Recuperar la confianza e intimidad después de la traición de una infidelidad es algo que requiere mucho trabajo, pero cuando ambos están dispuestos a hacerlo, vale la pena.
¿Es posible sanar una infidelidad? ¿quedará para siempre en nuestra mente? ¿Volverá a ser igual nuestro matrimonio? ¿Podremos tener intimidad sin que yo piense en la traición? ¿Será que ciertas fechas siempre serán oscuras? ¿Qué tal ciertos lugares? ¿Realmente puede un matrimonio sobrevivir a la infidelidad?
Esas eran las preguntas que daban vueltas en mi mente durante semanas y meses, después de que descubrí la infidelidad de mi esposo. Su amorío duró casi un año. y, aunque durante ese tiempo defendí activamente nuestro matrimonio, creyendo que podía ser redimido, también me preguntaba si la sanidad llegaría.
Afortunadamente, después de un año Mark dio un giro de 180 grados. Se convirtió en un hombre entregado que, eventualmente, hizo el difícil trabajo de limpiar el gran desastre que había hecho. Yo también hice la dura tarea de ver en qué había contribuido a la disfunción de nuestro matrimonio. Ambos nos comprometimos a recibir la ayuda que necesitábamos para recuperarnos de la infidelidad y seguir adelante.
Ahora 12 años después, no solo hemos florecido en nuestro matrimonio, si no que, como mentores matrimoniales, también ayudamos a que otros matrimonios sanen, cuando la confianza ha sido traicionada. Estoy agradecida en cómo Dios ha redimido nuestro matrimonio, pero también recuerdo la montaña rusa de emociones que recorrimos durante lo que pareció mucho tiempo. Recuerdo los temores que enfrentamos. Recuerdo las preguntas que nos hicimos en silencio y en voz alta.
La infidelidad puede ser una experiencia devastadora para ambos, dejando profundas heridas emocionales que necesitan sanar. Para volver a construir la confianza y la intimidad se requiere de trabajo duro, pero cuando ambos cónyuges están dispuestos a hacerlo, vale la pena. Sí es posible salir adelante, encontrar sanidad e incluso reavivar la pasión y conexión que anhelan.
¿Cómo es el proceso de sanar una infidelidad?
La infidelidad es traicionar la confianza, y el dolor y daño que causa puede ser abrumador. Puede sentirse como la muerte de la relación. Sin embargo, las parejas que lo superan lo empiezan a ver como la muerte de su relación 1.0. Y entienden que es en la versión 2.0 en lo que están trabajando en este momento. De hecho, nos referimos a nosotros mismos como Mark y Jill 2.0, y ¡nos gusta más ser estas personas!
El proceso de sanidad a menudo requiere de muchas conversaciones difíciles y una profunda introspección. Requiere de una combinación de trabajo personal y de pareja. Típicamente es solo una persona quien fue infiel, pero ambos contribuyeron a la disfunción del matrimonio 1.0. Sanar de una infidelidad requiere que ambos cónyuges reconozcan lo que trajeron a la relación que no les favoreció ni les permitió ser saludables.
Aunque el viaje puede tener muchos momentos incómodos y dolorosos, también puede ser una oportunidad para construir una relación más fuerte y segura. Esa es la belleza de la visión 2.0. Cuando uno se sumerge en el proceso de sanidad, se construye una cimentación más fuerte en la relación. Hoy en día, podemos experimentar una conexión e intimidad más profunda que antes.
Creen un Espacio Seguro para la Comunicación
Llevar la comunicación a un espacio seguro es uno de los primeros pasos hacia la sanidad. Esto significa crear un ambiente donde ambos se sientan escuchados. Quizá va a requerir la ayuda de un consejero matrimonial o un mentor. Si hay algún momento en el que necesita pedir ayuda, sanar una infidelidad es ese momento. Tener a alguien quien les guíe a través de la comunicación y los pasos en la sanidad, puede hacer toda la diferencia en el mundo.
Dos cosas que nuestro consejero nos ayudó a hacer fue primero, escuchar bien; y segundo, hablarnos el uno al otro con respeto. Ahora es uno de nuestros ejercicios favoritos que hacemos cuando “mentoreamos” a matrimonios en crisis. Eso es porque las conversaciones seguras, abren la puerta a la sanidad.
