Los papás son importantes
Los padres tienen la asombrosa responsabilidad de poner un fundamento espiritual en el hogar. Pero ¿qué significa eso exactamente? ¿Cómo puede ser el papá que su familia necesita?
Cuando era niño, mi vida estaba prácticamente desprovista de influencias masculinas positivas, espirituales o de cualquier otro tipo.
Como resultado, gran parte de lo que aprendí sobre la paternidad saludable llegó años más tarde, a través de la influencia de mentores y, lo que es más importante, del estudio de las Escrituras. Los padres pueden aprender mucho sobre qué hacer (¡y qué no hacer!) cuando escudriñan la Biblia y aprenden del ejemplo de nuestro Padre Celestial.
Con eso en mente, aquí hay seis maneras en que usted puede establecer la pauta espiritual y ser el padre que su familia necesita.
Casi 20 millones de niños en los Estados Unidos, es decir, casi 1 de cada 4, viven sin un padre en el hogar. Lamentablemente, los niños en esta situación enfrentan desafíos únicos. Estadísticamente, es más probable que crezcan con desafíos financieros y que abandonen la escuela. Los niños de hogares sin padre tienen más probabilidades de verse involucrados en delitos violentos, mientras que las niñas tienen más probabilidades de quedar embarazadas en la adolescencia. Además:
La participación del padre es importante, y cuanto más antes sea, mejor, sin embargo, la presencia física es solo una parte de la ecuación. En muchos hogares, el padre es técnicamente parte de la escena, pero emocionalmente está ausente. Y, nuevamente, las investigaciones demuestran que los niños sufren cuando los padres no pueden o no quieren involucrarse a un nivel significativo con sus hijos. Por el contrario, los niños logran desarrollarse mejor cuando tienen padres involucrados. Por ejemplo, un estudio reveló que aquellos adolescentes que describieron a sus padres como “involucrados” o “muy involucrados” tenían un 98% más de probabilidades de graduarse de la universidad que aquellos que habían informado poca participación paterna.
Dejando a un lado las estadísticas, incluso cuando los padres tengan buenas intenciones pueden tener dificultades para sentir que están lo constante y suficientemente presentes para sus hijos de forma física, emocional y espiritual. Como resultado, algunos padres pueden sentir que son malos padres. Sin embargo, los papás no necesitan ser perfectos y, de hecho, no pueden ser perfectos. Pero cuanto más capaces sean de tener una presencia activa y positiva en la vida de sus hijos, más probabilidades habrá de que sus hijos e hijas comprendan el corazón de Dios mismo, quien prometió: “Nunca te dejaré ni te desampararé”. (Hebreos 13:5).
Aunque a menudo leemos acerca de lo importante que es que los padres sean un modelo saludable para sus hijos varones, la relación de un padre con sus hijas no es menos importante. El sentido de identidad de una niña está estrechamente ligado a la relación que tenga con su padre. Por eso es fundamental que los papás validen a sus hijas a lo largo de su infancia. ¿Cómo pueden lograrlo? Estando presentes en eventos importantes de su vida (deportes, obras de teatro escolares, cumpleaños, etc.); pasando tiempo de calidad exclusivamente con ella; dándole afecto físico apropiado, incluso durante la adolescencia; y haciéndole preguntas, solicitando su opinión y tratándola como a un igual.
Probablemente usted aprendió al inicio de su matrimonio que su esposa a veces solo quiere que usted la escuche cuando se siente frustrada, y no que intervenga y trate de resolver el problema; lo mismo ocurre con su hija. Ella quiere ser escuchada y ser comprendida. Habrá momentos en los que podrá ofrecerle orientación y retroalimentación, pero habrá muchos otros momentos en los que será importante que simplemente la escuche. Usted pronto descubrirá que puede aprender mucho sobre varios temas desde la perspectiva femenina de su hija. ¡Anímela y afírmela a través de esto!
