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El Problema con el Suicidio Asistido

Mujer triste en la cama viendo la pared

El suicidio asistido es una señal peligrosa de los tiempos que estamos viviendo, los médicos están pasando de hacer un juramento para no hacerle daño a sus pacientes al extremo de facilitarles la muerte.

En el libro más vendido de JoJo Moyes en 2012, Me Before You (Yo antes de ti), uno de los personajes principales, un hombre joven llamado Will, intenta terminar su vida por medio del suicidio. Un accidente en motocicleta, dos años antes, lo dejó cuadripléjico y ahora Will también sufre de infecciones paralizantes y depresión. Él lamenta la pérdida de una vida llena de éxito y aventura. Will está de acuerdo en posponer por seis meses más los planes para su muerte, pero solo si su madre honra su deseo de morir.

El libro se centra en Luisa, la nueva cuidadora de Will, mientras ella junto a su familia hacen esfuerzos heroicos para pasar esos seis meses intentando hacerle cambiar de idea respecto al suicidio y al valor de su vida.

Alerta de espóiler: Luisa profesa su amor por Will, pero él decide que esto no es suficiente para seguir viviendo. Sus seres amados no son suficiente. Él sigue adelante con el suicidio, dejando atrás una familia devastada.

En el libro y en la adaptación al cine de 2016, Will termina su vida a través del suicidio asistido por un médico. Actualmente, en los Estados Unidos, esta práctica ha sido legalizada en cuatro estados: Oregón, California, Washington y Vermont. (técnicamente, esta práctica no es legal en Montana. Sin embargo, el estado opera en virtud de una sentencia judicial con la cual, si un médico es acusado de asistir un suicidio, pueda usar la solicitud de su paciente como su defensa). De acuerdo con la publicación “The Economist”, entre estos cinco estados  (aproximadamente 50 millones de personas) casi una sexta parte del total de la población de los Estados Unidos, ahora puede terminar su vida a través de una dosis letal prescrita por su médico.

Los estadounidenses están apoyando esta práctica cada vez más y en mayor medida. Una encuesta de Gallup del 2015 mostró que el 68% de los estadounidenses están a favor del suicidio asistido (10 puntos más arriba que el año anterior). La encuesta mencionó que este incremento se dio mayormente en las personas entre los 18 y los 34 años, cuyo apoyo al suicidio asistido aumentó casi 20 puntos más que el año anterior, y llegó a 81%. Los proyectos de ley sobre el “Derecho a morir” están actualmente en consideración en al menos 19 estados, y el distrito de Columbia.

El suicidio asistido es una señal peligrosa de los tiempos que estamos viviendo, los médicos están pasando de hacer un juramento para no hacerle daño a sus pacientes al extremo de facilitarles la muerte.

La Asociación Médica Estadounidense establece en su código de ética que: “El suicidio asistido es fundamentalmente incompatible con el papel del médico como sanador, sería difícil o imposible de controlar y plantearía graves riesgos sociales”. La organización exhorta a los profesionales: “En lugar de participar en el suicidio asistido, los médicos deben responder enérgicamente a las necesidades de los pacientes al final de su vida”.

Con los constantes avances tecnológicos, las decisiones alrededor de cómo cuidar de alguien en el final de su vida pueden ser turbias y requerir educación de nuestra parte. Una cosmovisión bíblica sostiene que, no importa qué tan quebrantados estén nuestros cuerpos, Dios nos creó a Su imagen (Génesis 1:27). Además, Dios vio todo lo que había hecho y decidió que era “muy bueno” (Génesis 1:31). La escritura nos dice que Dios sostiene todos nuestros días en Sus manos, desde la concepción hasta una muerte natural (Salmo 139) y que Él es soberano respecto al final de nuestras vidas (Job 30:23).

El doctor John Dunlop, un médico pediatra y profesor adjunto de bioética en la Universidad de Trinity International, es el autor de Finishing Well to the Glory of God: Strategies from a Christian Physician (Terminando bien para la Gloria de Dios: Estrategias de un médico cristiano). Dunlop está convencido de que el suicidio asistido continuará esparciéndose a lo largo de los Estados Unidos en los próximos 10 años. Él dijo: “Parte de lo que necesitamos hacer como iglesia es equipar a los cristianos para responder a esa opción”. “Ellos necesitan darse cuenta que hacer algo intencional para terminar la vida está mal”.