Aprendimos a bajar la defensiva practicando la escucha reflexiva. Esto implicaba repetir al otro lo que habíamos escuchado, en lugar de ofrecer nuestra respuesta inmediata a lo que dijeron. Esto calmo nuestras conversaciones inmediatamente. También aprendimos a responder con empatía y validación, en lugar de corregir a la otra persona o defendernos.
Ambos nos dimos cuenta del efecto que nuestras reacciones emocionales tenían en el otro. Aunque nuestras emociones son concedidas por Dios, no podemos dejar que nos lideren. Mientras más dejábamos que la Palabra de Dios nos guiara, mejor fue nuestra interacción, y pudimos experimentar conversaciones sanadoras. Mantenernos firmes en la Verdad de Dios nos ayudó a balancear nuestras emociones durante el proceso de sanidad. Por supuesto que a veces hubo lágrimas y enojo, pero cuando lo afrontamos con compasión y humildad encontrábamos conexión en lugar de conflicto. Conexión, aun en medio del dolor, fue una parte importante para reconstruir la confianza en nuestra relación.
Reviva la Intimidad y la Pasión
Cuando uno está sanando de una confianza que ha sido lastimada, puede sentirse como algo agobiador. A nosotros nos sirvió mucho planear salidas cada semana en donde hablar sobre la infidelidad y la sanación quedaba fuera de la mesa. Necesitábamos volver a divertirnos juntos. Si todo es trabajo sin diversión, el proceso de sanidad se estanca. Mucho trabajo con algo de diversión es la clave para trabajar el pasado y crear un nuevo presente y futuro juntos.
Establezcan una noche de citas, márquenla en su calendario, y comprométanse a no hablar de otros “asuntos” en sus citas. Rían, exploren y diviértanse juntos. Comiencen a soñar de nuevo.
Conforme crezcan en intimidad emocional fuera de la recamara, comenzará la sanidad dentro de la recámara. Quizá haya lágrimas las primeras veces que tengan intimidad física. Si eso sucede, tomen las cosas con calma y abracen al cónyuge herido. Sean llenos de gracia y pacientes ante la realidad de un proceso de sanidad. La sanidad de la infidelidad se da por capas. Por lo tanto, tenga en mente que tomará tiempo atravesar esas capas. Esto puede ser muy evidente dentro de la recamara.
Me preguntaba si alguna vez volveríamos a hacer el amor sin pensar en el dolor y el engaño. Me gustaría que supiera que eso ya ni siquiera está en nuestra mente. Hemos cumplido con el trabajo, hemos experimentado la sanidad y la infidelidad verdaderamente quedó en el retrovisor de nuestro matrimonio.
Dios es el Redentor y el Re-Imaginador
La infidelidad puede ser una experiencia devastadora, pero eso no significa que es el final de la relación. Con arduo trabajo y dedicación es posible seguir adelante y encontrar una intimidad y una conexión increíble en su matrimonio. Actualmente nosotros vivimos en esa realidad, y usted también puede si ambos están dispuestos a hacer el trabajo que se requiere. Lo que hemos entendido es que Dios no es únicamente el Redentor, quien cambia la ceniza a belleza, sino que también es el Re-Imaginador, quien nos permite volver a soñar juntos y experimentar la visión de un matrimonio 2.0.
Si usted es el único(a) que cree que su matrimonio puede sanar, fije su mirada en lo que Dios quiere que madure y cambie, durante la espera. Esto puede ser un tiempo poderoso de crecimiento personal para usted. No se pierda esa oportunidad. Si ambos están listos para sanar, pidan ayuda y comprométanse por completo. Ahora es el tiempo de ser intencional en buscar ayuda, medir sus palabras, escuchar bien, tener un corazón humilde, compartir profundamente y conectar con el corazón de su cónyuge. Sí, requiere mucho esfuerzo. Lo que puedo decirte, desde mi experiencia personal, es que vale la pena todo el tiempo, dinero y energía que invierta en su viaje sanando una infidelidad.
Esto podría salvar su matrimonio
Artículos relacionados:
