pueda guiarlo mejor.
Si se encuentra dentro de los Estados Unidos, Enfoque a la Familia ofrece una consulta de asesoramiento en español por teléfono y sin costo alguno. Los consejeros le pueden ayudar a decidir los próximos pasos a seguir y qué buscar en un buen terapista. Llame al +1 (800) 434-2345 para solicitar una consulta.
Si su cónyuge no está dispuesto a intentar la consejería matrimonial, podría ser de ayuda que vaya solo y vea qué cambios usted puede hacer para mejorar su relación. Y, ¿quién sabe? Puede que una vez que usted vea a un consejero, su cónyuge se sienta más abierto a la idea. Su matrimonio no tiene que estar en problemas antes de buscar ayuda. A veces solo hablar con un consejero puede mejorar su relación y mantener a usted y a su cónyuge lejos de una crisis matrimonial. ¡Definitivamente vale la pena el esfuerzo!
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© 2022 Focus on the Family. Todos los derechos reservados. Utilizado con permiso. Escrito por Ashley Durand y publicado originalmente en inglés en focusonthefamily.com.