Greg. Padre y colaborador de Focus on the Family dice:
“Lo que aprendí siendo padre durante los últimos 14 años es que no importa cuán difícil se ponga, no importa cuán grande sea la lucha, nuestros hijos siempre dan más de lo que reciben. No se puede poner precio a los abrazos y besos y a las veces que nos dicen cuánto nos aman. No se puede poner precio a ser la influencia más fuerte en la vida de un hijo, a poder enseñarles acerca de Jesucristo y enseñarles sobre el bien y el mal”.
El papel de un padre en la vida de su hijo es primordial; el sentido común y décadas de sólida investigación dan testimonio de ello. El Dr. David Popenoe, profesor de sociología en la Universidad de Rutgers, lo expresa de esta manera:
“Los padres son mucho más que solo ‘los segundos adultos’ en el hogar. Los padres involucrados… brindan protección y apoyo económico, y son modelos masculinos a seguir. Tienen un estilo de crianza que es significativamente diferente al de la madre, y esa diferencia es importante en el desarrollo saludable del niño.”[i]
Papá, si quiere que su hijo crezca siendo un hombre responsable y comprometido, que respete a las mujeres y demuestre las cualidades de Cristo como un líder servidor, ¡este es un estándar que le corresponde establecerlo a usted! Una vez más, no es que tenga que ser perfecto en este sentido. De hecho, es mejor que permita que su hijo vea que a veces se equivoca y se hace cargo de sus errores. Pero no subestime la singular importancia de su influencia sobre él. Y, por último, tenga en cuenta que lo que una familia necesita de papá es diferente a aquello que necesita de mamá. ¡Usted es único e indispensable!
La visión de nuestra sociedad sobre la masculinidad está severamente quebrantada. Una generación de niños ha crecido sin saber lo que significa ser un hombre debido a la ausencia de padres involucrados. Ante este vacío, han surgido numerosos problemas, ya sea en forma de masculinidad tóxica o de hombres que simplemente no pueden o no quieren lanzarse al mundo real. No dan un paso adelante, no se comprometen y no tienen idea de cómo mantenerse a sí mismos, y mucho menos a una esposa o a una familia. Un hijo necesita que su padre le muestre cómo se hace.
[i] David Popenoe, Life Without Father, (Nueva York: The Free Press, 1996)
Sabemos por las Escrituras que “el Señor disciplina al que ama” (Hebreos 12:6), y como padres, debemos hacer lo mismo. Algunos papás, especialmente si son el principal sostén de la familia, quieren ser “el Sr. Diversión y juegos” cuando están en casa, dejando que mamá sea quien haga cumplir la ley, y tome el papel del policía malo, pero esto es un error. Su familia necesita ver a papá aplicar las reglas en casa de manera constante.
No permita que el noble deseo de crear tiempo de calidad y diversión con sus hijos se convierta en una excusa para no disciplinarlos en el momento apropiado. Ellos necesitan tanto de usted como de su mamá, para que puedan ayudarlos a comprender, en cada edad y etapa, que ciertas acciones y comportamientos tienen consecuencias. Anímese sabiendo que: “Ciertamente, ninguna disciplina, en el momento de recibirla, parece agradable, sino más bien penosa; sin embargo, después produce una cosecha de justicia y paz para quienes han sido entrenados por ella.” (Hebreos 12:11).
Por otro lado, si la vida solo se tratara de cumplir las reglas, Dios nos aplastaría hasta convertirnos en polvo. Pero Él no es solo un Dios de justicia, es un Dios de gracia, misericordia y perdón. Como padres, nuestras familias necesitan vernos modelar este mismo espíritu con nuestros hijos cuando no cumplen con las reglas, e incluso después de haber sido abiertamente desafiantes.
Este complejo equilibrio entre la disciplina y la gracia será diferente dependiendo de las edades y de las personalidades de sus hijos. Para mantenerse encaminados algunos niños necesitan un poco más de estructura y establecer claramente lo que es “blanco y negro”. Otros avanzarán mejor cuando se extienda la misericordia en lugar de la justicia. Mientras más tiempo de calidad pase con sus hijos, mejor comprenderá cuándo debe ejercer la disciplina y cuándo extender la gracia. Nunca es un asunto de uno o de otro.
¡Se necesitan más hombres así! Sixto Porras y su hijo Esteban comparten acerca de las cualidades que un esposo y padre debe tener y que la familia necesita. Este es un mensaje que trae respuesta a la frase “todos los hombres son iguales”.
EL ESPOSO Y PADRE QUE SU FAMILIA NECESITA.
¡Una de las mejores maneras en que un hombre puede crear una base espiritual sólida en el hogar es amando a su esposa! Es más probable que sus hijos crezcan teniendo relaciones sanas con el sexo opuesto fuera del hogar si usted les da ejemplo a ellos mientras aún son un público atento.
Este es un escenario privilegiado en donde la identidad y los valores pueden ser “captados” más que “enseñados”. Si quiere que sus hijos traten a las niñas con respeto, no les dé un sermón, más bien ¡constantemente trate a la madre de ellos con respeto! Del mismo modo, si quiere que sus hijas se sientan atraídas por hombres que son humildes, amables y gentiles, demuestre esos comportamientos con su esposa cada vez que pueda. Esposos, amen a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella. Su esposa lo apreciará y sus hijos pensarán que usted es un súper papá.
Ser el padre que su familia necesita no solo beneficiará su matrimonio y su paternidad, sino que les dará a sus hijos una oportunidad más para entender qué significado tan profundo tiene el matrimonio a través de la imagen de Cristo y Su iglesia. “Esposos, amen a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella” (Efesios 5:25).
Estar presente, comprender las necesidades únicas de las hijas y los hijos, ejercer disciplina, dar gracia y amar a la madre de sus hijos: ¡esa puede ser una lista abrumadora para cualquier hombre!, pero no tenga miedo de equivocarse de vez en cuando. Papá, su familia no necesita que usted sea perfecto. Ese no es el objetivo; el hecho de que cada una de estas prácticas apunte a los atributos de Dios mismo demuestra que no estamos a la altura de realizar esta tarea por nuestra propia cuenta. No podemos ser como el Todopoderoso. Más bien, es a través de la oración y la humildad que podemos esforzarnos para guiar a nuestros hijos hacia Él de formas grandes y pequeñas todos los días.
Cuando usted esté presente en la vida de sus hijos, ellos recordarán al Dios que dijo: “Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas.” (Josué 1:9).
Cuando esté en sintonía con las diferentes necesidades de sus hijas e hijos, les ahorrará la frustración de un enfoque “talla única”, y estará mejor equipado para “criarlos en la disciplina e instrucción del Señor” (Efesios 6:4).
Además, al disciplinarlos, ellos recibirán el mensaje de que “el que ama la disciplina ama el conocimiento” (Proverbios 12:1). Y cuando extiendas la gracia, ellos entenderán que Dios “no nos trata según nuestros pecados, ni nos paga según nuestras maldades… Como un padre se compadece de sus hijos, así se compadece el Señor de los que le temen. (Salmo 103:10,13).
Además, cuando amas a su mamá, ellos verán un leve destello del vínculo inquebrantable entre Cristo, el Esposo, y Su esposa, la Iglesia: “Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre” (Marcos 10 :9).
Y finalmente, cuando practique la dedicación y el compromiso como padre, dirigirá a su familia, aunque sea de forma vacilante e imperfecta, a un Padre Celestial que es “clemente y compasivo, lento para la ira y grande en amor y verdad” (Salmo 86:15).
¡Y ese es el tipo de padre que su familia necesita!
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© 2022 Focus on the Family. Todos los derechos reservados. Utilizado con permiso. Publicado originalmente en inglés en focusonthefamily.com.
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