“Para mí, el mayor problema con el suicidio asistido es cómo nos detiene para entregarnos y dejar el control en manos del Señor” dijo Dunlop. “Yo creo que cuando empezamos el caminar cristiano, queremos que Dios controle nuestras vidas, pero luego entramos en una lucha de poder con Él por el resto de nuestras vidas. Cada vez que surge un problema tendemos a querer estar en control, y algunas veces con suerte despertamos y decimos: “Oh Señor, no puedo controlar esto, tómalo Tú”.

“Pero cuando se trata de poner fin a la vida y del suicidio asistido, por mucho nos estamos poniendo en el asiento del conductor. Y creo que eso es devastador.”

Dunlop está profundamente preocupado acerca del efecto del suicidio asistido, tanto en los cuidados médicos, como en la cultura.

“Generalmente no hablamos del tío que se suicidó y de lo fuerte que fue” dijo Dunlop. “Más bien nosotros hablamos acerca de nuestro tío que luchó contra el cáncer y mostró fortaleza. Culturalmente, valoramos a las personas que pasan a través de situaciones difíciles. Nos motivamos con las personas que escalan el monte Everest. Felicitamos a las personas que corren maratones. Hacemos ovaciones ante las personas que muestran resistencia, pero no alardeamos acerca de las personas que desisten a mitad del camino de la carrera”.

Reconociendo los avances modernos sobre los cuidados al final de la vida, Dunlop mencionó su preocupación de que los médicos perdieran su interés en la habilidad de controlar efectivamente los síntomas debido a que el suicidio asistido se convierte en una opción más ampliamente disponible.

“Matar[a las personas] no es la única forma de evitar el sufrimiento” dijo Rob Moll, un periodista, voluntario en un centro de cuidado paliativo y autor de The Art of Dying (El Arte de Morir). “Tenemos tecnologías para aliviar el sufrimiento. Y hay una enorme cantidad poco explorada de áreas a discutir sobre qué tan beneficioso es estar a cargo de los cuidados de alguien al final de su vida”.

“Se ha encontrado una diferencia entre aquellos miembros de la familia que pueden encargarse de brindar cuidados a sus familiares, y aquellos que viven lejos y no pueden participar de esto” dijo Moll. “El proceso de duelo es completamente diferente para un grupo y otro. Y yo creo que sería lo mismo para esas personas cuyo ser querido murió a través de un suicidio asistido. Sin el regalo de poderse hacer cargo de los cuidados, será mucho más difícil procesar el duelo”.

Kara Tippets, una madre joven de cuatro niños, quien recientemente murió en su casa con cuidados paliativos por cáncer de seno, escribió una carta abierta a una paciente joven de cáncer en el cerebro, Brittany Maynard, quien públicamente declaró su intención de morir por la vía del suicidio asistido.

Tippets escribió:

Al elegir tu propia muerte le estás robando a aquellos que te aman con tanta ternura, la oportunidad de acompañarte en tus momentos finales y de extenderte su amor en tus últimos respiros. Ese último beso, esa última caricia cálida, el último respiro importan – pero nunca fue el plan que nosotros pudiéramos decidir cuándo respirar nuestro último aliento.

Conociendo a Jesús, sabiendo que Él entiende mi difícil despedida, Él camina conmigo en mi muerte. Mi corazón anhela que le puedas conocer en tu muerte. Porque en Su muerte, Él protegió mi vivir. Mi vivir más allá de este lugar.

Brittany, cuando confiamos en Jesús para ser el encargado, el protector, el que redime nuestros corazones, la muerte ya no es morir. Mi corazón anhela que sepas esta verdad, este amor, este vivir para siempre.

Al hablar de otros que deciden poner fin a sus vidas, Tippets concluyó:

Me duele en el alma que hayan decidido alejarse de la gracia que protege nuestro vivir y morir. Yo puedo aliarme con mi doctor en mi muerte y va a ser un trayecto tanto hermoso como doloroso para todos nosotros. Pero escúchame – no es un error – la belleza nos encontrará en ese último aliento.

Vea más información de Enfoque a la Familia sobre el suicidio asistido y otros temas sobre el final de la vida.

Atravesar los cuidados al final de la vida puede pasar factura a los seres queridos. Si usted necesita orientación adicional y ánimo, Enfoque a la Familia tiene consejeros profesionales, cristianos, certificados disponibles para conversar con usted.

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